MOISÉS CAYETANO: “EL PATRIMONIO FORTIFICADO QUE
TENEMOS EN EXTREMADURA Y ALENTEJO ES INCOMPARABLEMENTE MÁS RICO QUE EL DEL
RESTO DE LA RAYA”
Emilio Vázquez, Presidente de la Fundación Caja Badajoz presentado al conferenciante. |
EL DOCTOR EN GEOGRAFÍA E HISTORIA
OFRECE UNA CONFERENCIA SOBRE LA RAYA EXTREMEÑO-ALENTEJANA EN LA RESIDENCIA
UNIVERSITARIA CAJA BADAJOZ
Doctor en Geografía
e Historia, su currículum lo presenta como profesor, escritor y político. Pero
si algo hay que subrayar con fluorescente en la carrera profesional de Moisés
Cayetano Rosado son sus investigaciones sobre La Raya hispano-lusa. En esta
línea, y bajo el epígrafe ‘De la tragedia a la esperanza. Guerra, revolución y
hambre de tierras’, ofrece esta tarde una conferencia en la Residencia
Universitaria Caja Badajoz (RUCAB) en la que analizará los últimos tiempos en
la frontera extremeño-alentejana. Con lupa, detenimiento y precisión.
– Esta tarde
tenemos una cita en la agenda. A las 20:00 horas en la RUCAB. ¿Qué vamos a
escuchar?Fundamentalmente el desenvolvimiento que tuvo la sociedad y la economía en
España y Portugal en sus momentos más importantes, y en concreto en Extremadura
y Alentejo. Partiré de finales del siglo XIX y llegaré hasta el inicio de la
democracia; es decir, casi cien años de historia, de sociedad, de economía, de
vivencias, etc.
Un momento de la intervención |
– ¿Por qué
partir de los últimos cien años, por no extenderla más o porque los últimos
cien años fueron más importantes?
– Es
simplemente dar un repaso a todo lo que son las últimas causas de la situación
actual. También hablaré un poquito del siglo XIX, sobre todo de lo que fue la
desamortización y el reparto de tierras. Un poco de cómo se distribuye la
propiedad en el campo extremeño-alentejano, y de cómo intervienen España y
Portugal. También, por supuesto de nuestras tierras en las últimas
colonizaciones, por nuestra parte en Cuba y Filipinas, y por la parte
portuguesa la implantación en Angola, Mozambique y Guinea. Lo que supuso eso de
sacrificio, de soldados, de esfuerzos…
De ahí partíamos... |
– ¿Hasta qué
punto la frontera o el país vecino ha marcado acontecimientos en el otro? Por
ejemplo, ¿cómo pudo influir España en la Revolución de los Claveles?
– La influencia
es bastante pequeña en ese caso, en el de la Revolución de los Claveles o en el
caso de la Guerra Civil Española, que son dos momentos trágicos en la frontera
y que supuso un movimiento en La Raya bastante importante. Durante la Guerra
Civil española, Portugal supuso para los españoles, y para los extremeños en
concreto, un lugar de refugio, aunque luego hubiese muchos problemas. En cuanto
a la Revolución de los Claveles, nosotros aquí estábamos terminando una etapa
de Dictadura Franquista. Quedaba prácticamente un año y poco y fue un
acontecimiento como visto desde lejos a pesar de estar más cerca, porque fue no
tuvo repercusiones en nuestra tierra. Lo que sí es muy interesante es comparar
el desenvolvimiento que tuvimos con la democracia en un lado y en otro.
La ilusión y la esperanza... |
– Prácticamente
ambos países vivieron al mismo tiempo los inicios de la democracia.
– Sí, todo lo
que es, por ejemplo, el desenvolvimiento político, la constitución, las
distintas leyes… Fueron paralelas, solo que allí partían de una revolución que
tuvo como consecuencia, en Alentejo fundamentalmente, una reforma agraria
bastante extensa, muy parecida a la que intentó Extremadura en la Segunda
República, en 1936. Esa reforma agraria fue bastante problemática en Portugal.
Dio lugar a una ocupación de tierra que posteriormente desembocó en unas
devoluciones muy traumáticas, un proceso que duró más de 12 años. Aquí, en
cambio, no hubo nada de eso. Fueron más sosegados, más calmados que en
Portugal.
