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viernes, 10 de noviembre de 2017

DE LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA AL CANTO DE LA HISTORIA 

Moisés Cayetano Rosado
Voy de un lado a otro, a dos actos culturales de primera magnitud. La presentación del libro de Francisco Javier García Carrero, "Un siglo de Historia de la Guardia Civil en Extremadura. Desde su fundación a la lucha contra el Maquis (1844-1944)", XVI Premio Arturo Barea (de la Diputación de Badajoz), y el concierto de la Orquesta de Extremadura, bajo el título "La revolución francesa y las Cortes de Cádiz".
Habrá tiempo de hablar del libro de García Carrero, uno de los investigadores extremeños más rigurosos y comprometidos, ecuánimes, sosegados, de amplia trayectoria y firme apuesta por desvelarnos la trayectoria general de la Guardia Civil en Extremadura (a lo que dedicó su tesis doctoral) y a diversos agentes y autoridades singulares del Cuerpo: su trabajo monográfico sobre el "mando" Manuel Gómez Cantos, recientemente reeditado por la Diputación de Badajoz y la ARMHEX Memoria Histórica Extremadura, es de obligada lectura para entender las desviaciones del abuso de poder. Por lo que nos desveló en la presentación de esta historia General de la Guardia Civil, se profundiza en este tipo de desmanes, pero igualmente en lo que tantas veces significó este Cuerpo, de seguridad en los campos y los pueblos, de auxilio y colaboración con la sociedad. Importante reto para el lector, sin duda alguna, con opiniones y experiencias a veces bastante polarizadas.
En cuanto al Concierto de la Orquesta de Extremadura, con una primera parte de Beethoven: Sinfonía nº 7 en la Mayor op. 92 (1811-12) sobrecogedora, y una segunda de Franz Joseph Haydn: Misa in tempore belli (1796) inenarrablemente sublime, hay que decir que superó todas las expectativas. En esta segunda parte, con casi medio centenar de músicos en el escenario y otro tanto de integrantes del Coro de Cámara de Extremadura (cuya directora es Amaya Añúa), junto a la soprano Isabel Monar, el alto Marina Rodríguez-Cusí, el tenor Víctor Sordo y el barítono Sebastià Peris, dirigidos por Andrés Salado, el espectáculo fue sobrecogedor.
Una lástima que actos de tanta altura "casi" se sobrepongan en horarios (a las 19'30 el primero y a las 20'30 el segundo). Sobre todo porque la Orquesta de Extremadura en Badajoz "arrastra" siempre entre 700 y 900 personas (esta vez quizás más), y restan público a los otros. Aunque hay que decir que en la presentación del libro de Francisco Javier no bajaban del centenar. Bien "arropado" por el historiador Julián Chaves Palacios (su director de tesis); la directora del Área de Cultura de la Diputación de Badajoz, Elisa Moriano Morales, y el especialista en Arturo Barea y periodista inglés, Willian Chislett, el historiador García Carrero hizo una presentación muy didáctica (no en vano es un experimentado profesor de Secundaria), que aún invita más a la lectura.

Por lo que respecta a la Orquesta de Extremadura, decir que hay que seguir potenciándola (recuerdo esos años recientemente pasados en que el Gobierno Regional del PP estuvo a punto de "cargársela") y dignificando sueldos, contrataciones, materiales e instalaciones. Y decir también lo meritorio que es que un coro como éste de Cámara de Extremadura actúe "por amor al arte" (nunca mejor dicho); sería más que justo darle dotación presupuestaria mínima para sufragar gastos de desplazamiento, manutenciones en actuaciones, compra de uniformes y materiales, etc. Tomen nota aquellos que participan en la Fundación Orquesta de Extremadura (las dos diputaciones, la Universidad de Extremadura y, sobre todo, la Junta de Extremadura) y los que oficialmente deben sostener a este Coro ejemplar.

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