martes, 17 de diciembre de 2019


VIAJE CULTURAL DE LOS SOCIOS MECENAS DEL CONSORCIO A TÚNEZ
                    Durante el Puente de Diciembre los Socios Mecenas del Consorcio han visitado Túnez.
              El viaje lo iniciamos con una comida en el popular barrio de La Goulette de la capital tunecina desde donde nos trasladamos a la turística Hammamet. La visita cultural y patrimonial comenzó en la ciudad de Monastir con la visita al mausoleo de Burgiba, padre de la independencia tunecina y primer presidente de la Republica de Túnez en 1957, y al Ribat o fortaleza de la ciudad. Desde allí visitamos el sobrecogedor anfiteatro romano de El Jem. Anfiteatro construido en el año 268 d.C., con una capacidad para 35.000 espectadores, equiparable al mismísimo Coliseo de Roma, es Patrimonio de la Humanidad. Seguidamente, el viaje nos llevó a la medina, el Ribat y el Museo arqueológico de Sousse, la Hadrumetum púnica.
                     El día siguiente se inició con la visita a Kairouan, a su medina, al “mausoleo del Barbero”, donde está enterrado Abu Dhama, compañero del profeta Mahoma y, sobre todo, a la mezquita, una de las más respetadas y veneradas mezquitas de todo el mundo musulmán.
                                    El viaje por el interior del país nos condujo a la impresionante ciudad de Sbeitla, la antigua ciudad romana de Sufetula, con ese majestuoso foro presidido por los templos dedicados a la triada capitolina.
                        Otra ciudad romana excelentemente conservada, como muchas ciudades norteafricanas, es Dougga, con su capitolio que, desde el lugar más elevado, domina toda la ciudad, incluido el teatro. Kairouan, Sufetula y Dougga son Patrimonio de la Humanidad.
El día concluyó con la visita a Testour, pueblo donde la influencia de los moriscos expulsados de España en el s. XVII es notable, y el sagrado Templo de las Aguas en Zaghouan, construido por el emperador Adriano desde donde partía, en un recorrido de 123 km, el acueducto romano que abastecía de agua potable a Cartago.
                   
El último día lo dedicamos a visitar la capital del país, Túnez. Disfrutamos de sus ámbitos administrativos, la medina, el bullicioso zoco y, cómo no, el impresionante Museo del Bardo que alberga, posiblemente, la mejor colección de mosaicos del mundo. Dimos fe de ello con las amenas explicaciones de Santi.

                         Cerca de Túnez, bajo una intensa lluvia, visitamos la mítica e histórica Cartago, con su puerto púnico o las termas de Antonino a orillas del Mediterráneo. Acabamos en la pintoresca ciudad Sidi Bou Said brindando, bajo un fondo azul y blanco, con un té de menta y almendras.
                      
Desde el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida queremos agradecer la magnífica labor de nuestro guía tunecino Jaled, el buen hacer del conductor de autobús y, sobre todo, la excelente disposición y actitud de nuestros Socios Mecenas.
CONSORCIO DE LA CIUDAD MONUMENTAL DE MÉRIDA

Añadir a sus apreciaciones que Túnez es un país “a medio camino” entre la cultura musulmana y la occidental. Que su y la zona norte, así como la litoral mediterránea en general, apenas se diferencia en la dinámica urbana y elcapital  desenvolvimiento de los ciudadanos del que tenemos en el Mediterráneo europeo.
Sin embargo, conforma penetramos hacia el interior, al sur, la disposición urbana, la vestimenta ciudadana, el ambiente general en las calles, se aproxima al modelo musulmán, se identifica con lo que podemos ver en las calles, en los zocos de Marruecos, o de Egipto. Eso sí, estamos siempre entre una población amable, respetuosa, dispuesta a la ayuda, a la información para con el viajero.
Túnez es un país rico en recursos naturales agro-ganaderos (destacando el olivo, dátiles, quesos y leche de oveja…), si bien su amplio desierto limita la producción, para una población creciente y joven, necesitada de salidas laborales y económicas de futuro. El turismo es para el país una fuente prioritaria de ingresos.
Su patrimonio monumental es, ya vimos, magnífico. Fundamentalmente en ruinas púnicas, restos arqueológicos romanos, maravilloso mundo de mosaicos, fortalezas medievales musulmanas admirablemente conservadas (medinas con kasbas, ribat, mezquitas, zocos abiertos y cerrados…). Colores, olores, sabores… nos ofrecen un mundo variado, cercano a nuestro desenvolvimiento de origen en unas ocasiones, y en otras tan lejano como si estuviéramos adentrándonos en las leyendas del pasado.
Moisés Cayetano Rosado

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