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jueves, 29 de diciembre de 2011

NARRATIVA BRASILEÑA DEL SIGLO XX

     Hace unos años me llegó por casualidad un libro del brasileño José Mauro de Vasconcelos: O meu pé de laranja lima, que me sorprendió por su ternura, su melancolía, la belleza en la evocación de los recuerdos de la niñez. Después, a conocidos que no leen en portugués, quise regalarle una traducción del mismo: Mi planta de naranja lima, pero no es igual. Pierde gran parte del candor y su extraordinaria, finísima sensibilidad.


     Tampoco me ha sido fácil encontrar otros libros del mismo autor en Portugal, pero sí he tenido la suerte de conseguirlos por internet. Concretamente, he descargado la mayoría de su producción literaria de la página http://groups.google.com/group/viciados_em_livros/topics.
     Me ha impresionado la infinita delicadeza de otras narraciones suyas como Doidão, que es una continuación autobiográfica del anterior. O O veleiro de cristal, de desgarradora hermosura.
     Pero igualmente me resulta fascinante su capacidad para cambiar de registros, haciendo novelas magníficas, de extrema dureza, sequedad, denuncia social, como pueden ser Barro Branco o Banana Brava. Los terratenientes ("coroneles"); las grandes y bíblicas sequías; el cacao, el azúcar, con sus riquezas para unos pocos y esclavitud y miseria para muchos, son temas recurrentes en Vasconcelos y en los que a continuación expongo, cuando cambian la ternura infantil por el bregar adulto.

     Este contraste también lo descubrimos en otros autores brasileños de su época: mediados y finales de siglo XX. Así, el muy traducido Jorge Amado, facilísimo de encontrar en ediciones en castellano y, por supuesto, en portugués, además de en "viciados em livros". Obras suyas como Cacau, Capitães de arena o Tereza Batista cansada de guerra nos dejando sobrecogidos. Pero nos reconforta la fina ironía de otras como Dona Flor e seus dois maridos, por no decir de la ternura de sus cuentos infantiles: increíble maravilla su O gato Malhado e a andorinha Sinhã.

     Otro autor "de culto" sería el menos conocido por acá José Lins do Rego, algunas de cuyas obras he conseguido en librerías de viejo portuguesas y el resto en "viciados em livros". La delicadeza raya en lo sublime en novelas como Menino do engenho o su continuación Doidinho. Pero también nos muestra el desgarro de la vida sufriente y pesarosa en impresionantes "romances" como O moleque Ricardo, Usina o Pedra Bonita. Obras todas de puntera calidad literaria y apasionante lectura.
  Volvemos, con Érico Veríssimo, a experimentar ese contraste de sublime finura y enfrentamiento a la desgarradora realidad de la vida en Olhai os lírios do campo o Rosa María no Castelo Encantado para el primer caso y O tempo e o vento (impresionante epopeya) o O senhor embaixador, denuncia sin paliativos de la corrupción política, en el segundo. Otra vez, para disfrutarlo, he tenido que recurrir a librerias de viejo y "viciados em livros".

     Estos autores "de cabecera" me han hecho interesarme por toda la narrativa brasileña en general, si bien siguen siendo mis preferidos. Sin menospreciar por ello a otros como: el iniciador del realismo en Brasil, a finales de siglo XIX y principios del XX, Machado de Assis (toda su obra es fácil de encontrar en la red, y destaco Memórias Póstumas de Brás Cubas, Dom Casmurro y Esaú e Jacó); el realista-naturalista, también de esa época, Raúl Pompéia, cuyo O Ateneu es una pieza narrativa de referencia para las anteriores autobiográficas citadas; el premodernista (los anteriores serían modernistas de la época más madura) Euclides da Cunha, cuya novela epopéyica Os sertões (1902) es un precedente de "La Guerra del Fin del Mundo", de Mario Vargas Llosa, como éste mismo reconoce ("Viciados em livros" nos auxiliará a tenerlas si no las encontramos por otros medios). O, saltándonos a la literatura más reciente, João Ubaldo Ribeiro, con una novela espléndida,  Viva o povo brasileiro (1984), repleta de ironía y fina visión del contexto social brasileño.

     En fin, toda una invitación a la buena literatura, variada y de extraordinaria calidad y amenidad que no debemos perder.

1 comentario:

  1. ¡Qué sorpresa más agradable esta invitación a la literatura brasileña en tierras extremeñas! Me sumo a tus propuestas, una excelente manera de adentrarse en una literatura tan desconocida por aquí.

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