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lunes, 24 de febrero de 2014

LOS FUERTES ABALUARTADOS LUSOS Y ESPAÑOLES OCCIDENTALES, Y SU DESTINO ACTUAL

Moisés Cayetano Rosado

Los fuertes abaluartados son una de las construcciones más genuinas de la Edad Moderna, uniendo a su necesidad utilitaria defensiva un despliegue de técnicas constructivas, de belleza artística y de prestancia geoestratégica extraordinarias.
Forte de S. Filipe (1582),Setúbal.
LECTURAS DE LOS FUERTES.
Fuerte de San Cristóbal (1641) de Badajoz.
Sobre ellos podemos hacer variadas lecturas, que por lo que se refiere al espacio occidental luso-español, tan pródigo en estas construcciones por su exposición marítima y las guerras de frontera, las resumiría en:
Acueduto de Água de Prata (1537) y Forte de Santo António (1650) de Évora
- Lectura militar. Suelen ser las primeras construcciones defensivas que se levantan para proteger costas o ciudades, ante el avance poderoso de la artillería. Pongamos como ejemplo el costero Forte de S. Filipe, de Setúbal, empezado a construir en 1582, que protege la entrada al gran estuario del río Sado; el Fuerte de San Cristóbal, de Badajoz, comenzado en 1641, con motivo del comienzo de las Guerras de Restauração, confrontado con las poblaciones de Campo Maior y Elvas, donde encontramos -en esta última- el Forte de Santa Luzia, de 1641 en sus inicios, o -algo en retaguardia- el más espacioso Forte de Santo António, de Évora, de 1650.

Forte de Santa Luzia (1641) de Elvas.
Surgen de la necesidad de defender sus respectivas poblaciones de los ataques enemigos y representan un ejemplo de maquinaria defensiva que recoge los avances de ingeniería militar que se habían efectuado en Italia y extendido hacia Holanda, de donde vienen los ingenieros principales.
- Lectura histórica. Los fuertes son un “libro abierto” de Historia de la Edad Moderna y Contemporánea, pues en ellos podemos contemplar no solo los sucesivos avances de la ingeniería militar defensiva conforme aumenta el alcance y eficacia de la artillería atacante, sino también la complejidad de sus elementos, como respuesta a la ofensiva y el sitio, así como los distintos usos que han ido teniendo especialmente cuando las hostilidades remitían o los avances de la artillería y sobre todo la aviación los hacía poco eficaces.
Maqueta del Forte de São Brás, en Ponta Delgada
Forte de Santiago, de Sesimbra
Forte de Cacela Velha
Ahí tenemos el Forte de São Brás, en Ponta Delgada, en uso militar incluso durante la II Guerra Mundial, al bunkerizarse gran parte de sus dependencias, y hoy aún con funciones militares, además de museo. O el de Santiago de Sesimbra, que continúa utilizándose por la Guardia Nacional Republicana, además de abrirse al público para visitas y actos culturales. O el de Cacela Velha, que alberga instalaciones de la Guardia Fiscal.
- Lectura geográfica. La ocupación de lugares estratégicos, con amplia visión panorámica, nos ofrecen la posibilidad de contemplar, estudiar y disfrutar de un paisaje, que fue objeto en su día de avistamiento del enemigo. Los fuertes ocupan oteros, padrastros del terreno que son fatales para la defensa de la población si se ocupan por el enemigo, por lo que la función de los fuertes es vital para las mismas.
Forte de Nossa Senhora da Queimada y F. de Sto. Alberto de Pessegueiro
 Forte de S. Roque, Castelo de Vide
Castillo de San Marcos, Sanlúcar de Guadiana
 Fuerte de Goián, en Tomiño
Son dignos de visitar instalaciones con tan gran dominio del entorno como el Forte de Nossa Senhora da Queimada en la costa de Pessegueiro, desde donde se avista el mar y la pequeña isla frontal, con también otro pequeño fuerte: de Santo Alberto. O el Forte de S. Roque, de Castelo de Vide, que domina el enorme valle rayano que conduce a Valencia de Alcántara. O el magnífico Castillo de San Marcos, en lo alto de Sanlúcar de Guadiana, controlando el río y la vecina Alcoutim. O el Goian, en Tomiño, dominando el Miño y en la otra orilla vigilando a Vila Nova de Cerveira.
- Lectura artística. Por otra parte, los fuertes son un legado artístico de incalculable valor, donde se conjunta el ingenio de la ingeniería militar, del cálculo matemático, de la precisión geométrica, con la belleza de unas construcciones que concentran los modelos artísticos del renacimiento, manierismo, barroco… pasando después al rococó e incluso el neoclásico.
Iglesia-castillo de Paimogo
Interior del Forte da Graça, de Elvas
Así, desde la austeridad renacentista de la Iglesia-castillo de Santa María Magdalena, de Paimogo (Huelva), al barroco, con interiores rococó, del Forte da Graça de Elvas. Un auténtico alarde artístico, que ha de admirarse por su gran belleza.

TRANSFORMACIONES Y USOS.
Hoy día, fuera del uso militar la mayoría de los fuertes, han ido alcanzando destinos variados, desoladores unos, esperanzados otros y algunos bien llevados. Así, podríamos dar una clasificación en:
Fortaleza de Guincho
- Aberración. Por el transformismo a que algunos han sido sometidos, maltratándolos en su configuración, adulterándolo, cargándose su integridad y autenticidad, con desprecio a su sentido, lectura histórica y artística. Caso paradigmático en ello es la Fortaleza de Guincho, travestido en hotel sin respeto alguno.
 Forte do Rato, Tavira
- Abandono. Dejados en el olvido, destruyéndose por efecto del tiempo y la falta de cuidados. ¡Tantos de ellos, como el Forte do Rato, en Tavira, cuando a su alrededor hay ejemplos interesantes de rehabilitación y restauración de monumentos e instalaciones de grandes inmuebles para una bien entendida utilización hotelera o museística!
Fortaleza de Juromenha
- Dejadez. Con actuaciones esporádicas, no sistematizadas otros, que al final quedan también en dejadez y ruina, como vemos en el caso del Forte de Juromenha, sobre el que ha habido actuaciones sin culminar y proyectos de reutilización que no cuajan.

Castillo de Santa Catalina. Cádiz
- Musealización. Otros han tenido mejor y justa suerte al ser convertidos en zonas museísticas, como lugares de interpretación de su propio valor o/y utilización para actividades artísticas, culturales, educativas… Así, el caso del Castillo de Santa Catalina, de Cádiz, de uso polivalente en el sentido anteriormente indicado.
Interesante sería una coordinación y promoción en cadena de estas fortificaciones, así como la revisión de su estado, rehabilitación respetuosa, revitalización y oferta socio-cultural abierta a los estudiosos y amantes de la historia, el arte y el buen gusto turístico.
LA RECIENTE ACTUACIÓN EN EL FUERTE DE SAN CRISTÓBAL DE BADAJOZ.

Cartel Fuerte de San Cristóbal, 2014
La reciente rehabilitación del Fuerte de San Cristóbal en Badajoz es digna de alabanza en cuanto al tratamiento de su estructura del siglo XVII. Pero el interior ha sufrido un maltrato manifiesto contra su integridad y autenticidad, al destruir los elementos construidos en el siglo XIX y XX, así como “inventar” unas terrazas absolutamente descontextualizadas, para conseguir un mejor uso hotelero, lo que rompe la lectura militar, histórica y artística del conjunto, dejándonos a expensas de la lectura geográfica, aún interrumpida por eucaliptos en el cerro que deberían desaparecer.

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