HISTÓRIAS DE PORTUGAL EM MARROCOS
Autor: Frederico Mendes Paula.
Edita: Argumentum. Con patrocinio de la
Câmara Municipal de Lagos y apoyo de la Comissão Portuguesa de História Militar
e do Instituto Camões. Lisboa, 2019. 174 páginas.
Conocía al arquitecto Frederico Mendes Paula por su extraordinario blog “Histórias de Portugal em Marrocos”, así como su prolífica presencia en redes sociales, tratando con profundidad temas de patrimonio fortificado, especialmente del legado portugués en Marruecos. Pero el pasado mes de agosto pudimos vernos personalmente en el “XV Seminário Internacional de Arquitectura Militar de Almeida”, donde compartimos buenos ratos de estudio y relajación.
Su
erudición se complementa con la sencillez de trato y la buena disposición
continua a la generosa colaboración.
De sus
extensos trabajos, y redondeando una extensa bibliografía, nos hizo entrega de
una obra notable que los contiene en buena parte: su libro Histórias de Portugal em Marrocos,
publicado en 2019, ampliamente ilustrado, muy generoso en mapas explicativos,
de amena y provechosa lectura.
Lleva
un Prefacio elogioso de la embajadora de Portugal en Marruecos, Maria
Rita Ferro, al que sigue una Introducción
del autor, en que resalta los estudios que le han servido de apoyo,
destacando la obra del historiador David Lopes, de principios del siglo XX, al
tiempo que destaca la epopeya portuguesa en Marruecos.
Luego
vienen los 10 capítulos en que se divide
el volumen, que se cierra con un Glosario
de términos usados y una extensa Bibliografía.
El Capítulo 1, “As praças de Marrocos”,
nos va conduciendo por las plazas del llamado “Marrocos verde”, el territorio
de la vid, olivo, frutales, ganadería mayor, y el “Marrocos amarelo”, de
cereales y ganado menor, explicando cómo las construcciones portuguesas se
levantan siempre en la costa atlántica, no llegando nunca al interior.
El Capítulo 2, “Tempos de mudança”, nos
habla de la expansión de la burguesía marítima, la expulsión de territorio
portugués de musulmanes y judíos, así como las intervenciones constructivas en
“praças de guerra”, siendo las primeras -en el siglo XVI- Ceuta, Alcáçer
Ceguer, Arzila y Tánger. Destaca la importancia de los hermanos Arruda en el
sur, de lo que es corolario la Cidadela de Mazagão, planeada de raíz.
En el Capítulo 3 se extiende sobre “O campo
exterior das praças-fortes”, abordando tres de ellas: Arzila, Tánger y
Mazagão, estudiando sus campos exteriores consolidados y los más lejanos (de
“atalaias cortas e longas”), con sus sistemas de vigilancia y defensa, así como
las confrontaciones que se ocasionaron en los siglos XVII y XVIII.
“A guerra guerreada” es el título del
Capítulo 5, donde se narran
innumerables episodios de guerra en torno de las plazas fuertes (“guerra
guerreada”).
El Capítulo 6, “Mouros de paces”, describe
las correrías y acuerdos de paz, así como uniones sentimentales personales de
los protagonistas de episodios fundamentales.
El Capítulo 7, “Cativos em Marrocos”, de dureza en el contenido, cifra los
cautivos europeos entre 1530 y 1750 entre un millón y millón y medio, así como
los africanos en 12 millones, siendo la actividad de corsarios la principal
fuente de cautivos, para rescate, trabajo forzado o harenes en caso de las mujeres,
o chicos jóvenes, sometidos a las más crueles torturas, ejemplificando casos
extremos, lo que también padecerían los cautivos musulmanes en Europa.
“Alcácer Quibir” ocupa el Capítulo 8, describiendo la preparación y desarrollo de
la batalla en que encontró la muerte el rey D. Sebastián junto a 8.000
portugueses, siendo hechos prisioneros 16.000, en tanto del lado marroquí
murieron solamente 3.000 militares.
Sobre “Renegados” trata el Capítulo 9, aquellos que “mudaban de bando”, siendo la
mayoría cautivos, aportando numerosos ejemplos y resaltando su contribución al
acercamiento de las dos civilizaciones.
El Epílogo constituye el Capítulo 10,
extendiéndose sobre el entendimiento entre Marruecos y Portugal, en principio
obstaculizado por la presencia de portugueses en Mazagão -que Portugal decide abandonar
en 1769-, firmándose el Tratado de Paz en 1774, tras el que Portugal mantiene
su presencia consular, realizándose acuerdos de colaboración comercial, de
navegación, protección mutua, etc.
Libro agradable de leer, muy bien escrito,
sencillo y al mismo tiempo riguroso, divulgativo y a la vez profundo en la
exposición. Hecho con amor a
la historia y con amor a Portugal y Marruecos por parte de un investigador de
mucha experiencia, muchas lecturas, muchas horas, largo tiempo de dedicación,
que da este fruto tan notable y esclarecedor.