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viernes, 6 de septiembre de 2013

LA ESPECIAL GRANDEZA DEL FORTE DE SANTA LUZIA DE ELVAS
Moisés Cayetano Rosado 
La frontera luso-española está “sembrada” de fortificaciones abaluartadas, que a un lado y otro se corresponden frecuentemente como botón y ojal de una camisa… desgarrada por las frecuentes guerras de la Edad Moderna.
Estas impresionantes maquinarias defensivas, de gran complejidad, fueron la respuesta a la invención y avances de la pirobalística: el ataque con cada vez más potente armamento de fuego, ante los que los elevados castillos medievales eran como parapetos de cartón. Y hubo que remover tierras, terraplenar espacios, cavar profundos fosos, levantar gruesas murallas inclinadas que desviaran los impactos, proteger con obstáculos exteriores (como revellines y medias-lunas, pentágonos en los vértices de las cortinas de murallas para favorecer fuego cruzado…). También, levantar fuertes exteriores cuando las poblaciones tenían cerros alrededor (padrastros) desde los que el enemigo pudiera hacer blanco con su armamento.
Y es en estos fuertes donde se condensa la grandeza y belleza de estas fortificaciones “a la moderna”. Al estar libres de obstáculos exteriores y sin construcciones previas en el interior que respetar o grandes espacios a los que adaptarse por sus curvas de nivel, desplegaron todo el potencial de la ingeniería, conjugada con la geometría; la funcionalidad con la belleza, la técnica con el arte.
El Forte de S. Luzia visto desde el Fortín de S. Mamede
Dentro de la amplia relación de fuertes en la Raya, uno de los mejor recuperados, rehabilitados y puesto en uso, resultar ser el Forte de Santa Luzia, de Elvas. Un fuerte comenzado a levantar en 1641 (a raíz de la Guerra de Restauração), bajo la dirección de Carlos Lassart, ingeniero mayor del Reino, perteneciendo el proyecto final al jesuita holandés João Pascácio Cosmander, ingeniero militar, matemático y arquitecto, principal diseñador de las fortificaciones alentejanas del siglo XVII. En 1648 estaba terminado, si bien desde 1644 ya presta importantes servicios de defensa.
Tras ser asediado infructuosamente el año aludido, sufriría nuevos cercos en 1658 y 1959, dentro de la Guerra de Restauración (1640-1668). Posteriormente, en la Guerra de Sucesión a la Corona Española (1704-1712), protagonizó otras dos eficaces defensas: en 1706 y 1712.
Nuevamente, durante la llamada Guerra de las Naranjas (1801) volvería a ser asediado. Algo que se repite en las Guerras Peninsulares (1807-1812), en dos ocasiones: 1807 y 1808; la primera por los franceses, que logran entrar, y la segunda por el ejército anglo-luso, que lo libera.
Covas de lobo en el Forte de S. Luzia
El fuerte tiene tres fosos sucesivos, poseyendo el exterior atenazado abundantes covas de lobo (pozos disimulados con cobertura vegetal y dotados al interior de lanzas de madera para atrapar a los asediantes), cuatro tambores y un reducto angular. En el segundo foso posee dos revellines (al E. y al S.). Puertas dobles (tras primero y segundo foso, con rediente la interior) en la cara N. Un baluarte en cada ángulo del polígono rectangular interior, ya en el tercer foso. Culmina -en el centro- la Casa del Gobernador, con amplios miradores y linterna.
Galería interior en el Forte de S. Luzia
El fuerte está suficientemente dotado de cisternas para resistir un asedio de varios meses; almacenes de armas, municiones y víveres; cuarteles para acoger a la guarnición; cuartos para reclusiones; galerías interiores de comunicación; instalaciones sanitarias, capilla… todo a prueba de bombardeos.
Se comunica con la plaza de Elvas mediante un camino cubierto (a ambos lados del paso), recto, que se conserva en gran parte.
Tras quedar fuera de uso militar, en 1884 acogió al Lazareto de Elvas. En el año 2000 se emprendieron obras de rehabilitación, para su uso como Museo Militar, que es el que actualmente tiene, habiendo sido inaugurado el 18 de noviembre de 2001.
El Museo se distribuye en seis antiguas casernas (estancias a prueba de bombas) donde se recrea y documenta con armamento, pertrechos, maquetas, audiovisuales… la historia militar de Elvas desde la Edad Media hasta mediados del siglo XIX. Se completa con la instalación exterior de piezas de artillería reales, y militares de diversas épocas recreados en resina especial para intemperie.
La visita, por tanto, resulta altamente instructiva para comprender los sistemas de defensa de la Edad Moderna y del siglo XIX, así como para repasar la historia de enfrentamientos en la Raya desde la reconquista medieval.
Y el recorrido por los paseos de ronda de las murallas es una delicia, ya que las vistas hacia Elvas, hacia la planicie que comunica con Badajoz (y Badajoz mismo), los fortines exteriores de la población (S. Mamede, S. Pedro y S. Domingos, al pie del monumental Acueducto de Amoreira este último), el Forte da Graça y el oeste que nos lleva al interior alentejano, resultan una experiencia inigualable.

No está demás, en este sentido, que señalemos ahora aquí que el próximo sábado, día 7 de septiembre, giraremos una visita guiada al Forte de Santa Luzia, que comenzará en la entrada del mismo a las 10’15 hora española. A ella estáis todos invitados.

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