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martes, 14 de enero de 2014

COSECHA LÍRICA DESDE LA ERRANCIA EXTREMEÑA DESOLADA
Hace una docena de años, en el Hogar Extremeño de Barcelona conocí a un poeta de Jaraicejo (Cáceres), que llevaba muy a gala ambas identidades: la de ser poeta y la de haber nacido en tan hermoso pueblo de la Alta Extremadura. Allí me ofreció su primer libro, que iba por la tercera edición: Despierta, Extremadura, de tu sueño, que vio la luz en primera edición en 1984.
Tras esa primera incursión editorial vendrían dos más: Desde mi ausencia extrema y dura, de 1991, y Ramos de Rimas, de 1999. Las tres obras han contado con amplia aceptación y sus ediciones están agotadas en el momento en que surge un nuevo libro: Cosecha Lírica, amplio poemario editado en 2013.
Wenceslao Mohedas Ramos es un poeta infatigable. Tanto por lo mucho que produce como por lo mucho también que lo divulga. No solo en el formato impreso de libros, revistas, boletines…, sino también en audiovisuales muy logrados y entregas sistemáticas en las redes sociales, especialmente facebook, por medio de su propio “muro” y diversos grupos a los que pertenece.
Yo lo sigo desde aquel primer contacto en Barcelona, donde reside y donde “milita” como hombre comprometido con las letras y con la tierra de origen. Admiro su facilidad para versificar, especialmente en sonetos impecables, sonetillos y otras composiciones, siempre de rima cuidada y acertada. Su exigencia en este sentido es extrema, puliendo el verso como un escultor neoclásico; no quiere dejar nada a la ventura, sabe que detrás tiene a muchos autores que han cultivado el verso medido con maestría y no desea quedarse atrás en la presentación de sus composiciones.
Los temas tratados son variados, pero dentro de un latir humanista, comprometido con el hombre y la sociedad, crítico ante las desviaciones malsanas individuales y colectivas incluso con dureza; suave, tierno y melancólico hasta el desgarramiento cuando vuelve los ojos hacia la intimidad -personal, familiar y de la tierra que le vio nacer-, que siempre tiene presente en su trabajo.
¡Cuánto le duele la sangrante emigración!: Con nefasto desgarro, me separo/ de mi tierra materna, tan querida,/ tal la piel de la carne desprendida/ y arrancada de cuajo y sin reparo (pg. 57).
¡Cómo se trasluce el amor a Extremadura!: Vacaciones agosteñas:/ tras sus urbanas rutinas,/ retornan tal golondrinas/ nuestras gentes extremeñas/ fieles a tierras de encinas (pg. 132)
¡Qué añoranza de los suyos, lejanos, ausentes…!: Repiques de campana…, están de fiesta/ y yo, frente a tu nicho, estoy de luto,/ pagando en pena el filial tributo/ que me impuso tu muerte tan funesta (pg. 31).
Wenceslao es un poeta vitalista y al mismo tiempo elegíaco. Machadiano en muchas de sus concepciones y composiciones, como reconoce en el excelente prólogo del libro Juan Manuel Bermudo Ávila, catedrático de Filosofía Política de la Universidad de Barcelona. Declaradamente se manifiesta en “A nadie nada debo”, que comienza así: A nadie nada debo/ porque os doy más que me dan;/ con mi sudor pago el pan,/ el grato vino que bebo/ y el total de mi albarán (pg. 154).
Pero sabe también presentarnos vidas y situaciones con fina ironía: Yo conocí una beata/ tan amante del boato/ que no tuvo nunca trato/ con hombres por mojigata (pg. 87), para dejar tras ello una denuncia a las renuncias estériles y absurdas. Como también, por el contrario, censura con rigor las acciones rompedoras sin sentido: Tiene actitud transgresora/ por su maldad absoluta/ y sólo del mal disfruta/ siempre en pandilla, a deshora… (pg. 70), referido a una “Banda de vándalos”.
El poeta, que muestra tanta ternura cuando trata de su tierra, de la gente sencilla que en ella habita, de los emigrantes que se vieron obligados a dejarla, es crítico con todo lo que le desagrada, por su vaciedad, egoísmo, alienación, oportunismo… ¡y no digamos abuso y corrupción! Uno de sus poemas más rotundos en cuanto a esto último lleva por título “Los corruptos” y en él escribe: Empresarios, políticos, banqueros…,/ de sus cumbres se bajan a los fondos/ como buitres hambrientos, carroñeros (pg. 64).
No tiene Wenceslao Mohedas Ramos ningún reparo en desnudar sus sentimientos, en expresar sus denuncias, haciéndolo de manera trasparente, como lo hace con su amor al terruño, su añoranza, sus recuerdos de infancia, de familia. Y todo ello, con la fuerza y calidad de un poeta con garra, que vive la poesía con pasión y nos la ofrece a raudales cada día. Esta Cosecha Lírica es una afortunada muestra de lo que desenvuelve en su extensa producción.
MOISÉS CAYETANO ROSADO

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, estimado amigo y paisano Moisés, por este trabajo literario, bien compuesto, rotundo, acertado... que has realizado sobre mi cuarto libro, "COSECHA LÍRICA". Me ha gustado mucho tanto por su contenido como su buena composición... Felicidades por él. Te reitero mi más sincero agradecimiento. Un abrazo extremeñamente fraterno: Wenceslao Mohedas Ramos. Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona. „

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  2. Siempre agradecido a ti, por tu poesía, por tu amistad.
    Moisés

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