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jueves, 2 de febrero de 2012

MARGIN CALL: LOS ORÍGENES DE LA CRISIS DE 2008


        El thriller “Margin Call”, del director y guionista J.C. Chandor, estrenado a finales de 2011, nos está ofreciendo por las salas de proyección de todo el mundo (y en la comodidad de nuestras casas particulares, con unas ventas notables de DVDs) una cruda lección de los orígenes de la crisis económica mundial iniciada en Nueva York (como casi siempre en los últimos 100 años), que nos está atacando de lleno, y lo seguirá haciendo aún por mucho tiempo.

        Con unos medios sobrios, rodada fundamentalmente en interiores o panorámicas aéreas de Nueva York nocturno; a base de primeros y primerísimos planos; recurriendo magistralmente a la palabra y a la expresión de los ojos de los actores, y a silencios significativos… apenas hace una sola concesión a la sensibilidad humana, en planos breves: la enfermedad, muerte y enterramiento del perro de uno de los tiburones de las finanzas, capaz por esto de sentirse desesperado y llorar. Lo demás es todo relato de ambiciones, estrategias de mercado, fórmulas para endosar a otros los errores de cálculo y venta de activos tóxicos, que pueden arruinar por completo al banco donde se traman todas las operaciones financieras de alto riesgo.

        “Margin Call” es una muestra dinámica y amena de cine de suspense, pero sin “miedos clásicos”, sino con la frialdad de los cálculos de las altas finanzas, que atesoran dinero, hunden empresas o las levantan, arrasan con grupos y personas, siendo la ley del más listo y con menos escrúpulos la que impera.

        Miradas frías, diálogos cortantes, estructura rígida y vertical del poder, chantajes, engaños, reacciones rapidísimas en la toma de decisiones, conforman la trama para deshacerse de unas inversiones en minutos, endosándoselas a otros especuladores. A la postre, desencadenarán una crisis en cadena en el sector financiero, hipotecario, inmobiliario y de empleo, generando esta situación económico-social en la que nos hundimos.

        Con la muerte y enterramiento del perro en un jardín callejero, simboliza Chandor -al final- el abandono de los más inocentes en este sistema deshumanizado de capitales y ganancias, donde únicamente el fallecimiento natural conlleva alguna lágrima, que no tardando mucho se olvidará.

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