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miércoles, 12 de diciembre de 2012


CONDENABLES DECISIONES URBANÍSTICAS

Por Moisés Cayetano Rosado
Traigo aquí, como ejemplo de condenables prácticas en el planeamiento urbano de “intencionalidad sospechosa”, un caso ilustrativo de lo que ha sido la actuación municipal urbanística “corriente” a finales del siglo XX y principios del XXI, y que tanto ha contribuido a lo que llamamos “pelotazo urbanístico” y desengaño político ciudadano.
En el Plan General Municipal de Badajoz actualmente en vigor se puso suelo a disposición de las inmobiliarias y constructoras para un total de 58.000 nuevas viviendas: 13.000 de ellas en marcha o en proyecto, por ser espacios residuales del anterior Plan General de Ordenación Urbana (de 1989) y otros suelos calificados por modificaciones puntuales o Planes de Interés Regional; 35.000 correspondientes a suelo urbanizable con condiciones, o sea disponibles para próxima programación, normalmente a desarrollar en dos quinquenios, y 10.000 en reserva -suelo urbanizable sin condiciones- por si se agotaran las promociones anteriores.
No está mal para una ciudad que posee en la actualidad no más de 50.000 viviendas (cinco mil de ellas vacías) y que en los últimos veintiséis años ha tenido la siguiente evolución demográfica: 1986, ciento veintiséis mil habitantes; 1996, ciento treinta y cuatro mil; 2006, ciento cuarenta y seis mil; 2011, ciento cincuenta y un mil. O sea, que ha crecido a un ritmo de mil habitantes por año.

VIVIENDAS PARA 200 AÑOS.
¿Esperan que los proyectos infraestructurales dinamicen el crecimiento? Los otros factores intervinientes: el trasvase campo-ciudad, la afluencia de emigrantes extranjeros y la tasa de crecimiento natural, llevan un ritmo negativo.  Así, las 58.000 viviendas nuevas, a tres personas por vivienda, tardarán en ocuparse (siguiendo la dinámica de los últimos decenios) casi 200 años, y desde luego un Plan General debe revisarse a los 10, 15 o a lo más 20 años desde su aprobación, y no esperar dos siglos, dejando a varias generaciones venideras sin libertad para su propio diseño de ciudad.
Con todo, lo más escandaloso está en su distribución territorial: el 56% del suelo urbanizable se programa para unas franjas espaciales que no suponen ni un tercio de las nuevas áreas clasificadas en toda la ciudad. En concreto, irán esas nuevas viviendas al espacio comprendido entre la avenida de Elvas y el río Guadiana, por arriba, y entre el río y carretera de Olivenza por abajo: lo que más de una vez llamé «la milla de oro», ¡ y con el máximo índice de edificabilidad permitido por la ley!
Allá, denuncié en su día -en nombre del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Badajoz, como concejal portavoz de Urbanismo-, tienen intereses directos miembros muy destacados del PP, algunos en el gobierno municipal. Allá -porque así lo tienen programado en el plan de ejecuciones del proyecto- comienzan las construcciones de nuevas viviendas. O sea, serán espacios de mejor venta, por ser las primeras y por estar próximas a las zonas más apetecibles: en el área de la Universidad, Hospital Provincial, lugares de ocio (Lusiberia, Institución Ferial) y macrocomerciales, por la avenida de Elvas, y zonas multideportivas y recreativas (instalaciones de la Fundación Municipal de Deportes, campo municipal de fútbol), por la de Olivenza. Espacios que siempre propusimos para una mejor expansión universitaria, cultural, de ocio, deportiva, recreo colectivo, zonas libres, etc. ¡Ah!, pero eso no genera plusvalías por venta de terreno...
Deberían haber justificado la expansión a medio plazo sobre criterios de sostenibilidad que garanticen su equilibrio (artículo 70.1.1.a. de la LSOTEX -Ley del Suelo y Organización del Territorio de Extremadura-) y el análisis y consecuencias demográficas, sociológicas y ambientales (artículo 75.1. de la LSOTEX); pero eso “lo olvidó” el equipo de gobierno municipal. La Junta de Extremadura tenía el deber de recordárselo, y por tanto de requerírselo, pero inexplicable y lamentablemente no ocurrió, cuando en modo alguno los cumple, atropellando así la propia Ley.

"MILLA DE ORO".
Aprobado el Plan, esa «milla de oro» especialmente será un espacio futuro lleno de problemas:
-       «Avispero humano», por la enorme densificación y concentración masiva, con las limitaciones que les pondrá la natural barrera del río.
-       Colapso circulatorio rodado, por el tráfico interior que se generará, aparte del que ya producen los equipamientos allí implantados: Universidad, Hospital Provincial, servicios recreativos y macrocentros comerciales en la zona de la avenida de Elvas, y Campo de Fútbol e instalaciones multideportivas entre La Granadilla y carretera de Olivenza.
-       Limitaciones al uso recreativo y expansivo natural de las márgenes ribereñas del Guadiana para el conjunto de la ciudad.
-       Obstáculos para la utilización (de la ciudad, y zona comarcal y transfronteriza de influencia) de las dotaciones y equipamientos generales enumerados, por saturación espacial, etc.
Y todo, por empeñarse en un crecimiento macrocefálico de una zona, «la milla de oro», que nos alinea con los lugares del «pelotazo», desequilibrando urbanísticamente a la ciudad e hipotecando su desarrollo sostenible futuro por varias generaciones que no tienen la culpa de esta manifiesta voracidad especulativa.

1 comentario:

  1. Pero ellos han hecho su negocio, lo demás les importa un carajo y como bien has dicho...¿La Junta para qué?

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