CASTROS GALLEGOS,
UN EJEMPLO DEFENSIVO Y CONSTRUCTIVO
Moisés Cayetano
Rosado
Castro de Santa Trega |
¡Los castros gallegos! A casi todos nos suena
el de Santa Trega (Tecla), asomado al
mar y a Portugal, tan imponente, en el municipio de A Guarda, objeto de
múltiples visitas de turistas y estudiosos. O el también marítimo, bañado
incluso en las aguas del Atlántico de tan pegado al océano, cual es el de Baroña, en Porto do Son.
Castro de Baroña |
Ambos tan completos, vistosos, puestos en valor
y reinterpretados en sus funciones urbanística y defensiva, que estando en
ellos parece que vivimos dos, tres mil años atrás.
El mar es escenario frecuente en estos levantamientos defensivos, por
estrategia y por supervivencia, que se ha ido prolongando en sus funciones
civilización tras civilización, como es el caso también del de A Lanzada, en un promontorio al borde de la
playa del mismo nombre, tan frecuentada por bañistas: la más concurrida,
seguramente, de Galicia. Pero son más abundantes en las cercanías de ríos y
humedales, que tanto proliferan por el territorio gallego, hasta hacerlos
incontables.
Castro de La Lanzada |
Ahora bien, de los muchos que he visitado y he ido viendo
"crecer" año a año, descubriendo sus secretos gracias a una buena
acción arqueológica sostenida, tengo predilección por el de Monte do Castro, en el municipio de Ribadumia, en la Ría de
Arousa.
Cartel de Monte de Castro, de las excavaciones de 2011 |
Castro Landín, en Cuntis |
Cartel de Castro Grande, de Neixón |
Al contrario de lo que ocurre con otros castros
(como puedan ser el magnífico de Castrolandín,
en Cuntis, que tuvo una época de detalladas atenciones; los Castros Grande y Pequeño de Neixón, en
Boiro, sobre los que tantos proyectos se hicieron, o el castro de Toiriz, en Silleda, que contó
siempre con la actuación entusiasta de sus vecinos en la recuperación, pero que
luego han ido cayendo en la dejación
oficial e incluso en la decadencia o abandono de proyectos), éste ha
seguido en actividad por parte de los equipos de recuperación y puesta en
valor, sin que la “excusa” de la crisis económica generalizada le haya restado
significativamente el progreso en su valorización.
Cartel del castro de Toiriz |
Monte do Castro, desde fuera |
Ocupado y reocupado desde el siglo IV a.C. al I
d.C., se emplaza en un alto cabezo al borde del río Umia, con gran empalizada,
muralla perimetral, diversas estructuras habitables, canteras de extracción...
que cada vez que lo visito veo cómo descubre sus secretos milenarios y nos da a conocer un modelo defensivo y
urbanístico que en buena parte ha pervivido a lo largo de la historia.
Monte do Castro, 2012 |
Allí está el "glacis" exterior, la muralla aterraplenada, el foso, la
entrada curva y reforzada en sus extremos. Las casas protegidas por gruesos
muros de piedra, haciendo juego de calles quebradas y manzanas compartidas. Los
altos observatorios que dominan el amplio espacio de los alrededores sin
que nada se les escape.
Abajo, el
río que les proporciona el agua necesaria y recursos con que alimentarse; al
medio, el bosque, ofreciendo también su contribución al sostenimiento del
grupo humano.
Es una constante en las construcciones colectivas,
desde que dominaron la acción grupal
sobre el medio, la práctica de la agricultura y la ganadería, la rivalidad
con otros grupos.
Monte do Castro, agosto 2015 |
En el caso de los castros gallegos -en el de
Monte do Castro tienen un ejemplo didáctico, intuitivo y bien conducido en su
redescubrimiento-, se nos presenta un modelo que hemos ido imitando y reinventado en nuestras defensas y construcciones
posteriores de la antigüedad, del medievo, incluso de la Edad Moderna, tan
modificadas las estructuras a causa de la irrupción pirobalística, pero con
base en el modelo que aquí se nos ofrece.
Visitar los castros gallegos es todo un viaje por la técnica constructiva defensiva
y urbanística, por los afanes de los pueblos en su supervivencia, por la
armonía e interacción con el medio. Lástima que algunos, muchos, hayan sido
abandonados tras una puesta a punto prometedora. A ver si es verdad que estamos
saliendo de la crisis y se le hace justicia, atendiéndolos como bien merecen, a
estos vestigios del pasado que tanto nos enseñan y que resulta tan placentero
contemplar.
No hay comentarios, porque tus trabajos de investigación y visitas "in situ" dejan mudos a todos los que te siguen. Abrazo Moisés
ResponderEliminarGracias, amigo Manuel. A ver si nos vemos pronto. Aquí o en Argentina...
EliminarUn abrazo.
Moisés.
Hola Moises
ResponderEliminarperdona que te tutee, ya he intervenido en tu blog alguna vez, soy gran amante y sufridor del patrimonio defensivo en general y veo que has estado na miña terra, soy de Pontevedra, me hubiera gustado conocerte. Si vienes alguna vez y te apetece charlar con una persona que comparte tu cariño por este tema puedes contactar conmigo en el correo figurefour59@gmail.com
en cualquier caso seguiré disfrutando de tu blog
Gracias de nuevo por tu lectura y comentario. Espero que cuando el año próximo vaya para la Ría de Arousa podamos vernos. Un cordial saludo.
Eliminarsera un placer conocerte y por favor sigue con tu excelente blog
Eliminarsaludos
Gracias. Nos veremos.
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