Páginas

domingo, 19 de diciembre de 2021

 LA CASA ENCENDIDA DE MANUEL PACHECO


Siento no estar presente hoy (19 de diciembre de 2021) en el homenaje a Manuel Pacheco, cuando él cumple 101 años y yo acabo de hacer 70. Esta coincidencia me “ata” -en el mejor sentido de la palabra- a compromisos familiares, pero no me desliga de la alegría de ver que se le sigue queriendo, recordando, homenajeando.

Pacheco nos acoge hoy en su primera casa, como nos acogió siempre allá donde vivía. Su casa era siempre una “casa encendida”, como en el poemario imprescindible de Luis Rosales: “Gracias, Señor, la casa está encendida”, escribía el poeta granadino. Sí, también la casa de Pacheco resplandecía, acogiéndonos a todos aquellos jóvenes de entonces que acudíamos a charlar, oír su voz, su risa bronca, su verso refrescante.

Cuando los viajeros y turistas vayan en adelante a Olivenza -como me dice su “albacea espiritual”, Antonio Viudas Camarasa- habrán de incluir en su itinerario la “ruta pachequiana” y admirarán la nueva y hermosa placa colocada en el lugar de su nacimiento, fruto del empeño decidido de un grupo de incondicionales amigos y admiradores, que no han reparado en esfuerzos para conseguirlo.

El luminoso retrato de Vaquero Poblador que “azulea” la cerámica es como un guiño a la transfronteriza población de Olivenza, tan rica en azulejería en sus diversos monumentos religiosos. Y el azul enciende la casa, ilumina el camino que nos lleva siempre hacia Pacheco.

MOISÉS CAYETANO ROSADO

miércoles, 15 de diciembre de 2021

 Manoli: Una vida dedicada a los demás

Autores: Varios. Prólogo de Isabel Pérez González.

Edita: Fundación Caja Badajoz. Badajoz, 2021. 113 páginas.


La Fundación Caja Badajoz, dentro de su prolífica labor editorial, dedica especial atención a su colección “Personajes Singulares”, que con el título  Manuela Martín Sánchez. Manoli: una vida dedicada a los demás llegó a su número trece.

Ésta, como otras de la serie, es una obra coral, llevando un amplio y emotivo prólogo de la escritora y profesora Isabel Pérez González, buena conocedora del personaje  que aquí se homenajea, con la que ha colaborado en distintas facetas de la múltiple actividad de Manuela Martín Sánchez.

No son ajenos a esta “cercanía emocional” el resto de los treinta y un colaboradores de la obra, entre los que se encuentran su marido, Ricardo Cabezas Carrasco -fiel compañero de tantos proyectos altruistas-, sus dos hijos e hija Ricardo, Juan Manuel e Isabel María -nada ajenos a su labor-, así como otras y otros colaboradores, entrañables amigos y vecinos que desde hace más de cuatro décadas se unen en labores donde la solidaridad humana y el afán de superación social, cultural, cooperativa, de convivencia… se nos muestran con un alto nivel de eficacia y tesón sostenido.

 Entrañable e incansable mujer, nacida en Madrid en 1945, pero que vive en Badajoz, y concretamente en el barrio obrero del Gurugú desde los cuatro años de edad, Manoli -como cariñosamente se la conoce- es un referente ejemplar de superación, “vacunada contra la desilusión”, como ella mismo dice, capaz de las iniciativas más variadas. Iniciativas, proyectos, realizaciones que abarcan desde lo cercano (la barriada) hasta la lejanía geográfica (amplia actividad cooperativa en Nicaragua), pasando por coordinación de actividades con colectivos de otras barriadas y localidades, dedicadas al cuidado, asistencia, promoción, culturización, socialización, etc. de las personas y grupos más desfavorecidos de la sociedad, de los más vulnerables, incluida su labor admirable con internas presas en el Centro Penitenciario de Badajoz, que superan las cuatro décadas de asistencia.

Todo ello va siendo desgranado por las y los distintos colaboradores y colaboradoras del volumen, que comparten con esta activista proyectos y realizaciones festivas (coros y danzas que han llevado el folklore regional por toda Europa y norte de África; emblemático “Belén Viviente” de su barrio; participaciones carnavalescas exitosas, etc.); socio-culturales (Centros de Promoción de la Mujer, activismo en organizaciones progresistas de impulso cristiano de base: raíz de su compromiso humanitario, compatible con otros credos religiosos); sanitarias (intensa participación en centro de salud de barrio, asistencia primaria sanitaria auxiliar); de reivindicación ciudadana (asociación de vecinos, colectivos ciudadanos); atención a la infancia y juventud (campamentos de verano dentro y fuera de la localidad; formación de cooperativas laborales…). Y todo ello, formándose a la vez, titulándose en las materias en que se implica, de carácter tanto material como intelectual.

El libro, por tanto, dentro de la sencillez y emotividad de las colaboraciones, tiene el mérito de su ejemplaridad, de la admirable trayectoria de una persona en continua superación, que vuelca su energía, su creatividad, su emprendimiento, su solidaridad, en el ejercicio del bien común. Para tiempos de egoísmo y escándalos sociales que pueden hundirnos en el derrotismo, esta obra tiene el mérito de presentarnos la antítesis, en un personaje que jamás se ha rendido al desaliento. Labor de gran mérito la suya, ensalzada en este volumen, a la que Manuela Martín Sánchez le resta importancia, pues -como confiesa- para ella todo lo que realiza es tan absolutamente natural y sencillo como comer o respirar: forma parte intrínseca de su vida ejemplar.

MOISÉS CAYETANO ROSADO