INQUISICIÓN. XV JORNADAS DE HISTORIA EN LLERENA
Coordinadores: Felipe Lorenzana de la Puente
y Francisco Javier Mateos Ascacíbar.
Edita: Sociedad Extremeña de Historia. Llerena,
2014. 406 págs. Más CD-ROM con las ponencias y vídeo de la presentación y las
tres ponencias-marco iniciales.
Las Jornadas de Historia de Llerena ya han
celebrado quince ediciones y preparan
sus organizadores las XVI para finales de octubre de 2015. Estas XV Jornadas
celebradas el pasado año ya están, puntualmente como siempre, publicadas.
En esta ocasión, sus densas, variadas, ricas y
rigurosas 406 páginas se dedican monográficamente al tema de la Inquisición, de
lo que Llerena es una referencia fundamental no solo en el ámbito regional sino
nacional e internacional.
Las veintidós aportaciones presentadas, que se
nos ofrecen correlativamente (con resumen en español e inglés, texto y abundantes ilustraciones en muchas de ellas),
podríamos agruparlas en ocho campos para una más asequible comprensión del
lector, y en especial para el que vaya a acceder a ellas desde fuera de un
contexto especializado.
El grupo más numeroso, de seis, hace referencia
fundamentalmente a Llerena. Cinco podríamos encuadrarlas en biografías de
personajes relacionadas con la Inquisición. Tres serían de carácter y encuadre
general. Dos relativas a Fregenal de la Sierra, así como otras dos relacionadas
con Sevilla. Dos más abordan la Inquisición desde el mundo del arte, y en
concreto la pintura. Una se encuadra en el espacio geográfico de la Sierra de
Gata y otra más referida a la vecina ciudad portuguesa de Évora.
Referidas a la Santa Inquisición de Llerena se
nos presentan dos de las tres ponencias-marco, que encabezan la publicación (la
inicial de las tres es de tipo general como se verá). Una de ellas, del
historiador Gustav Henningsen, trata de Los
inquisidores de Llerena y el universo mágico del Sur, en la que defiende
que -a diferencia del Norte de España en que se daba tanto la brujería como la
hechicería, en el Sur solo se daría la última, centrándose en las causas de
“supersticiosos” del tribunal de Llerena. La otra, de los historiadores Juan
Ignacio Panizo y Laura Lavado, desentraña la Actividad procesal y represión. El tribunal de la Inquisición de
Llerena a través de su documentación, dándonos a conocer el funcionamiento
de dicho tribunal y la dura represión y control social que ejercía ante la
atemorizada población, sometida “a los designios de Dios”.
También centradas en el Tribunal de Llerena se
nos ofrecen otras cuatro ponencias más: Pleito
de la Santa Inquisición de Llerena contra Gaspar Sánchez Mercader, de
Rogelio Segovia Sopo, en que se adentra en la maquinaria de la Santa
Inquisición, como salvaguarda religiosa y en su función económica, siendo la
víctima -como expresa el autor- “obligado benefactor de Jerez de los Caballeros
en la segunda mitad del siglo XVI”, con la intención de suavizar el peso de la
sentencia. La siguiente, de Luis Garraín Villa, nos hace un recorrido por las
distintas edificaciones ocupadas por la Inquisición así como los malos tratos
que infligen los inquisidores llerenenses a principios del siglo XVI, bajo el
título de El tribunal del Santo Oficio de
la Inquisición de Llerena. Nuevas aportaciones. Una más, de Manuel
Maldonado Fernández, Relaciones
protocolarias entre el tribunal de la Inquisición y el cabildo concejil de
Llerena, nos narra los desencuentros en sus actividades entre los numerosos
personajes y el necesario protocolo establecido para dirimirlos. La última de
este bloque indicativo que establezco, es de Francisco Javier Mateos Ascacíbar,
que bajo el título de Lo que hizo y
deshizo el Tribunal de la Inquisición durante su residencia en el palacio del
mayorazgo de los Zapata en Llerena, denuncia las sustantivas reformas del
edificio a finales del siglo XVI, que “arruinó la preciosa hechura del palacio”
para acomodo de sus dependencias de trabajo, residencia, cárceles y torturas.
En cuanto a Biografías, de las cinco indicadas
la primera es de Bárbara Santiago Medina y trata sobre Pablo García, notario del secreto, dando cuenta de su libro “Orden
de Processar”, orientado a unificar la práctica procesal de todos los
tribunales del Santo Oficio, que se hizo indispensable para dichos tribunales.
