CASA DO ALENTEJO: SORPRENDENTE TESORO EN
EL CORAZÓN DE LISBOA
Moisés Cayetano Rosado
Quien se
acerque a las Portas de Santo Antão -por la zona más concurrida de la ciudad,
en la Baixa lisboeta, al lado de la Praça dos Restauradores-, se encontrará con
la sede de la Casa do Alentejo, un
sorprendente tesoro de la Raia/Raya en el corazón de Lisboa.
Situada
en el antiguo Palácio dos Viscondes de
Alverca -construído a finales del siglo XVII, aunque renovado a comienzos del
siglo XX-, al detenernos ante su fachada no recibimos otra impresión que la
de una casona de buen porte, pero que en modo alguno presagia lo que dentro
veremos.
Subiendo
unas breves escaleras de entrada, se nos abre
un mundo de “fantasías orientales”: gran patio neoislámico, columnado, de
corredor cubierto, con grandes arcos de ojiva abierta, angrelados, de alfiz con
profusa ornamentación geométrica, rica azulejería, mobiliario en madera y
cuero, grandes macetones “arborescentes” y fuente central, con gran luminosidad
natural, resaltando los vivos y variados colores del conjunto.
La
monumental escalera del fondo nos conduce al
piso superior, donde se difumina el estilo oriental, dando paso a dos
grandiosos salones (comedor y de representaciones), modelos Luis XV y Luis XVI,
de una dimensión y elegancia extraordinarias. Amplios ventanales, con molduras
rococó que llegan hasta el techo, magnífico mobiliario de madera y telas
coloridas, pinturas murales y en los techos, entre grandes molduras de las que
cuelgan lámparas ornamentales de cristal. Es de admirar, en especial, el gran
fresco en el techo del salón-comedor, obra del celebrado pintor Benvindo Ceia
(1870-1941).
Aparte de
estas dos joyas palaciegas, son de destacar
la extensa dependencia destinada en la actualidad a comedor abierto al público,
la sala de lecturas y la de Olivença. Las tres están ricamente ornamentadas con
azulejería de temática festiva campesina (el primero), de caza y “touradas”
(el segundo) y alegorías basadas en la obra “Os Lusíadas” (la tercera); constituyen
uno de los ejemplos más notables de la azulejería del siglo XX en Portugal, admirablemente
policromada, con unos efectos de profundidad y movimiento insuperables. Su
autor es el notable pintor Jorge Colaço (1868-1942), que al igual que el
artista antes citado trabajaría allí entre 1918 y 1919, cuando se realizó la
remodelación del inmueble, bajo la dirección del renombrado arquitecto António
Rodrigues da Silva Junior (1868-1936).
Se
completa lo anterior con la profusa
decoración del hall de entrada al piso superior, pasillos y otras dependencias,
con reminiscencias decorativas neo-renacentistas, neo-barrocas, neo-rococó… y
más azulejería en frisos y paredes, de motivos geométricos, vegetales y
florales, de la máxima calidad.
Toda esta
riqueza, de tendencia romántica e historicista, fue consecuencia de la
instalación en el lugar del “Magestic Club”, luego “Monumental Club”, a partir de 1917: casino de lujo que se
mantuvo hasta 1928.
El
edificio fue alquilado en 1932 al Grémio
Alentejano (después Casa do Alentejo), que siguió manteniendo los juegos de
azar, lo que le proporcionó importantes ganancias y le permitió la adquisición del costoso inmueble en 1981.
Hoy en
día, sin esos ingresos del mundo del juego, y con uso fundamentalmente cultural
(conferencias, recitales, presentaciones de libros…), artístico (exposiciones
pictóricas, escultóricas, de artesanía; variados actos musicales), impulso de
las potencialidades monumentales, turísticas, culturales del Alentejo, además
de restaurante de promoción regional… difícilmente
puede mantener tan costoso patrimonio, que exige permanentes cuidados de
restauración.
Esta
“embajada” de Alentejo, de la Raia/Raya en Lisboa, este tesoro en complicado
estado de recuperación, bien merece una
atención institucional para su sostenimiento, por su intrínseco valor y por lo
que representa para las tierras del interior como “escaparate” en un lugar
tan privilegiado de Lisboa.
He estado en un par de ocasiones en la Casa do Aletnejo, y te felicito pues has sabido trasnsmitir perfectamente lo que representa. He comido alli en un par de ocasiones un menú muy barato, y bueno.
ResponderEliminarun saludo
IANTT - Jesús
Muchas gracias. Compartimos el gusto.
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