La Unión Ibérica
Periódico HOY, Extremadura, 4 septiembre 2014. Pg. 17
Moisés Cayetano Rosado
Impulsada por la Asociación Cultural
Extremeño-Alentejana, Ediciones 19 ha sacado a la luz en versión impresa y
digital un libro singular. Se trata del opúsculo La Unión Ibérica, escrito por Sixto Cámara durante su exilio en
Lisboa, de 1857 a 1859, a donde se vio obligado a huir, perseguido por sus
ideas políticas democráticas, liberales, republicanas, y por su activismo
directo en las tribunas, en la prensa, en todo tipo de publicaciones.
Sixto Cámara moriría en Olivenza ese mismo año
de 1859, pero dejó un legado ejemplar como pensador, escritor, político y
dinamizador cultural. Apasionado de la unión ibérica, escribió estas páginas
que ahora ven la luz ¡por primera vez en castellano!, idioma en el que fue
escrito. El mismo año de su muerte aparecería traducido al portugués por
Rodrigo Paganino y prologada por José María Latino Coelho, iberista como él,
alcanzando dos ediciones, tras lo cual pasó a la sombra de las bibliotecas.
Ahora, en edición bilingüe, se nos ofrece en
esta publicación, que ha estado al cuidado de dos grandes especialistas en
temas portugueses, enamorados de lo transfronterizo, activistas del cruce de
culturas y el debate ibérico: Fernando Cortés y Germán Rueda. El primero de
ellos ha realizado la traducción actualizada y el segundo se ha encargado de
biografiar al infortunado autor, fallecido a los treinta y cuatro años de edad,
en plena actividad política e intelectual.
Leer La
Unión Ibérica en estos momentos, más de ciento cincuenta años después de
haber sido escrita, nos resulta aleccionador. Primero, por lo que tiene de
“anticipador” de lo que ha sido y sigue siendo el proceso de Unión Europea,
muchas de cuyas estrategias ya concibió Sixto Cámara para la Unión Peninsular,
con respecto a los mecanismos de funcionamiento institucional y a las
competencias a asumir en infraestructuras, economía, moneda, comercio… Segundo,
por lo que supone de “alarma” ante la “absorción y engullimiento” que podría
ver en ello Portugal, rebatiendo los tres argumentos que tanto se debatían en
el siglo XIX y que, por lo que al primero se refiere, está muy presente aún hoy
en día:
- Que Portugal perdería su independencia
pasando a ser una provincia conquistada.
- Que siendo un país pacificado y libre no
sería bueno asociarse a las discordias civiles sanguinarias de España.
- Que Francia e Inglaterra se opondrían a la Unión
Ibérica.
Leyendo esta primoroso edición de La Unión Ibérica, 1859, nos veremos
sorprendidos por la frescura de la prosa del joven periodista, pensador y
político Sixto Cámara; sus ideas avanzadas, rompedoras con la dinámica del
momento, en que el iberismo era tan minoritario (tampoco es que hayamos
avanzado mucho, pese a la integración europea, las eurorregiones fronterizas,
las eurociudades, los gabinetes de iniciativas transfronterizas y las
asociaciones rayanas de todo tipo).
Y nos sorprenderemos también con este rescate
de algo tan poco conocido no solo en general sino para los que “trasteamos” por
la frontera en particular. Además de lo primoroso, cuidado, de la edición por
parte de Fernando Cortés y Germán Rueda, que bien merecen nuestro agradecimiento.
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