sábado, 20 de octubre de 2012


CELEBRADAS LAS JORNADAS SOBRE VALORACIÓN DE NUESTRO PATRIMONIO ABALUARTADO DE LA RAYA
Visita al interior del Fuerte de San Cristóbal
Durante la tarde del viernes, 19 de octubre, y la mañana del sábado, día 20, se han celebrado las I Jornadas sobre valoración de nuestro patrimonio abaluartado de la Raya, en el Salón Noble de la Diputación Provincial de Badajoz, seguidas de una visita al Fuerte de San Cristóbal, que guió el historiador Julián García Blanco. Organizadas por el Grupo de Facebook “Fortificaciones abaluartadas de la Rayas a Patrimonio Mundial” y el Boletín de Relaciones Transfronterizas “O Pelourinho”, han contado con la colaboración de la Diputación de Badajoz y las Asociaciones de Amigos de Badajoz y la Cívica Ciudad de Badajoz.
Casi un centenar de asistentes siguieron las tres primeras ponencias desarrolladas el viernes: a mí me correspondió hacer un repaso del patrimonio fortificado abaluartado de la Raya y su significado histórico-artístico, deteniéndome en las construcciones de la Edad Moderna surgidas desde Galicia en España y la región de Minho en Portugal, hasta el Algarve y Andalucía, pasando por Castilla-León, Extremadura, las Beiras y Alentejo, precisando la importancia de la correspondencia a un lado y otro de la raya en cuanto a defensas y contradefensas. Ello nos ha dejado un patrimonio artístico, histórico, monumental de primer orden, digno por su autenticidad, integridad y ejemplaridad constructiva, histórica y social, de ser clasificado en red como Patrimonio de la Humanidad.
El teniente coronel José Ribeiro, subdirector del Museu Militar de Elvas, habló de los edificios notables dentro de la fortificación abaluartada de esta ciudad, ya desde junio pasado Patrimonio de la Humanidad por su guarnición fronteriza y fortificaciones. Expuso sus etapas constructivas, estado de conservación y utilización actual, precisando la importancia del notable legado de edificios militares dentro de dicha fortaleza, especialmente los cuarteles -que se conservan en su mayoría-, polvorines, edificios de mando, hospitales, etc., sin olvidar las cisternas, elementos estratégicos en la resistencia a los asedios. Pocas ciudades fortificadas conservan en tan gran cantidad y calidad su legado edificado como lo tiene Elvas, siendo el propio Cuartel-Museu donde trabaja un ejemplo admirable.
El arquitecto Javier Carpio Villa detalló la rehabilitación que ha dirigido del Revellín de San Roque en Badajoz, estado en que se encontraba y actuaciones acometidas, subrayando que el uso que se había hecho de este revellín (casi un fuerte por sus dimensiones y estructura pentagonal), había llevado a un vaciado del interior, ocupándose con edificaciones impropias a lo largo de los últimos decenios (Parque de Bomberos, Servicio de Limpieza Municipal…). Tras conseguir recuperar paseos de ronda y adarves, así como fosos y accesos, ha quedado dispuesto para utilizarse como Albergue municipal e instalaciones de servicios para la barriada, utilizando en su recuperación los materiales y técnicas propios de sus momentos constructivos originales.
Intervención del historiador Francisco Galego
con la asistencia del teniente coronel José Ribeiro
En la sesión de la mañana del sábado, abrió el turno el arqueólogo José Antonio Espada Belmonte, como responsable en su área de la rehabilitación del Hornabeque del Puente Viejo de la ciudad, mostrando documentalmente su construcción a mediados del siglo XVII y evolución a lo largo de los siglos hasta la actualidad, con un proceso de degradación y mal uso que lo había llevado a una decadencia alarmante. Con una labor minuciosa como en el caso anterior, de respeto a los trazados, materiales y técnicas de sus tiempos de actividad (de mediados del siglo XVII a mediados del XIX), la restauración está a punto de culminarse, constituyendo una de las actuaciones más acertadas y completas llevadas a cabo en la ciudad y ejemplares para toda la Raya.
Julián García Blanco intervino a continuación, exponiendo con detalle de historiador infatigable el proceso de construcción del Fuerte de San Cristóbal, sus ampliaciones, terraplenados, elevaciones de glacis, baluartes y cortinas a medida que los avances de la artillería sitiadora en las distintas guerras de la Edad Moderna lo iban haciendo necesario para su defensa. Igualmente, documentó cada uno de los edificios interiores del mismo, fundamentalmente de los siglos XIX y XX. Abogó por su consolidación para no romper la “lectura histórica” del monumento, algo que el proyecto aprobado recientemente para actuar en el mismo no respeta, eliminando construcciones y rebajando algunos alzados, como gran parte de la Casa del Gobernador, lo que hurtará al monumento un testimonio histórico imprescindible.
Por último, el historiador de Campo Maior, Francisco Galego, disertó sobre la Historia y evolución de esta Plaza de Guerra, resaltando sus hitos fundamentales, en especial su papel durante la Guerra de Restauração de la corona portuguesa (1640-68), la Guerra de Sucesión española (1701-1714) y los conflictos e invasiones españolas-francesas (1801-1814), con lo que supuso de construcciones abaluartadas (de las que una parte importante han sido arrasadas), asedios y sufrimiento para la población, que hoy día conserva este legado patrimonial sobre el que hay que actuar para su puesta en valor, siendo mucho lo que aún puede recuperarse del mismo.
La visita al Fuerte de San Cristóbal sirvió para ver sobre el terreno la importancia de esta “maquinaria de guerra”, esencial para la defensa de la ciudad, y que hoy constituye un patrimonio artístico de gran belleza en sí y por el entorno que domina no solo en los alrededores urbanos de la ciudad sino del espacio transfronterizo, con magníficas vistas a Elvas y a los campos donde se desarrollaron batallas tan cruciales como las de la Gudiña en 1709 y las de Gévora en 1705 y 1811. Fuerte que al perder su sentido defensivo pasaría a ser prisión militar, luego abandonado y ahora en proceso de reutilización para usos hoteleros y subsidiariamente museísticos, aunque su destino exclusivo a Museo de Historia de la Frontera sería ideal para un testigo de la misma desde su construcción en 1642 hasta la actualidad.
Moisés Cayetano Rosado

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