LA HERIDA ABIERTA: “CARTAS Y DIARIO DESDE LAS
CÁRCELES FRANQUISTAS EN EXTREMADURA”
Moisés Cayetano
Rosado
La piel superpuesta por el tiempo no puede
curar la herida que no ha cicatrizado, por lo que el desgarro y el dolor
continúan entre los que padecieron directamente las consecuencias del golpe
profundo y se alarga en la vida de los que les suceden.
Esto es lo se desprende de tantos testimonios
como se han ido y se van conociendo, en los que se nos muestra la brutalidad de
nuestra Guerra Civil de 1936-39, así como las consecuencias terribles de
“represión, miedo y violencia”, como nos indica el historiador Francisco Javier
García Carrero en la “Introducción” de su libro Cartas y diario desde las cárceles franquistas en Extremadura (Consejo
de guerra y fusilamiento de José Vera Murillo), que coeditan la Diputación
de Badajoz y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura, en un cuidado libro en formato “de bolsillo”, de 147 páginas.
La obra
se nos ofrece con una carga emotiva, testimonial y de rigor histórico
considerables. El punto de partida -como el autor dice en “Nota aclaratoria”
inicial- es un ejercicio de fin de curso de una de sus estudiantes de 2º de
Bachillerato: Isabel Holguera Vera, que trataba sobre su bisabuelo José Vera
Murillo, luchador republicano que padeció la captura, encarcelamiento y muerte
por parte del franquismo triunfante, utilizando como fuente principal el propio
abuelo de la alumna, hijo del biografiado.
Con prólogo sentido del presidente de la
Diputación, Valentín Cortés Cabanillas, y riguroso epílogo del presidente de la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, José
Manuel Corbacho, el libro se divide en cuatro capítulos. A ello se une un
índice de siglas y anexos de transcripción de cartas de José Vera Murillo
sacadas clandestinamente desde la cárcel de Badajoz, dirigidas a su esposa,
hija Engracia e hijos José y Juan, despidiéndose de ellos poco antes de morir
fusilado, en mayo de 1940. Termina con amplia bibliografía y anexo fotográfico
de José Vera Murillo (única foto que se conserva, vestido de militar
republicano), su mujer, Inocencia, y sus hijos Engracia, Juan y José.
En el primero de los capítulos hace una
introducción sobre el concepto de represión en el primer franquismo y sus
componentes esenciales de violencia y miedo, acompañándose de notas
bibliográficas de refuerzo, entre las que destacan las de los historiadores
extremeños Julián Chaves Palacios y Francisco Espinosa Maestre, que junto a las
publicaciones de José Luis Gutiérrez Casalá, entre algunos otros, serán recurso
frecuente en sus consideraciones generales sobre la guerra e inmediata
posguerra en Extremadura.
Un segundo capítulo trata sobre los consejos de
guerra franquistas, destacando su contenido inquisitorial, la falta de
garantías procesales y el final fatídico para gran parte de los encausados: la
sentencia de muerte, que se ejecuta tras un breve plazo de encarcelamiento, de
los que muestra Francisco Javier algunos ejemplos. Con ellos nos traslada
emotivas cartas de despedida familiar, recurriendo a los testimonios publicados
por otros autores, como los citados anteriormente y algunos más entre la amplia
relación de los historiadores que afortunadamente se suman cada vez en mayor
número al estudio de esta etapa de largas décadas hasta hace poco
intencionadamente ignoradas.
El tercer capítulo entra de lleno en el estudio
de José Vera Murillo, siendo el más extenso, quedando dividido en tres
subcapítulos. Un primero se alarga sobre la biografía del protagonista hasta su
detención. Destaca su compromiso social y su participación activa en la vida de
su pueblo, Campillo de Llerena, especialmente durante la Segunda República, así
como su participación en la Guerra Civil, primero en Campillo y después en
diversos frentes (Extremadura, Brunete, Teruel, Madrid), alistado como voluntario,
llegando a ostentar el grado de capitán.
Un segundo apartado se extiende presentando y
analizando las cartas enviadas desde las cárceles extremeñas por las que pasó
tras su detención cuando, acabada la guerra, en lugar de huir se acercaba a su
pueblo para velar por su familia. Cartas de esperanza a su mujer, sabiéndose
inocente, cumplidor siempre de su deber, recto y humanitario en su proceder en
los tiempos confusos del golpe militar, que muchos aprovecharon de un lado y
otro para “ajuste de cuentas”. Confiados testimonios del que aún piensa en
salvarse, basándose en una justicia, que poco a poco va viendo inexistente,
como reflejaría en su diario sacado clandestinamente de la prisión de Badajoz.
El último apartado de este tercer capítulo ya
es un relato de la muerte anunciada. “Turbación y muerte”, dice Francisco
Javier García Carrero. Desesperanza, asesinato, desamparo y desgarro familiar
total, con notas sacadas de las cartas familiares de los últimos días, que se
transcriben completas en anexo.
Llega así a la breve Conclusión del libro,
donde reflexiona sobre las consecuencias dilatadas en el tiempo para la familia
de los represaliados, de los asesinados, a los que se les condenó al dolor de
estas muertes injustas y crueles, uniéndose a ello el estigma, la burla y el
silencio durante varias décadas, hasta que muy entrada la democracia han ido
descubriéndose los casos tan sangrantes que libros como éste nos muestran con
rigor y emocionada ejemplaridad.
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