EL “PATRIMONIO
MUNDIAL” AL ALCANCE DE LA MANO
Moisés Cayetano Rosado
Director de la Revista
Transfronteriza “O Pelourinho”
Asisto regularmente al “Seminário Internacional de
Arquitectura Militar” de Almeida, a finales de agosto, invitado generosamente
como ponente por su Câmara Municipal y el arquitecto-consultor de la misma João
Campos. Este año ha
tenido especial significación: porque están ya en marcha los trabajos para confeccionar
el dossier de candidatura de las fortificaciones de la Raia/Raya a Patrimonio
Mundial (en la Lista Indicativa de Portugal, por iniciativa de Valença do Minho,
Almeida, Marvão y Elvas, desde mayo de 2016), y porque clausuraba el Seminario
el Presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que se
pronunciaría sobre el tema.
En el
debate final de las sesiones de trabajo, el coordinador -doctor João Campos- me
instó a que expusiera la situación del Fuerte de San Cristóbal de Badajoz,
dentro de una discusión sobre autenticidad e integridad, los dos pilares
básicos para estudiar cualquier candidatura por la UNESCO, junto al valor
universal de los elementos y/o conjunto histórico-patrimoniales. Describí cómo
el interior del Fuerte había sido vaciado de sus construcciones militares de
los siglos XIX y XX (etapa final de su “razón de ser”, como elementos
defensivos y de acuartelamiento, iniciados a mediados del siglo XVII) por su
estado de ruina, que debería haber sido consolidada, como exige el Plan
Nacional de Arquitectura Militar y los convenios internacionales emanados de la
Carta de Venecia de 1964. Y cómo en ese interior se habían levantado edificaciones
de hormigón y cristal, con terrazas-miradores planas, sustituyendo a las
arrasadas Casa del Gobernador y los pabellones para oficiales y suboficiales,
de ladrillo, cal y canto, y tejado a una o dos vertientes.
Inmediatamente
intervino Milagros Flores, la Presidenta Internacional del ICOFORT(Comité
Científico Internacional de las Fortificaciones y Patrimonio Militar),
organismo consultor de la UNESCO para la calificación de las fortalezas como
Patrimonio de la Humanidad, y fue tajante en sus apreciaciones: “Con esas
actuaciones no es posible que un Bien patrimonial sea calificado como
Patrimonio de la Humanidad”. Y otros expertos presentes indicaron: cuando se
presentan una serie de elementos a la calificación, formando un sistema, si uno
de ellos con esos condicionantes se incluye en el bloque, resta méritos al
conjunto, que puede verse afectado en la prosecución de sus fines.
Fuerte San Cristóbal. Un antes y un después. |
O sea,
actuaciones como el arrasamiento en el interior del Fuerte de San Cristóbal de
Badajoz, o mismamente la recomposición del Baluarte de la Trinidad también de
Badajoz, son negativos no solo para la ciudad sino para todo el conjunto. Igual
pasa con el vaciado y abertura de ventanales en los redientes fortificados de
la ladera del castillo de Alburquerque. Algo parecido con el vaciado y torpe
relleno posterior con tierra de revellines del Baluarte de San Juan de Dios, en
Olivenza, donde el Caballero (elemento sobrepuesto en el interior del baluarte
para una defensa en altura) ha sido igualmente vaciado para en su base “montar”
una explanada tipo “terraza de bar”.
¿Tienen
remedio estos desaguisados? Al menos hay que intentar minimizar el impacto.
Así, el interior del Fuerte de San Cristóbal está llamado “por el sentido
común” a prescindir de las ilegítimas construcciones interiores; el Baluarte de
la Trinidad, a cambiar sus espectaculares e incomprensibles escalinatas
“palaciegas” por rampas más acordes con el uso de subida de artillería pesada
al mismo, que para ello se hacían). Los redientes de Alburquerque, a tapar los
horribles ventanales, que iban a ser de habitaciones de una Hospedería de la
que luego se desistió, al tiempo que se rellene su interior, como corresponde a
una plataforma artillera. El Caballero de San Juan de Dios de Olivenza, a ser
nuevamente rellenado, olvidándose de los ensueños de una “terraza de verano”.
Y todo
ello ha de ser acompañado con una ágil actuación en nuestros conjuntos
fortificados de la Edad Moderna (que son los candidatos a clasificarse),
subsanando demoras incomprensibles, como la que tiene el Plan Director de las
Fortificaciones de Alcántara, que lleva “estudiándose” en la Junta de
Extremadura más de un año, sin que se les haya dado ninguna respuesta u
observación, como en este Seminario Internacional me indicaban los responsables
de su ejecución en Alcántara.
Más
aún teniendo en cuenta que nuestros vecinos “rayanos” portugueses están
haciendo afanosamente sus deberes, y llevan envidiablemente adelantados sus
trabajos de conservación, restauración, documentación y coordinación. Y más
todavía si atendemos a las palabras que en la clausura pronunció el Presidente
de la República, el Doctor Rebelo de Sousa, que apostó entusiastamente por la
candidatura, prometiendo defenderla en todas las instancias por las que ha de
pasar, y llegando aún a más: se comprometió a hablar de ello con el Rey de
España, Felipe VI, para que también se sume a la iniciativa, como máximo
representante del Estado, y juntos colaboren para llegar al buen fin: ser
Patrimonio de la Humanidad estas Fortificaciones Abaluartadas de la Raya
luso-española.
Quedó
bastante claro en el Seminario que en una primera etapa esa calificación deberá
recaer en Valença do Minho, Almeida, Marvão y Elvas (que ya lo es, esta última,
a título individual), uniéndose inmediatamente otras portuguesas, como Vila
Viçosa, que ha solicitado su inclusión. Pero a continuación hay que “saltar” al
otro lado de la Raia/Raya, donde las que ofrecen mayores posibilidades de
alzarse con el título de esta serie serían Ciudad Rodrigo (bastante adelantada en
su puesta en valor), Alcántara (en buen estado y pendiente de intervención sus
amplias y potentes murallas) y Olivenza (que en conjunto ofrece un estado
esperanzador y tiene al menos cuatro cuarteles militares del siglo XVIII con un
“estado de revista” puntero en toda la frontera, y -como dijo el ponente
portugués Rui Loza- así no entraríamos en la discusión de
“portuguesa/española”, sino “ciudad-patrimonio-universal”).
Pero
Valencia de Alcántara, Alburquerque y Badajoz (Brozas y Alconchel, después)
deben ir ya preparando actuaciones, estudios y documentaciones para no quedar
atrás en lo que es un proyecto transfronterizo de incontables beneficios
patrimoniales, culturales y turísticos para todos.
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