José Gámez Martín nos hace una aproximación a Don Fray Diego de Deza, arzobispo de Sevilla y su época,
calificándolo de fino político, ejemplar religioso y notable literato. Del Jesuita frexnense Manuel de Solórzano
(1639-1684). Su relato del auto general de fe de Granada de 1672 es la
ponencia de Andrés Oyola Fabián, aportando nuevos datos biográficos sobre el
mismo. José Miguel Cobos y José Ramón Vallejo
presentan a Francisco Arceo,
médico del Santo Oficio de la Inquisición de Llerena, describiendo el papel
jugado por los médicos en los tribunales de la Inquisición, vigilantes al
estado de los reos, con el fin de espaciar las torturas para conseguir de las
víctimas las declaraciones deseadas. Una última biografía es la de El último inquisidor. Francisco María
Riesco: del Santo Oficio de Llerena a las Cortes de Cádiz, estudio de
Felipe Lorenzana de la Puente, en que nos muestra “el último esfuerzo que
realizó la Inquisición por mantener sus potestades, e incluso su propia
existencia, en el tránsito del Antiguo Régimen al Liberalismo”, donde como
diputado Francisco María Riesco tuvo un destacado papel en defensa de la
Inquisición y de sus valores.
De tipo general había indicado tres, una de
ellas una de las ponencias-marco, de Jean-Pierre Dedieu: La inquisición moderna en su contexto internacional. Fragmentos de
Historia, en que nos muestra cómo los inquisidores percibían su tarea como
una función social fundamental, que tenía en el miedo su aliado principal. De
la mano de Ángel Hernández Sobrino, María Silvestre Madrid y Emiliano Almansa
Rodríguez tenemos Los esclavos del rey y
la Inquisición, donde nos indican cómo “a veces por desesperación y otras
por intentar cambiar su mala fortuna, cometieron delitos contra la fe, por lo
que fueron encausados por el Santo Oficio”. Y de Juan Carlos Monterde García, Disposiciones abolicionistas del tribunal
del Santo Oficio (1808-1834), que hace un recorrido por las vicisitudes del
tribunal en el siglo XIX, suprimido o restaurado según fueran los gobiernos
liberales o conservadores los que detentaran el poder.
Sobre Fregenal específicamente hemos de
destacar dos trabajos de estas Jornadas. El de Rafael Caso Amador, La actuación inicial de la Inquisición en el
suroeste de Extremadura: Fregenal de la Sierra, 1491-1511. Estudio Preliminar
(donde analiza las actuaciones para con la sociedad judeoconversa a través del
estudio de las listas de condenados) y el de Juan Luis Fornieles Álvarez, Presión inquisitorial en la villa de
Fregenal: conflictividad social y emigración (donde expone el éxodo masivo,
a finales del siglo XVI, de vecinos, fundamentalmente a Indias, y la
consecuente decadencia demográfica y económica de Fregenal).
Otras dos aportaciones se centran en Sevilla,
la primera de Casto Manuel Solera Campos: Los
progresos de la Inquisición en Sevilla (1478-1484), haciendo una relación de
los condenados en esa fecha, las peripecias de los inquisidores y una
referencia sobre la sede en que se instaló. La otra es de Francisco Javier
Gutiérrez Núñez: El Tribunal de la
Inquisición de Sevilla a inicios del siglo XVIII, confeccionando la nómina
de personas que estaban vinculadas al mismo en esas fechas.
Un trabajo nos viene del país vecino,
presentado por Bruno Lopes, con el título de Uma primeira aproximação às contas da Inquisição portuguesa: o tribunal
de Évora (1670-1770), estudiando con detalle los finanzas de la Inquisición
portuguesa, la estructura de sus ingresos y gastos, centrándose en el Tribunal
de Évora.
De Carlos Fernández-Pacheco y Concepción Moya
García tenemos el trabajo Judaizantes en
la Sierra de Gata extremeña a mediados del siglo XVIII, que relata los
ritos y tradiciones judías practicadas en la Sierra de Gata, sus relaciones con
otras comunidades judías extremeñas y su endogamia.
Finalmente, otras dos ponencias más relacionan
el tema central de las Jornadas con el Arte. Así, Antonio Calero Viñuela
estudia La iconografía española del Santo
Oficio: entre el espectáculo y el rechazo moral, indicando que las escasas
muestras que conocemos se concentran en pocos autores (Pedro Berruguete,
Francisco Rizzi, Goya, Domingo Valdivieso) y en dos períodos extremos: al
comienzo y al final de la larga historia de la Inquisición Española. Pablo
Jesús Lorite Cruz trata de Fray Diego de
Deza, inquisidor de Castilla pintado por Francisco de Zurbarán, destacando
el extraordinario respeto por la iconografía sacra (esencialmente litúrgica) de
los tres cuadros que nos presentan: dos retratos simples y otro con alegoría
(apoteosis de Santo Tomás de Aquino).
Una publicación, por tanto, de importantes
aportaciones, como viene siendo habitual en estas Jornadas de Llerena,
mantenidas con tesón, rigurosa periodicidad y “milagrosa” capacidad para
sostener una empresa tan complicada, que exige un esfuerzo extraordinario no
solo para su realización y publicación sino también para que lo sea con la
altura académica que los organizadores y participantes (muchos de ellos
habituales) consiguen.
MOISÉS CAYETANO ROSADO