ABRE A FELICIDADE
¿Quién Abre
a felicidade? ¿Ese “eléctrico” lisboeta o el refresco que se anuncia en su
delantera, ascendiendo a la empinada Alfama,
lentamente, tras atravesar la Baixa
señorial, venido desde el monumental, “gótico encendido”, Belém?
La felicidade
está en el paseo ferroviario, decimonónico, por el borde casi del Estuario do Tejo con olor a mar; por el
encuentro entre la Baixa y la Praça do Comerço, con sus brazos
abiertos a ese mar que se confunde con el río; por las estrechas calles donde
se cruza suspirando el vagón que baja con el que sube, camino de la Sé, esa fortaleza-catedral románica
desde donde arranca la empinada Alfama,
de callejuelas imposibles, pequeños restaurantes donde escuchar fado vadio.
Lisboa es toda menina e moza, antiga e
senhorial. Magnífica para el paseo a pie. Para la admiración de sus
múltiples museos, entre los que me quedo con el de Arte Antiga, al sur de Madragoa.
Para la contemplación embelesada de sus innumerables monumentos religiosos,
palaciegos, civiles, militares… que de una punta al otro del Estuario nos llevan del manuelino Mosteiro dos Jerónimos al oeste, hasta
el medieval Castelo de São Jorge al
este, por nombra solo a dos de los más significativos.
Sí, esa Lisboa del “eléctrico”, minúsculo,
donde es casi obligado sacar el brazo por sus ventanas de cristales abatidos,
en tanto lentamente sube y baja permitiéndonos la serena contemplación del
paisaje, de la gente que no cesa de pasar, pasear, sacar fotos, admirar esta ciudad
moderna y a la vez conservadora de tradiciones, rincones peculiares,
costumbres, olores y sabores. ¡Cómo cheira
a sardinha assada al mediodía!
El “eléctrico”, toda una institución. La opción
ideal para recorrer ese lomo marítimo-fluvial de Lisboa, para mirar y
contemplar, bajarse aquí, allá, tomarlo nuevamente… Abre a felicidade, sencilla, humilde, felicidad serena que da paso,
al internarnos a pie hacia los múltiples barrios del norte, al bullicio de la
ciudad cosmopolita que Lisboa también es.
Publicado a la vez en aviagemdosargonautas.blogs.sapo.pt y moisescayetanorosado.blogspot.com
Lisboa de la vida y del olvido, vas trazándome en cada paso hasta tu cercana lejanía, que nos moldea. Lisboa, siempre Lisboa; y su verso, acomodado, como el "fatum" de las vidas.
ResponderEliminarMuy bonita tu visión lisboeta, dan ganas de echarse a andar por la ciudad.
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