DE QUARTO DE DESPEJO A DIÁRIO DE BITITA
A finales de 2011 daba cuenta de
diversas obras narrativas brasileñas que me iban llamando poderosamente la
atención (http://moisescayetanorosado.blogspot.com/2011/12/narrativa-brasilena-del-siglo-xx-hace.html). Destacaba la deliciosa, dulce,
candorosa obra de José Mauro de Vasconcelos Meu
Pé de Laranja Lima: el mundo visto por un niño pobre de Rio de Janeiro,
con toda la dulzura y tristeza de la inocencia y esa necesidad de lo más elemental.
Ahora me llega el aliciente de una
autora que hace pocos días publicitaba
en su página de facebook el director de la Editorial Colibri -de Lisboa-, Fernando Mão de Ferro, hombre comprometido
y de gran sensibilidad humana y literaria.
Se trata de Carolina Maria de Jesús, campesina, poeta, narradora, cronista
brasileña nacida en Sacramento en 1914 y fallecida en São Paulo en 1977. Una
autodidacta, crecida en las favelas de São Paulo, a donde fue a parar de joven,
y donde vivió en medio de la miseria, el hambre inacabable, hasta que sus
narraciones fueron a revelar una de las escritoras más sugerentes de Brasil,
alcanzando un éxito inusitado. Éxito, por otra parte, efímero, pues tras su
impacto inicial el resto de sus publicaciones pasaron desapercibidas, muriendo como
había vivido, en la extrema necesidad.
De entre sus magníficas obras destaco precisamente la primera, la que
fue su descubrimiento y gran éxito de ventas: Quarto de despejo (1960),
que casualmente descubrió el periodista Audálio Dantas cuando realizaba un
reportaje en las favelas de São Paulo y conoció a Carolina Maria de Jesús. Y
asimismo la primera publicada póstumamente, Diário de Bitita (1982),
a la que seguirían otras más de su extensa producción manuscrita.
Quarto de despejo es un diario crudo, de un realismo casi al estilo de Bukowski, igualmente autobiográfica, desesperanzada, dolorida, cruda, muy descarnada en fonda y forma. Se trata de anotaciones, de un diario particular en su favela, donde la penuria, el hambre, es la constante de cada día. Y allí, en medio de un ambiente próximo hostil, se desenvuelve la autora, con sus tres hijos ilegítimos (como lo era ella), y en una lucha diaria por la subsistencia que puede resultar sobrecogedora incluso para el más experimentado en los reveses de la vida. ¡Pero qué admirables descripciones cotidianas!, ¡qué arte puro, “desnudo como los hijos de la mar”, que diría Antonio Machado!
En cuanto a Diario de Bitita, no se trata de propiamente un diario, como la anterior, sino de una obra de impresiones cotidianas, seriadas, en cuanto a temáticas, vistas desde los ojos de una niña pequeña, inocente, que se enfrenta a un mundo donde precisamente sobra esa dureza de la maldad. Y es aquí donde me sale a cada paso “Zezé”, el niño de José Mauro de Vasconcelos en Meu Pé de Laranja Lima, también autobiográfica, también de una infancia desgraciada, pero al tiempo dulcificada, por su bondad y candorosa imaginación. A veces uno no tiene más remedio que reír con sus anécdotas y otras sobrecogerse con su angustia de niña solitaria y desvalida. Y en todo momento, admirar esta narración sencilla, suave, armoniosa como las olas de un mar calmado.
Lean a Carolina Maria de Jesús. Si no encuentran sus libros en papel, sepan que en internet están estas y otras obras en formato PDF, accesibles libremente. Pasen unos ratos provechosos saboreando la belleza literaria en medio de la aspereza de la vida, y conciénciense de las dificultades de los más desvalidos y olvidados, en un mundo que tantas veces los desprecia o al menos los ignora.
Moisés Cayetano Rosado
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