ANTOLOGÍA POÉTICA DE RUFINO FÉLIX
MORILLÓN PUBLICADA POR LA FUNDACIÓN CB
Moisés Cayetano Rosado
Lo he dicho muchas veces, y aun a riesgo de que algunas personas no me lo perdonen: Rufino Félix Morillón es la voz poética más pura, más original, elegante, cálida y de calidad que ha dado la poesía extremeña del siglo XX y lo que va del XXI. Uno de los poetas más importantes del panorama literario en lengua castellana.
Este hombre vitalista, que hace tiempo dejó atrás
los noventa años de edad, ha producido los versos más sublimes con los que
uno se pueda encontrar, y que ahora, gracias a la labor editorial encomiable de
la Fundación Caja Badajoz ve la luz en una antología notable, de cuya
elaboración se ha hecho cargo el profesor Francisco López-Arza Moreno, uno de
los mejores conocedores de su obra.
A mí me cabe el honor de presentar la obra editada,
de 123 páginas, que contiene 174 poemas, de sus diecisiete libros editados (más
un epílogo), sacados a la luz entre 1989 y 2019.
Rufino Félix Morillón, que tiene entre otros
galardones los premios de poesía Ciudad de Salamanca y Ciudad de Badajoz, ha
visto publicadas sus obras completas en estimable edición del Ayuntamiento de
Mérida, que por otra parte le nombró Hijo Predilecto. Ahora, precisamente,
andamos trabajando (bajo la dirección del incansable Francisco Rangel
Rodríguez) para conseguir que se le otorgue la Medalla de Extremadura, que
bien se la merece por su contribución a la Poesía Universal, desde su rincón
emeritense donde vive y que engrandece con su obra creativa.
El
día 24 de mayo presentamos esta memorable publicación de la Fundación CB en su
sede de Mérida, a las 19’00 horas (Centro Cultural Santo Domingo,
en la Plaza del mismo nombre), y el día 31 de mayo a la misma hora en una de
sus sedes de Badajoz (Edificio VS22, C/Virgen de la Soledad, 22).
En tanto vayan estos versos cargados de emoción (que nos recuerdan levemente a la "Oda a la Inmortalidad", de William Wordsworth, inspiradora del trasfondo de la película "Esplendor en la hierba", de Elia Kazan) como “aperitivo” de lo que nos encontraremos en su obra:
MOMENTOS
DE CENIZA
Estas manos ya ausentes
del calor de otras manos,
fatigadas de adioses
con pañuelos de lágrimas,
frías y sarmentosas
por el rigor del tiempo,
son las que en otros días
saludaron la luz de los hechizos
como irisados pájaros
uncidos al deslumbre.
Aunque ya no posean
el ardoroso pulso de la sangre
que las hacía llamear,
y hayan perdido el gozo
táctil y enardecido del deseo,
siguen siendo las manos
a las que debo ardientes
momentos sin ceniza.
Son estas manos mías,
que ahora llevo a los ojos
para secarme el llanto.
Sí, los poemas de Rufino están impregnados de nostalgia, de evocación del tiempo que pasa y no retorna, de recuerdos sublimes y de “despedidas”. Pero ¡cuánta armonía, cuánta belleza en su expresión!
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