A NÊTA, de
Adelino da Silva Tavares
Moisés Cayetano Rosado
Ya he tratado en otras ocasiones de la obra
literaria de mi buen amigo Adelino da Silva Tavares (http://moisescayetanorosado.blogspot.com/2016/06/da-boa-austeridade-moises-cayetano.html),
al que conocí en nuestros tiempos de representantes municipales de nuestros
respectivos concelhos: de Seixal él,
y de Badajoz yo.
Entonces ya
sabía de su entusiasmo por las colectividades, por el trabajo compartido, por
la amistad y el buen trato entre las personas y los pueblos. Todo ello lo
fue corroborando su actuación como autarca,
y lo fui comprobando en nuestros múltiples encuentros en un lado y otro de la Raia/Raya.
Después vendrían los libros. Su incansable labor de narrador de la vida
cotidiana. Su testimonio del discurrir de la gente sencilla, sus vecinos,
familiares, conocidos, que ha ido plasmando en diferentes entregas en los
últimos años:
- Vocabulário do avô Adelino (2005)
- Andatoque (2015)
- Da boa austeridade (2016)
- O Sótão (2016)
- Y ahora: A Nêta (2018)
Viene excelentemente prologada esta última publicación por Carlos Ribeiro, siendo las densas
y acertadas palabras de la contracapa de Correia da Fonseca.
A lo
largo de sus 356 páginas asistimos al discurrir bonancible, reposado,
participativo, de la vida de Seixal, pues en la población se
centra el discurrir de la crónica de Adelino, que va recorriendo en ellas las
vivencias ciudadanas de todo el siglo XX hasta la explosión y primeros
entusiasmos de la Revolução dos Cravos.
A Nêta es el personaje que centra la historia,
pero lo que nos muestra es la “vida coral” del pueblo, de
la gente, de sus colectividades recreativas, deportivas, musicales, sin faltar
apuntes curiosos, escenas costumbristas, pequeños viajes (que encuentran en Nazaré
uno de los destinos más deseados) y, en especial, el entusiasmo de la ruptura
con la dictadura para iniciar la aventura gloriosa de la Revolución triunfante,
donde el pueblo logra la necesaria Libertad.
Como dice Correia
da Fonseca, el autor se muestra como “autêntico cronista do Seixal”. Y
así pienso que es. Así pienso que debe ser un “Cronista Oficial” de una ciudad:
alguien que da cuenta de lo cercano, del transcurrir de la vida colectiva, del
día a día próximo y actual, como un
notario que da fe de los acontecimientos ciudadanos. Y además, como lo hace
Adelino: con sensibilidad, amor hacia la gente, resaltando lo que de bueno
tiene la mutua ayuda y la colaboración entre todos, sin dejar por ello de poner
de manifiesto las dificultades de cada día. Y con una prosa llana, tan
sencilla y atractiva como el pueblo que retrata en lo que escribe.
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