AZULEJERÍA
EN LISBOA
Patio neomudéjar de la Casa do Alentejo en Lisboa. Comedor y expositor de libros. |
Moisés
Cayetano Rosado
Lisboa
no tiene rival a la hora de extasiarnos en las magníficas muestras de
azulejería, que constituyen una modalidad artística en
que nadie supera a Portugal.
Plazas, jardines, palacios, caserones,
iglesias, conventos, rincones y fachadas, son receptores de un despliegue
excepcional de arte, creatividad, sensibilidad y buen gusto, que en las muestras de los siglos XVII y XX
tienen para mí los máximos exponentes.
Confieso, en este sentido mi debilidad por el neoislámico Palacio de Alverca, donde tiene
su sede la Casa do Alentejo (en la Rua Portas de Santo Antão, de la Baixa
Lisboeta), cuya azulejería costumbristas del pasado siglo cubre las inmensas
paredes del comedor, de los salones, salas, salitas, rincones y pasillos.
Sin embargo, hay dos hitos esenciales que,
imperdonablemente, no he visto en directo todavía, y me urge visitar:
El Museu
do Azulejo, en el antiguo Monasterio manuelino de la Madre de Deus, situado
en la Rua Madre de Deus). Y, el Palacio
de Fronteira -ese conjunto de villa y jardines del siglo XVII ampliados en el
XVIII con traza renacentista italiana-, en el Largo de Santo Domingos do
Benfica. ¡Insuperable su azulejería del siglo XVII, época de mayor explendor!
Lástima que éste último no abra los domingos.
Ahora -en temporada baja- los demás días realiza visitas guidas (las únicas
admitidas) a las 12’00 y 13’00 horas españolas. El Museu do Azulejo, en cambio,
cierra los lunes, pero los demás días abre libremente de 11’00 a 19’00 horas
españolas, siendo los domingos gratuito de 11’00 a 15’00 horas de España.
Así, la mejor opción estimo que es visitarlos un sábado, comenzando por el
Palacio de Fronteira, pasando después al Museu do Azulejo. Así, a la hora de comer se recala en la Casa do
Alentejo, con lo que -repuestas fuerzas- por la tarde se puede contemplar
libremente su abundante azulejería.
¡Aún quedaría tiempo para deambular a lo largo de esa columna vertebral lisboeta que es la
Baixa-Avenida da Liberdade y esas dos hermosas y variadas “alas de
mariposa” que son ambos lados del eje, con su Chiado y Bairro Alto a un lado, y
Alfama y Mouraria al otro! O contemplar al fondo el estuario do Tejo, bajando
la monumental, magnífica Praça do Comercio.
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