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miércoles, 7 de diciembre de 2016

SEGUIR CON MARRUECOS
Moisés Cayetano Rosado
Por sexta vez visito a Marruecos. La primera, hace más de treinta años; las otras, más seguida, e incluso las dos últimas en el año actual. Algunas ciudades, varias veces. Merece volver, recordar, experimentar nuevas sensaciones en distintas épocas del año, en distintos momentos de la vida. Colores, olores, comidas autóctonas, cánticos, rumores; paisanajes, paisajes, monumentos; medinas, zocos; contraste de preservación de costumbres y de modernidad, le dan un especial atractivo.
Algunas impresiones las he ido escribiendo en este blog, e incluso incluyendo junto a las fotos vídeos puntuales. Ahí va una muestra:
Ahora, en un viaje por Chauen, Fez, Meknes y Alzira, descubro algo nuevo, lo más “viejo”: la ciudad romana de Volúbilis. Voy bien acompañado: mis nietos Moisés y Marco inician su conocimiento de Marruecos con este periplo.
Entrando a Volúbilis
Como he hablado de las anteriores ciudades actuales y sus entornos  (atrás van los enlaces), me ahorro repetir. Pero quiero dedicar unas líneas a la increíble Volúbilis, la principal ciudad del interior de la Mauritania Tingitana de los romanos, residencia de los gobernadores de la provincia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Desde el año 40 -bajo el emperador Calígula- hasta el 285 -bajo Diocleciano- vivió su gran época de esplendor, volviendo posteriormente a tener un protagonismo de primera magnitud bajo la dinastía idrisí, desde que su fundador, Idrís I (bisnieto de Mahoma), allí se asienta, huyendo de los abasidas en el 789.
Lamentablemente, el terremoto de Lisboa de 1755 arrasó con gran parte del legado artístico monumental que tuvo, pero en las 20 hectáreas excavadas (la mitad de su extensión) disfrutamos de resto de considerable belleza y valor.
Arco de Triunfo de Caracalla
Extraordinarios foro, basílica, templo de Júpiter Capitolino, Arco de Triunfo de Caracalla (levantado en su honor, al conceder a sus habitantes la ciudadanía romana), barrio de casas plebeyas y barrio nobiliario, termas, acueducto, prensas de aceite, tiendas, amplio viario, arcos de entrada, y una maravilla de mosaicos que decoraban los pisos de las familias más adineradas y que en buena parte se conservan en toda su belleza de traza y colorido.
“Baco en una cuadriga tirada por panteras en la Casa del Efebo”, “Baño de Diana en la Casa de Venus", “Trabajos de Hércules", "Ninfas bañándose", "Abducción de Hylas por las Ninfas", son algunos de estos mosaicos que no nos cansaremos de admirar, y que seguramente constituyen el mayor atractivo de Volúbilis para cualquiera que allí se acerque.
Unos 20.000 habitantes llegó a albergar este recinto, que en su día estuvo totalmente fortificado y conserva parte de sus defensas en la actualidad. En él se percibe la sabiduría y racionalidad urbanística, infraestructural, industrial y de servicios de todo tipo, del Imperio romano.

Mulay Idris
En un alto, a cinco kilómetros, divisamos la hermosa ciudad de Mulay Idris, maravillosa población que “sube” por la falda de un elevado cerro, y lo culmina. Alberga en su interior el santuario del fundador de la dinastía idrisí, siendo por ello lugar de peregrinación. Desde Volúbilis, las vistas son encantadoras, con su derrame de casas blancas con techo rojo, y al medio el verde de la mezquita, de airoso alminar. Un día, habrá que “perderse” por allí… Se puede ir andando sin mucha dificultad, o en taxis, que se anuncian en Volúbilis, a 3 euros para seis personas.

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