La importancia de Vila Viçosa en la Red
Fortificada de la Raia-Raya luso-española
Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia
Director
de la Revista Transfronteriza O PELOURINHO
A
veces no nos damos cuenta de lo obvio. Y lo obvio en cuanto a la red
fortificada luso-española es -entre otras cosas- que Vila Viçosa desempeña un papel crucial tanto histórica como
patrimonialmente, haciendo de ella un elemento singular, único e irrepetible en
toda la frontera.
Colocada
en la segunda línea de invasión, dentro del espacio extremeño-alentejano, tuvo un protagonismo esencial en la Guerra
de Restauração, viviéndose en sus alrededores dos de las seis batallas
cruciales: la de Ameixal, en 1663, y especialmente la definitiva de Montes Claros, en 1665, tras un
trascendental cerco a la ciudad, del 9 al 17 de junio. No es de extrañar,
por tanto, que su fortificación medieval y su castillo renacentista se vieran
acrescentados por refuerzos artillados en el siglo XVII, que serían
sucesivamente perfeccionados durante los conflictos posteriores que enfrentaron
a españoles y portugueses.
Todo
ello ha dado lugar a un patrimonio
fortificado, artístico, monumental, de primera importancia y de una lectura histórica
inigualable. La construcción de su
cerca medieval sería iniciada bajo el reinado de D. Afonso III y concluida
a finales del siglo XIII, con D. Dinis. Posteriormente, se beneficiaría de
diversas mejoras en tiempos de D. Fernando, y -aunque modificada en siglos
posteriores- nos ha llegado hasta nuestros días en toda la integridad de su
contorno, que se abre al exterior por
tres puertas monumentales -más otras dos menores- de arco apuntado: la de
Estremoz al noroeste, la de Olivenza al noreste y la de Évora (rehecha durante
el Estado Novo, pues al levantarse el castillo artillero fue eliminada para
dejar expedita su línea de tiro) al oeste, todas ellas flanqueadas por airosos cubos cilíndricos, adelantados de la cerca,
con fina traza gótica. Una torre
albarrana, cuadrangular, en casi al medio de la cortina del suroeste, se
comunica con el interior por pasadizo elevado.
Al sureste de esta cerca bajomedieval
se levanta el castillo artillero de principios del siglo XVI (¡auténtica “joya
de la corona” de este conjunto fortificado y de toda la Raia/Raya!), con planta cuadrangular y torres
cilíndricas de portentoso volumen en los ángulos E. y O., proyectado por la
familia Arruda (Diego o Francisco) a partir de 1520, siguiendo la traza
italiana emanada de Leonardo da Vinci y que constituye un caso único en toda la Raia/Raya, el cual establece una
“línea de continuidad” en la evolución de las fortificaciones desde la Edad Media a la Plena Edad Moderna.
“línea de continuidad” en la evolución de las fortificaciones desde la Edad Media a la Plena Edad Moderna.
Se
trata de una fortaleza adaptada a la defensa artillera, para lo que los
castillos medievales ya se mostraban insuficientes a comienzos del siglo XVI,
dados los avances de la ofensiva pirobalística. Dotado de un profundo foso perimetral, cada torre cilíndrica posee
cuatro líneas de ofensiva artillera, batiendo la inferior el foso, la
siguiente la superficie en que se asienta y las dos superiores (la más alta, en
terraza) el espacio exterior cercano y mediano respectivamente.
Pier Maria Baldi, en su dibujo de
1669 lo resalta especialmente, captando su relevancia defensiva y monumentalidad. En ese
mismo dibujo queda patente la importancia del siguiente elemento defensivo construido a partir de 1663: los refuerzos
abaluartados, en forma de redientes atenazados, que en planos como el atribuido
a Miguel Luís Jacob y Luís Afonso Cabral Godinho (1755 aproximadamente) vemos
con toda su grandeza: rodean al castillo un hornabeque en su lado oeste y
una sucesión de tenazas en el resto, defendidas a su vez por contraguardias que
en buena parte se conservan en la
actualidad, así como dos de las garitas de sus vértices orientales. Ahora,
la maleza que hasta hace pocos meses cubría este espacio abaluartado ha sido
eliminada y puede ser contemplado en casi su totalidad, si bien el hornabeque
necesita de un profundo desbroce para resaltar su valor oculto.
Han
desaparecido los primitivos baluartes adosados a la cerca medieval en el lado
noroeste, pero en parte persisten los terraplenes en que se levantaban, por lo
que se hace posible una mínima recuperación que nos dará medida de su significación estratégica y
revalorizará el conjunto.