– ¿En qué sectores
se notó más la frontera?
– En los
pueblos transfronterizos no. Especialmente para nosotros, durante la Guerra
Civil, no la hubo, porque fueron lugares de acogida. Es decir, las zonas
cercanas a la frontera tienen unas relaciones de tipo personal, de amistad y
familiar bastante arraigadas, y además muy mezcladas con todo lo que es la vida
de subsistencia, el propio contrabando. Son pueblos que subsisten en gran
medida por el intercambio comercial no regulado, algo que crea unos lazos de
amistad, de familiaridad que en algunos lugares son extraordinariamente ricos.
Está bastante estudiado, sobre todo en los refugiados extremeños con respecto a
Portugal, especialmente los del sur de la provincia de Badajoz. Esa especie de
confrontación en La Raya dio lugar después a muchos lazos familiares que aún se
conservan, aunque no tan profundos como nos gustarían porque a veces hay poca
confrontación, sobre todo en los tiempos contemporáneos.
Aquella dureza... |
– ¿La apertura
de la frontera no supuso también una parte importante en la historia rayana?
– Sí, para los
pueblos rayanos de subsistencia acabó con aquel sistema. Por otro lado, la
apertura hacia Europa significaría la llegada de fondos estructurales y
sociales que supusieron una aporte económico importante. Muchos de los fondos,
además, son fondos transfronterizos que necesitaban de proyectos comunes entre
unos pueblos y otros, y eso dio lugar a muchas acciones de tipo oficial,
económico y empresarial en las que un pueblo y otro participaban y obtenían
beneficios comunes que se siguen manteniendo en la actualidad.
– ¿Existen
muchas diferencias entre La Raya extremeño-alentejana y el resto de fronteras?
– Nuestra
frontera es una de las fronteras más permeables. Es bastante extensa y abierta,
geográficamente es muy fácil de traspasar. Si nos situamos un poquito más al
norte, hacia la zona de Castilla y Beirã, digamos que es una frontera con menos
población situada en La Raya, con menos relaciones. En el norte, en Galicia, sí
hay unas relaciones intensas, pero desde el punto de vista geográfico son más
difíciles, más complicadas, no son tan diáfanas como las nuestras. No obstante,
cada uno tiene sus peculiaridades, aunque siempre hemos tenido unas relaciones
muy especiales, incluso desde el punto de vista histórico anterior. Por
ejemplo, el patrimonio fortificado que tenemos en Extremadura y Alentejo es
incomparablemente más rico que el del resto de La Raya porque era una frontera
mucho más transitada.
– Creo que
Portugal y su frontera se lleva el peso de sus investigaciones.
– En los
trabajos que yo he hecho, sí. Desde el punto de vista académico he trabajado
fundamentalmente en cuestiones migratorias y demográficas de Extremadura y
movimientos de población. Pero, sin embargo, luego fui estudiando todo lo que
se refiere a los conflictos en La Raya y el patrimonio que esos conflictos han
ido dejando, y me fui especializando en fortificaciones en las fronteras, desde
el siglo XVII al XIX. Después he ido retomando los temas demográficos, he ido
comparando y viendo las similitudes, diferencias y causas porque me llamó
muchísimo la atención que entre 1960 y 1975 perdiésemos casi el 45% de la
población, prácticamente igual que en el Alentejo. Estuve investigando a donde
había ido esa gente, por qué habían salido y fui comparando los grandes
parecidos entre unas tierras y otras.
Otro momento de la intervención. |
– ¿A qué
conclusiones le llevó esas investigaciones?
– Me llevó a la
conclusión de que las causas de pobreza del Alentejo y de Extremadura eran muy
parecidas. Eran tierras de grandes extensiones latifundistas donde había unos
sectores que detentaban el poder, muy poderosos, y unos grandes sectores de
población bastante desposeídos, de jornaleros, de gente sin tierras que venían
arrastrando ese modelo desde la Reconquista y que se acentuó con la venta de
tierras comunales del siglo XIX. Esa especie de hambre de tierras, de necesidad
de un lugar de sacar para comer, se vivió en ambos sitios, y en ambos sitios se
tenía como un sueño poder hacer una reforma agraria. Eso de la reforma se
materializó en Extremadura, en la Segunda República, y fracasó por razones
bélicas. Los portugueses lo siguieron manteniendo en una especie de utopía que
se materializó también en la Revolución de los Claveles, y también de otra
manera no tan traumática pero sí bastante triste, fracasó. Ambos pueblos
tuvieron que emigrar en masa por falta de trabajo y ambos pueblos, extremadura
y alentejo, tienen una despoblación brutal. Ellos tienen unos 600.000
habitantes, nosotros tenemos un millón. Estamos hablando de dos grandes
regiones muy despobladas y muy envejecidas, con una posibilidad de desarrollo
futuro bastante poco prometedora y una nueva emigración de gente joven.
