martes, 23 de septiembre de 2014

CONOCER LA HISTORIA DE PORTUGAL
Periódico HOY. 20 septiembre 2014

Moisés Cayetano Rosado
En 2006 aparecía, editada por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Extremadura, la obra Breve historia de Portugal, escrita por el historiador Fernando Cortés Cortés. Un compendio muy útil para introducirse de una forma serena y objetiva en la Historia de Portugal, que ha sido poco tratada en España y con mucho apasionamiento frecuentemente en el mismo Portugal.
En varias ocasiones he comentado que la primera “Historia de Portugal” que tuve ente mis manos -hace ya varias décadas- era una especie de catecismo triunfalista escrito por Tomás de Barros en 1948, válida en cuanto a cronología y sospechosa en cuanto a narración de hechos, impregnada de una ideología imperialista y claramente filofascista, editada por el Ministerio de Educação Nacional. Muy utilizada en los centros educativos portugueses de la época, deformaba la historia en aras de sus preconcepciones, algo que en España también venía ocurriendo con los textos escolares.
Posteriormente, tuve acceso a la bibliografía histórica del siglo XIX, muy brillante en Portugal, sobresaliendo las obras Oliveira Martins, Alexander  Herculano y Antero de Quental. Estos historiadores se enmarcaban en la corriente crítica, progresista, también de postura muy militante, aunque extraordinariamente reflexiva, interpretativa; amena de leer, dado su estilo fresco, espontáneo, apasionado, no exento de subjetivismo.
En cualquier caso, la obra de consulta general sobre el país vecino más divulgada ha sido la “Historia concisa de Portugal”, de José Hermano Saraiva, destacado e inquieto divulgador, político significado durante el salazarismo e incansable presentador televisivo muy dado a la anécdota, al detalle sensacionalista, dentro de una postura conservadora.
Sólo éste último es citado en la bibliografía del libro que ahora nos ocupa: “Portugal. Diez siglos (XII-XXI)”, de Fernando Cortés Cortes. Sí, en cambio, se relaciona a autores como Joel Serrão, A. H. de Oliveira Marques, José Mattoso, Fernando Rosas, Joaquín Veríssimo Serrão o los españoles Hipólito de la Torre y Josep Sánchez Cervelló, cuyo tratamiento de los aconteceres históricos van más en la línea que Fernando Cortés insiste en presentar: objetiva, a salvo de interpretaciones personalistas y apasionadas, rigurosa y equilibrada en el espacio dedicado a personajes, acontecimientos y épocas según la trascendencia de los hechos y momentos, aunque sin abandonar la postura reflexiva y crítica.
Ya lo reseñé así cuando salió su “Breve historia de Portugal”, de la que la actual publicación viene a ser una segunda edición, con ligeros retoques en la redacción, especialmente en lo que se refiere al período de la “Revolução dos Cravos”, así como una actualización de los acontecimientos desde 2004 (donde acababa el anterior libro) hasta 2014. Aumentan, eso sí, las notas a pie de página -que pasan de 86 a 108-, se amplía la bibliografía, se introducen unos interesantes cuadros complementarios de acontecimientos cruciales, personajes de interés, etc., y se “clarifica didácticamente” el contenido al introducir detalles técnicos de lectura como son “negritas” para encabezados, personajes, fechas e ideas-claves. Las ilustraciones fotográficas presentadas son distintas a las de la anterior edición, pero en ambos casos muy oportunas.
Como ya dije en su día, esta obra de Fernando Cortés hace un repaso ponderado, equilibrado, por toda la historia del país, primando -como indica el autor en su introducción “A modo de justificación”- la historia política, esbozando los aspectos demográficos, económicos, institucionales o artísticos, que de ser tratados obligarían a multiplicar el texto posiblemente hasta quintuplicarlo. O sea, estamos en esencia ante una historia lineal, de escrupulosa atención cronológica a los procesos políticos.
Dividida en cuatro apartados, un primer capítulo trata desde los primeros pobladores al Condado Portucalense, es decir, contempla el territorio ocupado por sucesivas civilizaciones antes de su conformación como Estado: prehistoria; colonización fenicia y griega, y conquistas sucesivas de cartaginenses, romanos, germanos y árabes. Visión rápida en 30 páginas, que nos coloca en posición de entender las mezclas y enriquecimientos de civilizaciones que generaron al pueblo portugués.
Un segundo capítulo lo dedica a las dinastías Borgoñona, el Interregno, dinastía de Avís y Casa de Austria: casi 120 páginas para repasar 500 años de un país en creciente importancia en el contexto mundial, dado su protagonismo crucial en los descubrimientos y colonizaciones de la Edad Moderna, y convulsionado por la ocupación de la dinastía Filipina  en los últimos años de la época estudiada en el capítulo.
El tercer apartado, que ocupa casi 50 páginas del libro, analiza la época de “el Portugal restaurado”: desde 1640 hasta 1910, en que reina la dinastía de la Casa de Braganza, periodo ampliamente estudiado por Fernando Cortés en sus investigaciones específicas, en buena parte reseñadas en la bibliografía, y por lo que el autor es reconocido en todos los ámbitos como un experto de primera línea.
El último capítulo, el más amplio -con casi 130 páginas- nos desentraña el último siglo de la historia política de Portugal; de 1010 a 2005, con tres apartados: la Primera República (1910-1926); la Segunda (1926-1974), haciendo hincapié especialmente en el “Estado Novo” de António de Oliveira Salazar, y la Tercera (desde la Revolução dos Cravos, en 1974, hasta el gobierno actual de Pedro Passos Coelho), a lo que dedica más de la mitad del capítulo, con una utilísima reseña de los resultados electorales para la Asamblea de la República habidos en esos 40 años.
En definitiva, el libro representa un manual necesario para conocer en líneas generales el proceso histórico de Portugal que, como el autor advierte, “acudiendo a manuales y obras especializadas, puede profundizar en el periodo que más le interese” cualquier lector medio español.

Este “Portugal. Diez siglos (XII-XXI)” -que además nos deja un esbozo de los tiempos anteriores desde los primeros pobladores prehistóricos- bien merece un lugar destacado entre los libros de los que amamos la cultura ibérica, respetamos las diferencias y queremos conocernos mejor. Y centros educativos, asociaciones de amistad ibéricas y responsables de las políticas transfronterizas -por el mismo motivo- no deben perderse su lectura; más cuando el conocimiento sistematizado mutuo de lengua, historia, cultura… ha ido cobrando en los últimos años un alcance considerable, que continúa en expansión.

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