VUELTA AL FORTE DA GRAÇA “TOMÁNDOLO” DESDE LA VERTIENTE
NORTE
Moisés Cayetano Rosado
Forte da Graça |
Vengo
del Forte de Santa Luzia, que está magnífico, como siempre desde su
rehabilitación a finales del siglo XX, tan respetuosa con su construcción
original, finalizada en 1648.
Forte de Santa Luzia |
Tras
departir un largo rato con su eficaz, amable guía, José Manuel Martins (una de
las personas más bondadosas que conozco), me encamino una vez más al Forte da Graça, que acaba de estrenar una asombrosa,
extraordinaria rehabilitación (http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2015/11/inaugurada-larequalificacao-del-forte.html).
Pero
esta vez no me dirijo por el camino principal hasta su puerta de entrada, sino
que por un sendero de la base doy un rodeo como si fuera a tomarlo por
sorpresa desde el lado contrario, el norte, tomando allí dirección a su hornabeque en la cima del cerro. (Aviso
a caminantes: dificultad moderada, para botas y cayado, lo que no ocurre en el
recorrido perimetral externo del Forte de Santa Luzia, que es bastante llano)
Accediendo al hornabeque del Forte da Graça |
Camino
por el vértice de una de sus
resaltadísimas puntas de estrella, en cuyos laterales se ubican “covas de lobo”
estratégicamente dispuestas para recibir al enemigo. ¡Una auténtica
aventura “controlada”! Ni están cubiertas como trampas mortíferas con afiladas
estacadas en su interior, ni me reciben a tiros desde el camino cubierto, que
tengo a mano.
Y otra
vez veo todo (aunque ahora desde la “cascara” exterior) como ya lo había visto
en los últimos meses, cuando se remataba su rehabilitación: extraordinario, portentoso, ejemplar en su
autenticidad e integridad.
Vista parcial del Forte da Graça |
Entro
en él, ya por la puerta principal, y allí
todo es limpieza, minucioso respeto por el legado de los siglos desde que
se construyó en la segunda mitad del siglo XVIII, con ese testimonio final de
la presencia militar a mediados del siglo XX, tan presente en los frescos del
interior.
Impresiona
ver las galerías de fusileros, las casamatas, las estancias interiores, que hace apenas un año estaban consumidas por
la ruina, la suciedad, el abandono, los escombros, la humedad… y ahora todo está en impecable “pase de
revista”, mostrando su grandeza, el ingenio de la disposición de sus
elementos de intendencia y de ataque.
Asombra la capacidad de una ciudad mediana
como Elvas para poner en valor su patrimonio histórico-monumental -tanto civil, como religioso y
militar-, de los mayores y más completos del mundo (empezando por el
abaluartado, que -después del de Valetta/Malta- es el más extenso que existe, y
en cuanto a legado complementario -cuarteles, polvorines, casa de barcas, hospital,
etc., etc., sin olvidar fuertes y fortines- no tiene rival).
Y asombra el cuidado, la conservación
puntual de todos los elementos de esta herencia portentosa, como también ocurre con su
atrayente trama urbana (http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2012/02/elvas-elvas-se-desliza-tambem-antiga-e.html). ¡Mi buen amigo y guía José Manuel
Martins recogía las colillas que dejan algunos “descuidados” visitantes por los
paseos del Forte de Santa Luzia, mientras hablábamos de la “Batalha das Linhas
de Elvas” (14 de enero de 1659), ambientado en la cual acaba de escribir un
cuento delicioso, que escenificarán escolares el día 16 de enero en su
Cine-Teatro!
¡Cuánto
amor y cuánto esfuerzo el de los elvenses, que nos ofrecen a todos el regalo,
el disfrute de una aventura histórica y
artística sin igual! Y por si fuera poco, ¡podemos saborear este recuerdo
en sus múltiples restaurantes, donde el milagro de la ingeniosa cocina alentejana redondea la aventura de esa “tomada” de
sus fortalezas, declaradas en 2012 tan merecidamente Patrimonio de la
Humanidad!
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