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sábado, 21 de diciembre de 2019


EL BOM CANTINHO DE VITORINO INVERNO
 
Hace unos años, mi buen amigo João Miguel Inverno, nos llevó a su casa para conocer la obra artesana de su padre, Vitorino Inverno. Allí estaba Vitorino, en el “quintal” hermoso, amplio y soleado de Freixo (Redondo), y nos introdujo en su “santuario”: una amplia estancia donde estaban expuestas sus creaciones en corcho, madera, latón y pieles y cuernos de animales variados. Magníficas escenas de la vida campesina y figuras religiosas, talladas con primor, con minuciosa precisión, con un sentido poético de las composiciones que enriquecía esa labor prodigiosa y paciente de convertir objetos inanimados en seres que cobran vida, transmitiéndonos belleza y emoción.
Poco después, me llegaría la triste noticia de su fallecimiento, y parecía imposible que alguien tan lleno de vida y energía, dejara de existir. Y la verdad que es realmente imposible, porque Vitorino Inverno sigue viviendo en sus objetos tallados, en su obra paciente y delicada. Y sigue viviendo también en sus versos, sus “décimas”, que iría componiendo a lo largo de su vida y ahora se recopilan en un libro emotivo, bajo el título de “Deus lhe dê um Bom cantinho”.
La edición de este tomo ha corrido a cargo de su familia, con el apoyo compositivo y editorial de João Canha, y de la Câmara Municipal de Redondo, la Freguesía de Redondo y la Casa do Povo de Freixo.
Cuenta con una pequeña biografía del autor, un Pórtico de João Canha, y los emocionantes testimonios de su esposa: Maria Caliço, su hijo: João Inverno, su nuera: Carolina Inverno, su nieto: José Inverno, y otros compañeros y amigos de Vitorino, que ensalzan su figura de hombre trabajador, honrado, virtuoso artesano y poeta popular.
A continuación vienen sus múltiples décimas, que son un repaso a su vida, a sus gentes, a su tierra, a sus inquietudes, creencias, pensamientos, aspiraciones, reflexiones, en los que el paso de la vida va dejando maravillosos momentos, pero también un cansancio, fruto de la edad y los esfuerzos propios de los hombres sencillos de nuestros pueblos.
Intercaladas, van diversas fotos de sus producciones artesanales, que enriquecen el libro y nos dan cuenta de sus múltiples inquietudes artísticas y humanas.
Es realmente un “pequeño tesoro” esta edición, este merecido homenaje a un hombre, a un artesano, a un artista, que deja una huella profunda en los suyos, y para toda la sociedad, con este trabajo manual y poético, de largo recorrido vital y pensamiento firme en la denuncia: “O Goberno de Portugal/ Faz promessa ao povinho/ Só faz bem ao capital/ Não quer saber do pobrezinho”, un agudo amargor en los recuerdos: “Um dia pus-me a pensar/ Como ter sido o meu viver/Em pequenino foi brincar/ Depois de grande, sofrer y un sentido firme de la solidaridad: Quem trabalha passa mal/ Tem uma vida amargurda/ Se para todos fosse igual/ A ninguém faltava nada”.
Agradezco, por tanto, a João Miguel Inverno este obsequio, este libro de su padre que en nuestro último encuentro, tras un día agradable buscando setas por la sierra y comiendo hermanadamente en la Casa do Povo de Freixo, me entregó con todo su cariño de buen hijo y amigo incondicional.
MOISÉS CAYETANO ROSADO

martes, 17 de diciembre de 2019


VIAJE CULTURAL DE LOS SOCIOS MECENAS DEL CONSORCIO A TÚNEZ
                    Durante el Puente de Diciembre los Socios Mecenas del Consorcio han visitado Túnez.
              El viaje lo iniciamos con una comida en el popular barrio de La Goulette de la capital tunecina desde donde nos trasladamos a la turística Hammamet. La visita cultural y patrimonial comenzó en la ciudad de Monastir con la visita al mausoleo de Burgiba, padre de la independencia tunecina y primer presidente de la Republica de Túnez en 1957, y al Ribat o fortaleza de la ciudad. Desde allí visitamos el sobrecogedor anfiteatro romano de El Jem. Anfiteatro construido en el año 268 d.C., con una capacidad para 35.000 espectadores, equiparable al mismísimo Coliseo de Roma, es Patrimonio de la Humanidad. Seguidamente, el viaje nos llevó a la medina, el Ribat y el Museo arqueológico de Sousse, la Hadrumetum púnica.
                     El día siguiente se inició con la visita a Kairouan, a su medina, al “mausoleo del Barbero”, donde está enterrado Abu Dhama, compañero del profeta Mahoma y, sobre todo, a la mezquita, una de las más respetadas y veneradas mezquitas de todo el mundo musulmán.
                                    El viaje por el interior del país nos condujo a la impresionante ciudad de Sbeitla, la antigua ciudad romana de Sufetula, con ese majestuoso foro presidido por los templos dedicados a la triada capitolina.
                        Otra ciudad romana excelentemente conservada, como muchas ciudades norteafricanas, es Dougga, con su capitolio que, desde el lugar más elevado, domina toda la ciudad, incluido el teatro. Kairouan, Sufetula y Dougga son Patrimonio de la Humanidad.
El día concluyó con la visita a Testour, pueblo donde la influencia de los moriscos expulsados de España en el s. XVII es notable, y el sagrado Templo de las Aguas en Zaghouan, construido por el emperador Adriano desde donde partía, en un recorrido de 123 km, el acueducto romano que abastecía de agua potable a Cartago.
                   
