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lunes, 27 de abril de 2015

ESOS VIAJES TURÍSTICOS EN GRUPO

Moisés Cayetano Rosado
¡Esos sufridos y sufrientes grupos de turistas! Puede incluso que viajes solo, pero llegas al pie del monumento y ¡zas!, allí está el conjunto “observador”, donde al tiempo puedes observar de todo. Así, a saber:
El gracioso de turno (suele ser siempre un hombre, y bien dotado de presencia abdominal), que hace chanzas con cualquier cosa que se le ponga por delante: aquello que explican los guías, a lo que siempre saca punta, a poder ser “picante”; el vendedor de cupones que pasa al lado (“Ven pa’cá, que te los compro tós”, decía uno hace unos días, interrumpiendo las explicaciones esforzadas a voz en cuello del experto); un compañero o compañera de viaje, que se hace el interesado o el remolón, da igual: “¡Mía cómo se emboba ése!”, dice, sobando su barriga.
El abnegado o abnegada amante de la fotografía, que se queda siempre atrás y retrasa el deambular del conjunto, perdiéndose en muchas ocasiones. “¡Chachos, si es que vais a matacaballos!”, dice, poniéndose la cámara en bandolera, cachazudo.
El que “pasa” de todo y se sienta en escalones, bancos, poyetes o cualquier apoyatura de posaderas que se le ponga por delante. “¡Ay!, qué cansado que es esto, cómo sufrimos los turistas”, dice, interrumpiendo la leyenda que cuenta el guía, con lo cual le da pie al gracioso para nuevas y más brillantes aún intervenciones.
Aquellos, aquellas, que se cuelan en toda tienda de souvenires que se le ponga por delante, y miran, remiran, regatean, compran o no compran, pero detienen a la caravana hasta que les da la real gana reanudar la marcha: “¡Coño!, qué prisa tenéis”, dice, con su paso de reumático/a.
Luego están los que no les gusta la comida, o les gusta en demasía. Tratándose de sefl service o de un “todo incluido”, ¡vaya platos, bandejas de viandas! ¡Cómo podrán bailar después con semejantes atracones!
Esa es otra, la del baile. Estarás o no en el grupo, pero caes por allí al entrar, salir o descansar en dependencias comunes del hotel. Bailongo con animador/animadora. Pachangueo, rechuflas, graciosismo a tutiplén. Chistes de los sufridos animadores, que parecen divertirse una jartá con su trabajo.
¿Y qué decir de los cantores, los contadores de chistes, los inventores de trastadas? ¿Y los entendidos en todo lo que se ponga por delante, que polemizan con cualquier sufrido explicador que se le venga a tiro? ¿Y los profesionales de protestar por todo? ¿Y los amantes de colarse los primeros? ¿Y los que reservan los mejores sitios donde sea para los amigos que viene más atrás?

Camina despacioso el tropel. Mira y remira. Grita y “regrita”. Canta y “recanta”. Ríe, “reríe”. Palmea, “repalmea”. Vive la vida a tragos de cultura embasada en folletos que recogieron ilusionados de la agencia de viajes. ¡Deliciosos viajes turísticos en grupo, o sufriendo a grupos, que a veces te hacen añorar el tranquilo sosiego del sofá!

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