LOS PATOS “POLÍTICOS”
DE CASTELAR
Moisés Cayetano Rosado
El Presidente
del Gobierno de Cataluña ha declarado públicamente que su homónimo de
Extremadura “está en el mejor de los mundos”, porque puede bajar los impuestos
a pesar de la crisis que hay en España.
En el mismo
tono sarcástico, pero subiendo un peldaño más, para ser más “gracioso”, contesta
el extremeño José Antonio Monago que “Artur Mas vive como los patos de
Castelar”, refiriéndose a las anátidas que se encuentran en el Parque de ese
nombre, en Badajoz, “donde los señores de parques y jardines les llevan pienso
todos los días para que los patos no tengan ni que volar para comer”.
Muy ingenioso
lo de los patos perezosos, aunque dirigido a un catalán quizás sea un
contrasentido, pues su fama no es precisamente la de holgazanes. Pero el
mensaje cala, porque es emotivo, no racional, y ya sabemos por los manuales de
psicología y sociología política -y por la cruda realidad- que está demostrada
su eficacia.
Nada de
sesudos razonamientos, que aburrirían… a patos y no patos, sino explosivos
disparates, que hacen reír al personal, y nada como refocilarse sin que te
cueste un duro.
En esto, el
Sr. Monago ha tenido un buen maestro: el anterior alcalde de Badajoz, Miguel
Celdrán, del que fue delfín durante casi un par de décadas. Aunque tampoco su
antecesor en el Gobierno extremeño, Rodríguez Ibarra, se quedaba corto cuando
se trataba de disparar contra los dirigentes catalanes. Parece que se le ha
pegado por los dos lados. Claro que también dirá que primero tiró la piedra el
catalán, con lo de “estar en el mejor de los mundos”, así que “y tú más”, que
dicen los que se echan para adelante…
Pero yo me he
acercado una vez más a ver a los “patos de Castelar” y he visto lo que desde
hace ya varios años viene ocurriendo: que tienen subidas las “alambradas de su
estanque” para que no puedan salir y para que nadie pueda entrar (sus más de
dos metros de altura terminan en afiladas flechas), pues por aquí sabemos que
había aficionados a tirarles piedras, a perseguirlos por las explanadas de los
alrededores y a “cortarles el cogote”.
En consecuencia,
“los patos de Castelar” sufren un confinamiento preventivo que les coarta
gravemente su libertad, siempre pendiente del hilo peligroso de gamberros y desaprensivos.
¿Vive Artur
Mas como “los patos de Castelar”? ¡Pues si precisamente de algo parecido es de
lo que él mismo se queja! Sr. Monago, por favor, no le dé ideas que es capaz de
utilizarlas como argumento contundente en su anunciado referéndum.
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