El último día lo dedicamos a visitar la capital del país, Túnez. Disfrutamos de sus ámbitos administrativos, la medina, el bullicioso zoco y, cómo no, el impresionante Museo del Bardo que alberga, posiblemente, la mejor colección de mosaicos del mundo. Dimos fe de ello con las amenas explicaciones de Santi.

                         Cerca de Túnez, bajo una intensa lluvia, visitamos la mítica e histórica Cartago, con su puerto púnico o las termas de Antonino a orillas del Mediterráneo. Acabamos en la pintoresca ciudad Sidi Bou Said brindando, bajo un fondo azul y blanco, con un té de menta y almendras.
                      
Desde el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida queremos agradecer la magnífica labor de nuestro guía tunecino Jaled, el buen hacer del conductor de autobús y, sobre todo, la excelente disposición y actitud de nuestros Socios Mecenas.
CONSORCIO DE LA CIUDAD MONUMENTAL DE MÉRIDA

Añadir a sus apreciaciones que Túnez es un país “a medio camino” entre la cultura musulmana y la occidental. Que su y la zona norte, así como la litoral mediterránea en general, apenas se diferencia en la dinámica urbana y elcapital  desenvolvimiento de los ciudadanos del que tenemos en el Mediterráneo europeo.
Sin embargo, conforma penetramos hacia el interior, al sur, la disposición urbana, la vestimenta ciudadana, el ambiente general en las calles, se aproxima al modelo musulmán, se identifica con lo que podemos ver en las calles, en los zocos de Marruecos, o de Egipto. Eso sí, estamos siempre entre una población amable, respetuosa, dispuesta a la ayuda, a la información para con el viajero.
Túnez es un país rico en recursos naturales agro-ganaderos (destacando el olivo, dátiles, quesos y leche de oveja…), si bien su amplio desierto limita la producción, para una población creciente y joven, necesitada de salidas laborales y económicas de futuro. El turismo es para el país una fuente prioritaria de ingresos.
Su patrimonio monumental es, ya vimos, magnífico. Fundamentalmente en ruinas púnicas, restos arqueológicos romanos, maravilloso mundo de mosaicos, fortalezas medievales musulmanas admirablemente conservadas (medinas con kasbas, ribat, mezquitas, zocos abiertos y cerrados…). Colores, olores, sabores… nos ofrecen un mundo variado, cercano a nuestro desenvolvimiento de origen en unas ocasiones, y en otras tan lejano como si estuviéramos adentrándonos en las leyendas del pasado.
Moisés Cayetano Rosado

domingo, 1 de diciembre de 2019

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN LA EUROCIUDAD DEL SUROESTE IBÉRICO

 
Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia

CONCLUSIONES.
El Patrimonio fortificado de Elvas (Patrimonio de la Humanidad desde 2012) se complementa y obtiene su explicación histórica dentro del “triángulo” formado con Olivenza y Campo Maior, frente a Badajoz. Los conflictos en frontera, que han tenido lugar desde el mismo momento de la creación del Reino de Portugal, a mediados del siglo XI, hasta bien entrado el siglo XIX, han dado lugar en estas poblaciones, así como en sus términos municipales (en el de Elvas contamos con la importante presencia del Fuerte de Barbacena, además del antiguo Ponte de Ajuda -que salvaba al Guadiana camino de Olivenza-, destruido durante la Guerra de Sucesión española; en Campo Maior, con la fortaleza de Ouguela, y en las dos, más Olivenza y Badajoz, con elementos fortificados complementarios y estancias de servicios variados, así como torres de vigía estratégicas) a una “maquinaria de guerra” que hoy es un admirable conjunto artístico-monumental.
La importancia de Elvas aún se refuerza más contemplando este subsistema expresamente creado para la finalidad de defensa y “llaves” de sus respectivos reinos: España y Portugal, dotándose de la singularidad que exige el Criterio IV de selección de la UNESCO para calificarse como Patrimonio Mundial, y en este caso “extender” el ya obtenido por Elvas:Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de conjunto arquitectónico, tecnológico y paisaje, que ilustra una etapa significativa de la historia humana”.
La evolución de sus construcciones militares al compás de los avances técnicos de los tiempos, desde la neurobalística a la pirobalística; la autenticidad de gran parte del legado construido, así como la suficiente integridad del mismo pese al afán “higienista” y urbanístico de finales del siglo XIX y buena parte del XX (sin olvidar lamentables desaciertos recientes, sobre todo en Badajoz, al destruir las ruinas interiores del Fuerte de San Cristóbal, en lugar de consolidarlas, así como recargar de hormigón y empinadas escaleras el Baluarte de la Trinidad, y en Olivenza, con actuaciones desafortunadas y derribos de murallas y vaciados en el Baluarte de San Juan de Dios); el formar parte de las “Fortalezas abaluartadas de la Raya”, en la Lista Indicativa de Portugal -paso previo a la Declaración definitiva- desde 2017-; el ser el conjunto más compacto y completo de toda la Península ibérica… hacen de esta Eurociudad (a la inicial Elvas-Badajoz se une Campo Maior, y debería completarse con Olivenza) una firme candidata a la Declaración de Patrimonio de la Humanidad, bien como extensión de Elvas, o dentro del Sistema fronterizo luso-español.