Es,
por tanto, este complejo fortificado
medieval-renacentista-abaluartado una pieza histórica, patrimonial,
artístico-monumental de un valor único e imprescindible en la presentación de
la Red Abaluartada a Patrimonio Mundial, por lo completo de esa lectura
histórica, preservado, con gran valor de autenticidad e integridad.
Valença do Minho es inigualable como
fortificación doble,
con enorme belleza en ese encaje entre obra magistral y obra corona. Almeida es excepcional como fortaleza
estrellada de espectacular grandeza. Elvas
lo resulta por su enorme y completo conjunto de plaza, fuertes y fortines.
No hemos de olvidar otras plazas de extraordinario valor, como puedan ser Marvão, tan magnífica en su “nido de
águila” medieval reforzado de obra artillada, o Chaves, con sus fenomenales fuertes, o Castro Marim, que conjuga armónicamente su cerca medieval, castillo
artillado y fortificación abaluartada con pequeño fuerte incluido, etc.,
etc.
Pero sin Vila Viçosa, una candidatura
a Patrimonio Mundial de la Red Fortificada y Abaluartada queda incompleta,
necesitada de este ejemplo evolutivo, plaza señera de la dinastía de los Bragança, que se impuso
al dominio español y con cuya implantación también se “implantaría” el sistema
abaluartado de nuestra Raia/Raya, que en el lado español tiene complementos de
relevancia, como puedan ser Ciudad Rodrigo, Alcántara o Badajoz, sin olvidar a
la “controvertida” Olivença/Olivenza.
Querido Moises, la afirmación que haces:
ResponderEliminar"Al sureste de esta cerca bajomedieval se levanta el castillo artillero de principios del siglo XVI (¡auténtica “joya de la corona” de este conjunto fortificado y de toda la Raia/Raya!), con planta cuadrangular y torres cilíndricas de portentoso volumen en los ángulos E. y O., proyectado por la familia Arruda (Diego o Francisco) a partir de 1520, siguiendo la traza italiana emanada de Leonardo da Vinci y que constituye un caso único en toda la Raia/Raya, el cual establece una “línea de continuidad” en la evolución de las fortificaciones desde la Edad Media a la Plena Edad Moderna"
Aun siendo correcta al dia de hoy,debe de ser revisada, a la luz de por un lado la investigaciones del profesor Alfonso Vinagre, sobre el Castilo de Salvatierra y por otro, el hallazgo en la pasada campaña de obras de nuestra Alcazaba, de los restos de una torre esquinera de esquinas redondeadas, en el complejo Puerta del Alpendiz-Casas Fuertes de Gomez de Solis,Calatrava o como finalmente se denomoninen.
Nos queda mucho por hacer y el tiempo apremia.
Saludos
Muchas gracias por enriquecer el texto, Jorge.
EliminarSolo un detalle sobre "la traza italiana emanada de Leonardo da Vinci", está probado que Leonardo trabajó sobre esquemas previos de Francesco Di Giorgio Martini, en todo lo referente a las fortificaciones, su diseño, ataque y defensa, e incluso se ha encontrado un "Trattato de Arquitettura Civile e Militare" de Di Giorgio, con apostillas al margen de Leonardo, que documentan su conocimiento de los avances del arquitecto nacido en Siena. Démosle crédito a Di Giorgio de ese tipo de construcciones.
ResponderEliminarGracias, Manuel, por tu aportación.
EliminarAcabo de leer el número 20 de la excelente revista O pelourinho y he disfrutado mucho de ella. Sin embargo no todo me ha gustado, el artículo de D. Nuno Lemos Pires sobre la batalha de Vilaviçosa y la fortificación de dicha villa me ha dejando mal sabor de boca en sentido figurado, me parece un artículo carente de rigor, sin presentar ni valorar las fuentes del bando contrario y como es habitual en algunos estudiosos do meu pais irmao Portugal pues tienen en cuanto a la guerra de restauraçao su particular biblia que no se puede discutir, se trata de la historia del portugal restaurado del conde de Ericeira, obra de historia magna e interesante pero que también se trata de una apología propagandística que no se puede tomar al pié de la letra, también hace mención a las treinta y tantas batallas que ganaron a los castellano-españoles sin embargo (porén como diriamos en galego) ellos también perdieron muchas batallas que no mencionan ni para ellos existen y cuando digo para ellos me refiero a los historiadores nacionalistas a los que pido respeto y ecuanimidad que estamos hablando de historia no de sentirse superiores a nadie ni hacer victimismo.
ResponderEliminarPor lo demás gracias por esta publicación y este blog excelente
saudos dende a Galiza
un abrazo
Muchas gracias. Su opinión es compartida por muchos otros estudiosos.
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