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martes, 2 de octubre de 2012


ARRUGAS
Por MOISÉS CAYETANO ROSADO
Si en la temporada pasada nos sorprendía la película de animación Chico y Rita, de Trueba y Mariscal -con tanta fuerza, ritmo y dinamismo-, en ésta saboreamos el buen cine en dibujos dirigido por Ignacio Ferreras, basado en el comic de Paco Roca: Arrugas, que en 2008 obtuviera el Premio Nacional de Cómic.
Arrugas nos llega a las pantallas también con el aval de codiciados galardones: Goya al mejor guión adaptado y a la mejor película de animación, al tiempo que es una de las tres nominadas a los Premios de Cine Europeo en su categoría, que se fallan el 1 de diciembre en Malta.
La película, de algo menos de 90 minutos, es un canto al amor y a la amistad, al tiempo que un apunte sereno sobre la soledad en que los años nos van sumergiendo, sin conciencia algunas veces de sí mismos, a causa del Alzheimer. Es el caso del protagonista de esta historia, Emilio, un antiguo director de sucursal bancaria que va perdiendo la memoria y la autonomía personal.
Recluido en un geriátrico por su familia, el anciano entrará en un mundo de decadencias individuales que podrían resultar desgarradoras si no fuera porque el film cuenta con una figura de contrapunto: otro anciano, Miguel, español que ha residido la mayor parte de su vida en Argentina, y que con su acento dulce, sus ingeniosas muletillas verbales y una actitud pícara -no exenta de cinismo al tiempo que de resignación- quita hierro a una situación de desamparo, que es lo que ronda a todos los residentes de este centro.
Dinámica y chispeante, la película no cae jamás ni en lo melodramático ni en la denuncia recurrente de la desatención por parte del personal de la Residencia (muy al contrario, son presentados como atentos y simpáticos) o de los familiares más jóvenes que allí los han “aparcado”: las escasas visitas no se exponen con reproche sino con suaves tintes de ironía.
El amor está representado especialmente en una pareja unida desde niños (como nos muestran los recuerdos evocados), estando la anciana volcada en la atención a su pareja, ya en fase avanzada del Alzheimer. La amistad: en Emilio y Miguel, que van estrechando su relación desde unos comienzos difíciles, en los que los “apaños” de Miguel molestan a Emilio, provocando malentendidos y tensiones, pero que derivarán en una unión con entrega similar a la de la pareja anterior. La soledad se manifiesta en todos los personajes, ensimismados en su mundo, en su pasado, del que algunos no pueden o no quieren salir.
El realismo de las situaciones del día a día en el geriátrico es casi periodístico, salvo algunas licencias de distensión. He visto por dentro diversas instituciones de este tipo y conozco cómo transcurre en ellas el paso de las horas, cómo deambulan los residentes por sus largos corredores, cómo pasean con sus achaques por los jardines silenciosos, cómo arrastran las horas siempre interminables de su ocio pasivo en enormes salones, enajenados tantos, empequeñecidos en sus sillones adaptados.
Arrugas no es una película-denuncia; no es un reproche al abandono de los ancianos en su desvalimiento; no es un reportaje sobre la situación de las Residencias de la Tercera Edad. Es una muestra entrañable del “último aparcamiento de nuestra vida”, con rasgos de nostalgia, de humor, de leves esperanzas e inevitables frustraciones. Un “encuentro con el futuro” para muchos de nosotros, dulcemente llevado por un director -Ignacio Ferreras- que ha trasladado a la pantalla con acierto el comic de Paco Roca, ayudado por la música de Nani García, que bien hubiera merecido otro Goya, por su enorme calidez y calidad.

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. En Badajoz la pusieron la pasada semana. Pero, supongo, se podrá conseguir en vídeo-club y en internet.

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  2. Me encantaria verla.... aunque sé que lo voy a pasar mal.Mi padre murió hace tres años, despues de 12 con esa maldita enfermedad...... pero afortunadamente en su casa y rodeado de noche y dia por su amantisima esposa y sus cinco hijos,que le dieron todo el AMOR Y CARIÑO que el se merecia.

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