Autores y libros extremeño/alentejano, esenciales para comprender nuestra historia contemporánea. |
– ¿Por qué
estudiar la frontera? ¿Por la localización, quizá?
– No lo sé
exactamente. Quizá se mezcla mucho que cuando empecé a relacionar cosas de
Portugal era concejal en el Ayuntamiento de Badajoz y me ofrecieron llevar
relaciones con Portugal. Me relacioné mucho con los municipios del entorno, con
gente muy acogedora y muy amable que me invitaba a dar conferencias, a
participar en actos propios. Y eso un poco me fue enganchando, me fue gustando,
y fue haciendo que ampliara mi campo de estudios, que no solamente lo limito a
la parte histórica sino también a la patrimonial, o a lo social, a la
económica. Y son estas cosas que se empiezan y cada vez encuentras más lugares
que investigar.
– ¿Cree que
tenemos suerte por vivir en La Raya?
– Este lugar
donde nosotros vivimos es un lugar bastante interesante y privilegiado. Yo
estoy equidistante de Campomaior, Elvas y Badajoz; me desplazo en un cuarto de
hora a cualquiera de ellas, hablando distinto idioma, teniendo distinta
gastronomía, viendo distintas riquezas patrimoniales, etc., y en cuanto uno se
desplaza un poquito más, a 40 o 50 kilómetros, va descubriendo mundo mucho más
variado de rico. Encima tenemos la suerte de tener cerca toda esa zona costera,
de llegar muy pronto a una ciudad tan preciosa como es Lisboa o a esas playas
envidiables que son las playas alentejanas. Esto hace que Extremadura, y sobre
todo los que viven mas a La Raya, tengamos una cantidad grande de territorio de
gran belleza física alrededor y un gran tesoro patrimonial a nuestro alcance.
– Le doy la
razón, pero no entiendo por qué entonces seguimos mirando a Portugal con
desprestigio, sin valorar lo que allí hay. Son muchos los que van a Elvas a
comer y no saben que tiene, por ejemplo, una fortificación modélica para su
tiempo. ¿Por qué pasa esto?
– Es una cosa curiosa que cada vez sucede menos.
Recuerdo cuando era joven, que de Elvas lo único que conocíamos es que era un
lugar donde comprar toallas. Ese sentimiento ignorante en la realidad está
bastante extendido, pero ya menos. Ya hablas con la gente y te dice que qué
fuerte más magnífico hay en Elvas, por ejemplo. Cada vez se es menos ignorante.
Se desprecia lo que se ignora pero si alguien profundiza en el conocimiento de
Portugal lo tiene que admirar. Aunque por otra parte también hay que tener en
cuenta que en La Raya, sobre todo a lo largo del siglo XX, la gente normal lo
pasaba muy mal, era muy pobre, y había mucha emigración de jornaleros, de
trabajadores temporales, que venían a buscar trabajo en la siega o en la
recolección y eran muy pobres. A lo mejor los identifican con esa pobreza
terrible. De hecho, hasta entre los mismos portugueses existía ese
sentimiento de desprecio. Existe como una especie de crueldad en el pueblo de
despreciar al que es más pobre que uno mismo.
Foi uma rica, uma bela lição de História, de ambos Países, que nos proporcionou esse grande investigador, esse grande historiador da nossa Raya, sobretudo da Raya Extremenha-Alentejana. Bem hajas amigo Moisés, por esta oportunidade que nos proporcionaste. Abraço António Gonçalves
ResponderEliminarMuito obrigado por tus palavras, tua presença e tua intervenção no coloquio. Abraço. Moisés.
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