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jueves, 11 de julio de 2019


PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN LA EUROCIUDAD DEL SUROESTE IBÉRICO

Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia

Hace por estas fechas siete años, la “Guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas” fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, de acuerdo con su Criterio IV de selección:Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de conjunto arquitectónico, tecnológico y paisaje, que ilustra una etapa significativa de la historia humana”. Declaración que viene a reconocer el valor histórico y monumental de un complejo defensivo excepcional, que incluye no solamente la fortificación abaluartada de los siglos XVII y XVIII sino todo el conjunto fortificado (castillo medieval y amurallamientos islámicos y fernandinos), instalaciones interiores: cuarteles, polvorines, hospitales, almacenes, dependencias militares complementarias, acueducto, cisternas, espacios exteriores con sus fuertes, fortines, caminos cubiertos, glacis, etc.
Sin embargo, reconozcamos que todo ello se explica en su conformación por la relación con el entorno, esencialmente el entorno próximo: aquellas poblaciones cuya presencia fue un condicionamiento de su propia significación como “llave del Reino”: Badajoz, su rival fronterizo desde la misma configuración del Reino de Portugal por su primer rey, D. Afonso Henriques, a mediados del siglo XII, y Campo Maior, tan ligada a los anteriores en las sucesivas ofensivas bélicas medievales y muy especialmente de la Edad Moderna. No olvidar también el papel protagonista de Olivenza (“Olivença” portuguesa desde el Tratado de Alcañices de 1297 hasta la anexión a España durante la Guerra de las Naranjas de 1801).
Este triángulo de primera línea de frontera, en el espacio de incursión más vulnerable, por ser llano, bien dotado de recursos agro-ganaderos y de privilegiada situación geográfica en la línea más corta entre los dos núcleos capitalinos de España y Portugal, forma en sí un conjunto permanentemente interrelacionado en la historia, lo que les ha llevado sistemáticamente a presentar unas defensas urbanas y periurbanas necesarias para protegerse entre sí a un lado y otro de la línea fronteriza: Elvas, Olivenza y Campo Maior del lado portugués; en frente, Badajoz, del lado español.
Esto hace que las “Guarniciones fronterizas y fortificaciones de Elvas, Olivenza, Campo Maior y Badajoz” se expliquen como un subsistema propio de defensa dentro del gran sistema luso-español. Y sus avatares históricos así como el legado patrimonial heredado ofrezcan un ejemplo eminente de un tipo de conjuntos arquitectónicos, tecnológicos y paisajísticos, que ilustran una larga etapa significativa de la historia humana”. O sea, digno el conjunto como complemento explicativo de la propia existencia de cada uno de sus elementos, lo que hace razonable que la Declaración de Patrimonio de la Humanidad pueda “extenderse” (figura contemplada en los modelos de clasificación de la UNESCO) a estas poblaciones vecinas, siempre y cuando las tres candidatas a dicha extensión adecúen su Patrimonio a las exigencias del organismo internacional: cuidar su autenticidad, respetar lo que hemos heredado de su integridad y acondicionarlo con una restauración racional de sus elementos: algo que hizo ejemplarmente en su día Elvas, está acometiendo Campo Maior (tanto en la ciudad en sí como en su población dependiente, Ouguela), y que deberá abordar de una manera integral Olivenza y Badajoz.
Juegan a favor de lo razonable de esta clasificación en serie los siguientes factores:
- La evolución de sus construcciones militares al compás de los avances técnicos de los tiempos, desde la neurobalística a la pirobalística, presentes la primera en los castillos medievales de Elvas, Campo Maior y Olivenza, y en la alcazaba musulmana de Badajoz
 - La autenticidad de gran parte del legado construido, así como la suficiente integridad del mismo pese al afán “higienista” y urbanístico de finales del siglo XIX y buena parte del XX, aunque hayamos de lamentar desaciertos recientes, sobre todo en Badajoz, al destruir las ruinas interiores del Fuerte de San Cristóbal, en lugar de consolidarlas, así como recargar de hormigón y empinadas escaleras el Baluarte de la Trinidad, y en Olivenza, las actuaciones desafortunadas y derribos de murallas y vaciados en el Baluarte de San Juan de Dios.
- El formar parte de las “Fortalezas abaluartadas de la Raya”, en la Lista Indicativa de Portugal -paso previo a la Declaración definitiva- desde 2017, con lo que todas las fortificaciones rayanas están en disposición de presentar la candidatura formal.
- Y el ser el conjunto más compacto y completo de toda la Península ibérica.
Todo ello hace de esta Eurociudad: Elvas (con su otra fortificación del municipio: Barbacena), Campo Maior (con otra fortaleza más en su municipio: Ouguela), Olivenza (que comparte con la primera el Ponte de Ajuda) y Badajoz (de alcazaba inigualable, como complemento excepcional y único en la Raya) una firme candidata a la Declaración de Patrimonio de la Humanidad, bien como extensión de Elvas, o dentro del Sistema fronterizo luso-español. ¡Ahora es buen momento para ponerse en ello a trabajar, para hacerlo realidad!

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