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sábado, 9 de marzo de 2013


OLIVENZA Y SU DESVENTURADO ANTIGUO CONVENTO DE LA CONCEPCIÓN

Moisés Cayetano Rosado

Terminé hace poco de leer la monumental obra de Luis Limpo Píriz Ajuda, último puente-fortaleza de Europa, editado a finales de 2012, y ahora retrocedo en el tiempo para embeberme en su Memorial del Antiguo Convento de la Concepción en la Villa de Olivenza, editado con el patrocinio de Caja Badajoz en 1999.
Ha merecido la pena este “buceo en el tiempo”, pues la obra es fresca y oportuna como si se acabara de editar. Sus 126 páginas se cierran en un momento glorioso para el monumento, pues tras años de olvido, destrucción y pillaje, acababa de ser acertadamente rehabilitado y puesto en valor como Escuela de Teatro y Danza de Extremadura. Ahora, clama por una… nueva rehabilitación, tras otro injusto, injustificado e irresponsable abandono, al trasladarse la Escuela de Teatro y Danza y quedar sin uso ni mantenimiento este conjunto conventual, de extraordinaria, grandiosa capilla, envidiable claustro, recias, notables dependencias en sus dos alturas.
Releer el trabajo de Limpo me hace recordar que hace unos meses denuncié los derribos del interior del baluarte en que se ubica, perpetrados bajo el irresponsable argumento de que allí se iba a ubicar una Hospedería, que ni se hizo ni justificaba la ilegítima e ilegal destrucción. Puede  verse aquella salvajada yendo al siguiente enlace de mi blog:
Pero… ¡volvamos al libro! Un trabajo documentado, riguroso, como es costumbre en este prolífico autor. Al tiempo, nos redescubre su vena poética, pues la investigación está plasmada con lenguaje lírico, que alcanza momentos ensoñadores en su último apartado (antes de unas notas finales de desafío a los historiadores para que profundicen en la temática): “Meditación final. Discurso (…y ovillejo)”
En los tres bloques anteriores, hace un recorrido histórico por el monumento, que corresponden a las tres etapas por las que pasó: Como Convento, de 1556 a 1640; como Hospital, de 1645 a 1842; como Cuartel, de 1842 a 1960.
Pero Luis no se limita únicamente a historiar su evolución, sino que lo encaja en los avatares sufridos en el tiempo por la población en que se construye, Olivenza, y de paso por todo el territorio de influencia, en la Raya luso-española. Y así, dice que “la Guerra de Restauración marca el inicio de un segundo ciclo bélico en la historia de Olivenza que no se cerrará hasta la Guerra de las Naranjas de 1801. El primer ciclo abarca los siglos XIV y XV. Le pertenecen las murallas de D. Dinis, el alcázar de D. Afonso IV, la barreira fernandina, el cinturón de atalayas, la cava y torre de D. João II. Incluso las murallas manuelinas y el puente-fortaleza de Ajuda” (pg. 35). Será la Guerra de Restauração precisamente, con su barbarie e incidencia en la zona, la que cambie el signo de Convento a Hospital.
Cuando Olivenza deja de ser plaza fuerte, a mediados del siglo XIX, perdido el sentido de la defensa abaluartada, destruida en parte, también cambia el destino de nuestro monumento, que sigue así las incidencias de los enfrentamientos en la Raia/Raya. Pasa a ser Cuartel para alojamiento de Carabineros y luego Guardia Civil, tan atentos al “contrabando” de la zona, importante como en toda la frontera.
Pero, denuncia Limpo, “cuando las libertades llegan a España y se constituyen en 1979 los primeros Ayuntamientos democráticos, el estado que ofrecía el patrimonio monumental oliventino era de un deplorable abandono y, en casos concretos como el de San Juan de Dios, de ruina completa” (pg. 97).
Va a ser la gestión del Alcalde Ramón Rocha Maqueda (a quien el autor dedica el libro, “a cuya iniciativa y constancia debe Olivenza la recuperación de su patrimonio monumental” -pg. 9-) el que materialice su compra al Ministerio de Defensa y consiga su recuperación, rehabilitación y uso, tras largas gestiones y trabajos, a finales del siglo XX. Con ello, termina -complacido e invitando a profundizar en la investigación- el volumen.
Volumen que ahora necesitaría de un nuevo capítulo con las barbaries cometidas en los primeros años del siglo XXI, pesadilla que el autor no podría entonces ni siquiera imaginar. 

3 comentarios:

  1. Es cierto que el abandono del patrimonio lleva aparejado su destrucción,triste es el que la historia y su legado importe tan poco a los que debieran velar por él.La llamada Fonte da Corna es un ejemplo de ese atropello,no hay ninguna explicación al destrozo cometido en esa fuente tan bella, hoy en el olvido más vergonzoso.Ya que usted se muestra tan sensible,me pregunto si todavía no es irreversible el poder restaurarla aunque fuera una réplica de lo que fué un día.Gracias,un oliventino.

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    1. No es irreversible, como tampoco lo es el caso del Antiguo convento. Olivenza merece que se reconsidere.

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    2. Alentadora su respuesta,es primordial que personas a las que les resulta más sencillo recabar información acerca de los lugares históricos en peligro de desaparición,tengan un interés natural y cercano a que ésto no suceda,mis posibilidades de cooperar en esa labor me resulta cuanto menos imposible,sin embargo el cariño a Olivenza y a su historia hacen que trate de alguna manera de llamar la atención hacia los lugares que conocí y que se están perdiendo.Muchas gracias por todo y espero que tenga suerte en todo lo que se proponga.Seguiré a la escucha.

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