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miércoles, 10 de septiembre de 2014

La Unión Ibérica
Periódico HOY, Extremadura, 4 septiembre 2014. Pg. 17

Moisés Cayetano Rosado
Impulsada por la Asociación Cultural Extremeño-Alentejana, Ediciones 19 ha sacado a la luz en versión impresa y digital un libro singular. Se trata del opúsculo La Unión Ibérica, escrito por Sixto Cámara durante su exilio en Lisboa, de 1857 a 1859, a donde se vio obligado a huir, perseguido por sus ideas políticas democráticas, liberales, republicanas, y por su activismo directo en las tribunas, en la prensa, en todo tipo de publicaciones.
Sixto Cámara moriría en Olivenza ese mismo año de 1859, pero dejó un legado ejemplar como pensador, escritor, político y dinamizador cultural. Apasionado de la unión ibérica, escribió estas páginas que ahora ven la luz ¡por primera vez en castellano!, idioma en el que fue escrito. El mismo año de su muerte aparecería traducido al portugués por Rodrigo Paganino y prologada por José María Latino Coelho, iberista como él, alcanzando dos ediciones, tras lo cual pasó a la sombra de las bibliotecas.
Ahora, en edición bilingüe, se nos ofrece en esta publicación, que ha estado al cuidado de dos grandes especialistas en temas portugueses, enamorados de lo transfronterizo, activistas del cruce de culturas y el debate ibérico: Fernando Cortés y Germán Rueda. El primero de ellos ha realizado la traducción actualizada y el segundo se ha encargado de biografiar al infortunado autor, fallecido a los treinta y cuatro años de edad, en plena actividad política e intelectual.
Leer La Unión Ibérica en estos momentos, más de ciento cincuenta años después de haber sido escrita, nos resulta aleccionador. Primero, por lo que tiene de “anticipador” de lo que ha sido y sigue siendo el proceso de Unión Europea, muchas de cuyas estrategias ya concibió Sixto Cámara para la Unión Peninsular, con respecto a los mecanismos de funcionamiento institucional y a las competencias a asumir en infraestructuras, economía, moneda, comercio… Segundo, por lo que supone de “alarma” ante la “absorción y engullimiento” que podría ver en ello Portugal, rebatiendo los tres argumentos que tanto se debatían en el siglo XIX y que, por lo que al primero se refiere, está muy presente aún hoy en día:
- Que Portugal perdería su independencia pasando a ser una provincia conquistada.
- Que siendo un país pacificado y libre no sería bueno asociarse a las discordias civiles sanguinarias de España.
- Que Francia e Inglaterra se opondrían a la Unión Ibérica.
Leyendo esta primoroso edición de La Unión Ibérica, 1859, nos veremos sorprendidos por la frescura de la prosa del joven periodista, pensador y político Sixto Cámara; sus ideas avanzadas, rompedoras con la dinámica del momento, en que el iberismo era tan minoritario (tampoco es que hayamos avanzado mucho, pese a la integración europea, las eurorregiones fronterizas, las eurociudades, los gabinetes de iniciativas transfronterizas y las asociaciones rayanas de todo tipo).

Y nos sorprenderemos también con este rescate de algo tan poco conocido no solo en general sino para los que “trasteamos” por la frontera en particular. Además de lo primoroso, cuidado, de la edición por parte de Fernando Cortés y Germán Rueda, que bien merecen nuestro agradecimiento.

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