UNA SOMBRÍA MURALLA TENDRÉ QUE SALVAR
Moisés Cayetano Rosado
No sé si
tendría ya 15 años cuando oí por primera vez la canción “En bandolera”, de
Salvatore Adamo. Desde entonces, subliminalmente, me ha acompañado siempre. Es
evidente que la segunda parte del mensaje, tan esperanzador, tan tierno, me
atrae en especial. Y es que, sin esa esperanza, sin esa ilusión, sin esa íntima
alegría, la vida es muy difícil. Pero la primera parte de la balada es
demoledora.
Este es
su contenido completo, y este es el enlace donde puede oírse tal como yo lo oía
los domingos en el “descanso” de las películas del cine -ya desaparecido- de mi
pueblo: https://www.youtube.com/watch?v=UVfOAGQzsvE
Con ilusión castillos
levanté;
los vi caer, perdí la fe;
me desengañé
porque en el mundo
nunca tanta farsa
imaginé.
Yo que en el creí
y que siempre fui
con mi corazón
en bandolera.
Crecí después,
veinte años
yo cumplí
y a un hombre cruel
decirle oí:
“lucha contra el mundo
en esta vida,
porque el mundo
lucha contra ti”.
Después ocurrió
que ya no iba yo
con mi corazón
en bandolera.
los vi caer, perdí la fe;
me desengañé
porque en el mundo
nunca tanta farsa
imaginé.
Yo que en el creí
y que siempre fui
con mi corazón
en bandolera.
Crecí después,
veinte años
yo cumplí
y a un hombre cruel
decirle oí:
“lucha contra el mundo
en esta vida,
porque el mundo
lucha contra ti”.
Después ocurrió
que ya no iba yo
con mi corazón
en bandolera.
Vi que de cierta canalla
me debo apartar,
que una sombría muralla
tendré que salvar.
Y la salvaré,
con tu inmenso amor
que me reconcilia
con el mundo.
Siempre soñé
tu rostro juvenil
y tu reír
casi infantil.
Porque te encontré
volveré a vivir
con mi corazón
en bandolera.
¿Es
posible algo más de actualidad, siempre de actualidad? ¿Hay algo más cruelmente
real que la primera parte y más sublime, esperanzador, que la segunda? Oigan
las noticias, mítines y debates; anden por la calle, dense de codazo en el
autobús, pidan vez en la cola de compras o consultas, caminen en la lucha por
la vida; hagan proyectos, proyecciones, tejan sueños, quieran abarcar con sus
brazos al mundo y a la gente, protegerse y proteger… ¿Por cuánto tiempo
llevarán el corazón en bandolera?
Sí, una
sombría muralla tendrán, tendremos que salvar. Y allá en lo íntimo
encontraremos el sentido de existir, dentro de esa lucha por la vida, donde
tantas veces -como escribía Baltasar Gracián- no cabe la solidaridad.