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lunes, 17 de septiembre de 2012


¿FAMILIA REAL?
 (“Comentario de arte y de política”)
Por MOISÉS CAYETANO ROSADO
¿Qué veo en esta foto? A una familia feliz. Sonriente la pareja adulta, que se mira con languidez y entrega. Una niña soñolienta y confiada apoya su cabeza en el regazo de la madre, y la otra -de angelical sonrisa- mira hacia la cámara, doblando las piernas hacia fuera, como también hace su hermana. Son los príncipes herederos españoles. Aquí el poder representativo supremo se hereda todavía.
El encuadre se ciñe a un triángulo que tiene los vértices de la base en los pies desnudos de las niñas y pasa por las rodillas de los papás. Los lados hacia la cúspide del triángulo van por los cuerpos de las niñas, sus cabezas y las cabezas paternas, para encontrarse más arriba, en los verdores esperanzados del paisaje. Predomina el blanco de almohadones mullidos y ropajes, junto a unas notas mínimas de color en la niña de la derecha y algunos azules pálidos, que se prologan en el verde sombreado, apacible, acogedor del jardín. El sillón de mimbre también tiene respaldo triangular. En la horizontalidad de la instantánea, esta triangulación nos ofrece un mensaje subliminar de asistencia de la divinidad, católica, trinitaria, amparadora.
Pero, ¿corresponde tanta mansedumbre y tierna seguridad a la imagen que unos personajes regios, herederos de una monarquía en dos generaciones sucesivas, deben dar en estos momentos y de este país que representan?
Cuando millones de parados, cientos de miles de familias sin ningún ingreso se multiplican cada día…; cuando los que sí tienen empleo ven reducidos sus salarios hasta límites de estrechez…; cuando suben todo tipo de impuestos, de tasas, de precios al consumo…; cuando los jóvenes no ven otra salida que aquella de otros tiempos: marchar, marchar a donde sea, “aun cuando fuere al mismo infierno”, que escribía el novelista Felipe Trigo hace un siglo…; cuando se multiplican por miles los desahucios…; cuando el Gobierno de la nación decreta lo contrario a lo que prometió, vaciando los bolsillos y las esperanzas de los ciudadanos… ¿no tendrán que repetir lo que no hace mucho dijo el padre ahora reinante a propósito de una de sus “excursiones cinegéticas”: “Lo siento, me he equivocado; no volverá a ocurrir”?

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