EMIGRANTES Y EUFEMISMOS
Moisés
Cayetano Rosado
Leo que a finales del 2018 se celebrará el “I Congreso Mundial de la Ciudadanía
Extremeña en el Exterior”. Ya hace unos años también me pasaron por los
ojos otros eufemismos “elegantes”, como “Ley
de la Extremeñidad”. Ambas cuestiones se refieren a los emigrantes
extremeños, esa enorme cantidad de paisanos que a lo largo de las tres cuartas
partes primeras del siglo XX salieron de la región buscando, fundamentalmente,
un porvenir que aquí no conseguían encontrar.
Sangría humana, hemorragia demográfica que convirtió a la región en casi un desierto
poblacional, que solo se cortó porque la crisis económica mundial de 1973
impidió continuar huyendo de una tierra incapaz de ofrecer alternativas mejores
que la salida de nuestro entorno, de nuestra gente, arrancando raíces.
Más del cuarenta por ciento de los habitantes
de Extremadura dejaron la región, especialmente en los años del “desarrollismo español”: de
1961 a 1973. De los ochocientos mil emigrantes de 1900-1975, 650.000 salieron
en esos trece años. Gente joven, en edad de producir y reproducirse.
Si nos
echamos a soñar y echar números, resulta que de no haber ocurrido ese fenómeno
obligado, ahora seríamos en Extremadura más de dos millones de habitantes, y no
el escaso millón que habitamos esta tierra, donde nos faltan esa “ciudadanía en el exterior”, esos paisanos de la
“extremeñidad”. Porque a esos ochocientos mil emigrados habría que unir sus
descendientes, que no sé si los creadores de estos conceptos eufemísticos
considerarán como parte de esa “ciudadanía extremeñista exterior”.
¿Por qué se utilizan estos epítetos
desviacionistas? ¿Por qué
jugamos al despiste, a engañarnos, a limar las asperezas de la historia
creyendo que lo áspero sean las palabras y no los hechos a los que se refieren?
Hagan un Congreso de Emigrantes Extremeños, el
Cuarto, puesto que ya que
tiene tres precedentes, desde que en 1978 se celebrara el Primero, siendo el
Tercero en 1986. Así lo están reclamando muchos emigrantes, de amplia
trayectoria en trabajo asociativo, solidarizándose con una “Carta al Sr.
Presidente de la Junta de Extremadura”, brillantemente escrita por Antonio
Elviro Arroyo, desde Alcorcón. Su último párrafo dice: no es de recibo que se cambie el nombre de “Emigrantes Extremeños” por
el de “Ciudadanía Extremeña en el Exterior”, ya que sería lo mismo que cambiar
“Conquistadores Extremeños” por el de “Ciudadanía Extremeña Aventurera”. Pues
eso: que no les de vergüenza, si es que no se consideran culpables de una
situación de marcha laboral forzosa, en masa, irreversible.
Gracias Moises por tu aportacion excelentemente documentada y por tu preocupacion por este fenomeno, no siempre entendido por algunos/as en Extremadura. Te voy a enviar un documento que aprobamos las asociaciones extremeñas en Catalunya el pasado año, en referencia al congreso programado para este año. Deberiamos hablar del tema. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, luchador como pocos, ejemplo y estímulo para los que nos interesamos por este tema tan sensible. Un abrazo.
EliminarMoisés.