JOHNNY GUITAR
Por Moisés Cayetano Rosado
Anoche
repusieron el TVE1 la película “Johnny Guitar”. ¿Cuántas veces he visto el
film? ¿En cuántas ocasiones he oído su banda musical? Esta película de 1954 es
de las que nunca envejecen y hay que volver a ella para recrearse en la calidad
literaria de sus diálogos; en los hermosos primeros planos de sus personajes;
en el sonido acompasado e insistente del trotar de los caballos -que
constituyen uno de los aciertos más difíciles-; en su música inolvidable.
El
argumento es simple, y podría resultar folletinesco en manos inexpertas. Pero
el director, Nicholas Ray, sabe darle la vuelta para mostrarnos una película de
amor y desamor en lo que sus cuatro personajes principales bordan la
interpretación: Johnny Logan -luego Guitar-, el pistolero legendario que quiere
encauzar su vida pacíficamente como guitarrista; Vienna, la dueña del cabaret
que ha luchado duramente para labrarse un porvenir próspero; Emma Small, la
rica ganadera, frustrada y llena de odio por un amor no correspondido, pues
Scott se decanta por Vienna (la que a su vez sigue enamorada de Johnny, viejo
conocido y ahora a su servicio), y Scott Brady, buscador de oro, que crea
involuntariamente el conflicto entre las dos mujeres.
Pienso
que lo más meritorio es la armonía entre todos los recursos que se exhiben. La
tensión contenida en el cabaret. El movimiento de los personajes en las escenas
interiores; en las partidas a caballo, presionadas bajo la frustración y el odio de Emma, cuyos
ojos son chispas de furor. Las correrías nocturnas en busca de venganza. La
desenvoltura firme de Vienna, cuyos gestos de reto y de desplante nos llevan
del cine al drama de teatro. La infantilizada actitud indecisa de Johnny. Los
celos engallados de Scott. Y esa música de fondo, tan suave, tan envolvente,
tan nostálgica, de Víctor Young, elegante como pocas, emotiva en extremo.
Los demás
intervinientes: ayudantes de Vienna, gente del pueblo manipulados por la ira de
Emma, compañeros de fortuna de Scott, con sus ambiciones, lealtades y
traiciones… son un elenco coral muy acertadamente puesto en escena. Y le dan ese matiz de western que queda en el
conjunto en un plano secundario, pero que contribuye eficazmente al atractivo
total esta película, que es un gozo volver a repasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario