UNA ESCAPADA POR ALMERÍA (II)
Los refugios |
Moisés
Cayetano Rosado
Memoriales.
Cuando bajamos de la Alcazaba, una vez más cerca del Mercado,
nos encontramos con otro elemento patrimonial singular, el más singular de
todos los de Almería, que en extensión, conservación y significado no tiene
rival en parte alguna: “Los refugios de
la Guerra Civil”.
La ciudad de Almería sufrió 52 bombardeos por aire y mar, en los que
cayeron un total de 754 bombas durante la Guerra Civil
Española. Esto provocó que se decidiera construir unos refugios subterráneos, con más de 4 kilómetros de longitud en total,
un quirófano de urgencia, salas de entretenimiento para niños, almacenes de
provisiones alimentarias, sesenta y
siete bocas de salida a las calles adyacentes a su ramal principal y capacidad
para albergar a unas 35.000 personas, de los 50.000 habitantes que entonces
tenía la ciudad, dotada al mismo tiempo de otros refugios menores. Los trabajos comenzaron en octubre
de 1936 y concluyeron en la primavera de 1938, siguiendo fundamentalmente el
eje del actual Paseo de Almería, que lleva desde la Plaza de Purchena hasta las
cercanías del Puerto, con pasadizo principal de dos metros de ancho y doble
banco corrido en los laterales para sentarse.
A diferencia de otros
refugios de la misma época, como los de Cartagena, Barcelona o Jaén, estos han
llegado prácticamente intactos hasta nuestros días. Otros refugios de gran
importancia a nivel europeo, como los de Londres o Berlín sólo han sido recuperados en pequeñas
extensiones.
No es el único recuerdo de los tiempos difíciles de la Guerra Civil y
sus consecuencias inmediatas que tiene esta ciudad, tan castigada por los sublevados. Muchos de sus hijos tuvieron que huir
camino del exilio para salvarse de una muerte segura, a manos de los
sublevados contra la República que defendieron, y pasaron a Francia, donde les
aguardaba la II Guerra Mundial, en la que participaron buena parte de ellos,
siendo víctimas de otra nueva y cruel represión al ser apresados por los
alemanes.
Monumento a los exiliados muertos en campo de concenetración |
En su honor se levantó el monumento
a las víctimas del campo de concentración de Mauthausen. Un complejo escultórico situado en
el Parque de las Almadrabillas, que cuenta con 142 columnas, una por
cada una de las víctimas almerienses del campo de concentración, formando un
bosque alegórico de la permanencia de la lucha y del sufrimiento de estos
andaluces. Al medio está un emotivo, expresionista altorrelieve, que evoca la
tragedia, representando la
escalera en la que muchos de los prisioneros del campo de Mauthausen murieron
transportando pesadas piedras.
Monumento a los mártires de la libertad |
Ambos memoriales, unidos a la columna sobre gran
peana que conmemora el "Pronunciamiento de Almería o de los Coloraos",
representan la lucha, el dolor y la dignidad de un pueblo que ama firmemente la
libertad, lucha por ella y por ella se sacrifica.
Al lado mismo tenemos otro elemento
singular de Almería: el “Cable Inglés”,
enorme viaducto levantado para trazar el carril que une la estación de
ferrocarril con el puerto, para transportar mineral, construido a cargo de
la sociedad The Alquife
Mines and Railway Company Limited, y terminada en 1904, siguiendo la escuela de
“arquitectura del hierro” de Eiffel; estuvo en uso hasta 1970, y ahora es uno
de los iconos de la ciudad.
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