EL KAFKIANO DESENVOLVIMIENTO DE MUFACE
Tengo cita -obtenida por internet- en MUFACE (Mutualidad de Funcionarios Públicos del Estado): cuarta planta del edificio de Subdelegación del Gobierno de Badajoz. Paso el control de confirmación de cita y subo para entregar una documentación. La cosa pinta bien: el funcionario y cuatro funcionarias que están arriba se encuentran relajados. Nuevo paso: pedir número a una maquinita, que no tiene papel expendedor, pero de viva voz me asignan una mesa (todas están libres) sin silla. Enseño la documentación.
- ¡No!, me dice la trabajadora. Esto lo tiene usted que entregar por registro o por carta ordinaria.
- Pero en el impreso pone que lo puedo entregar en mano, le digo.
Me asegura que estoy confundido. La “invito” a leer el impreso que le entrego. Lee el primer renglón.
- Aquí no pone eso, contesta.
Le insto a que siga leyendo. Un pequeño esfuerzo y dos renglones más abajo encontrará mi observación.
- ¡Ah!, exclama. Esto está mal. Hay nuevas instrucciones y ya no se puede entregar aquí, sino en registro (planta baja) o por correo ordinario.
- ¡Pero yo saqué el impreso de internet ayer!, alego.
- ¡Pues está confundido! Tendrán que cambiarlo en la web, me dice, y se marcha con mis papeles, supongo que a “consultar instancias superiores”.
Vuelve. Se ratifica en lo dicho.
- Muy bien, le digo. Lo pongo en su sobre y se lo dejo aquí.
- No, no. Lo tendrá que poner por correo.
- Pero “correos” lo que hará es traer aquí ese sobre. Suponga que yo soy el cartero.
Nada, cerrada en banda. Así que iré a la planta baja y lo entraré por registro, algo que no se permite al personal en activo, pero sí a los jubilados, y yo tengo el “privilegio” de serlo.
El guarda de seguridad de allí me dice:
- Vale, puede hacerlo, pero tiene que solicitar cita previa por internet.
- ¡Si veo que en “registro” no hay nadie esperando a ser atendido!, alego.
Me mira compasivo. Me conoce de otras veces u otras cosas.
- Mire, no le dé usted vueltas porque se va a cabrear. No tiene sentido, pero es así. Todos los días atiendo a afiliados de MUFACE con el mismo problema, indignados. Antes al menos tenía aquí abajo un buzón y allí se podía dejar la documentación, pero ahora hasta eso han quitado.
Pues nada, saco mi teléfono móvil, pido cita por internet, me la dan y con la documentación me presento para que cojan mi documentación en la planta baja y, supongo, un conserje la suba a la cuarta. ¡Si Kafka hubiera vivido en estos tiempos!
Moisés Cayetano Rosado
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