LA
SOCIEDAD OBRERA “ADELANTE” (1931-1938). LA LUCHA POR EL TRABAJO Y POR LA TIERRA
EN MAGACELA.
Autor: Antonio D. López Rodríguez.
Edita: Ayuntamiento de Magacela y Diputación de Badajoz. 2018. 337 páginas.
Los trabajos
históricos locales tienen muchas veces el defecto de lo anecdótico y particularista,
por lo que se suelen tomar con prevención. Pero cuando vienen de la mano de
autores de la reconocida solvencia de Antonio D. López Rodríguez, ya en sí
constituyen una garantía.
Lo dice en el
Prólogo otro historiador de considerable trayectoria, José Hinojosa Durán: “nos
encontramos ante un ejemplo de buena historia local que ha huido del
exclusivismo localista tan pernicioso para la investigación histórica” (pág.
19).
Y es que La Sociedad Obrera “Adelante” (1931-1938).
La lucha por el trabajo y por la tierra en Magacela constituye un estudio
de extraordinaria relevancia, que conjuga la precisión del detalle local con el
contexto territorial en que se desenvuelve (la provincia de Badajoz, y su
fuerte significación en la lucha campesina durante la II República y la Guerra
Civil), así como con el discurrir político-social y económico del Estado
español a lo largo de los convulsos años treinta, en que la II República, la
Guerra Civil y la inmediata represión del franquismo vencedor marcaron
profundamente la historia de nuestros pueblos en general y, en este caso, el de
Magacela en particular.
Está el libro dividido
en diez capítulos; el Prólogo aludido; una Introducción aclaratoria de lo que
quería ser “la República de los trabajadores”, concretando en la Sociedad
Obrera “Adelante” sus aspiraciones, más unas consideraciones metodológicas, y
al final un Epílogo sobre la incautación y venta de la Casa del Pueblo, amplio
Apéndice Documental de desenvolvimiento socio-económico, asociativo y de la
represión tras la Guerra, más referencia de Archivos, Fuentes Documentales y
amplia Bibliografía.
Va en los tres
primeros analizando la situación en Magacela en cuanto a la concentración
propiedad de la tierra y el problema de subsistencia de los que viven de su
trabajo (Capítulo 1), hasta la creación, funcionamiento y reivindicaciones de
la Sociedad Obrera “Adelante” (Capítulo 3), pormenorizando crudamente el
comportamiento despótico de la patronal, la connivencia con ella de la Iglesia
-que se gana la hostilidad de los jornaleros y sus representantes: “Corroborarían
estas actitudes hostiles tanto el rápido alineamiento ideológico de la Iglesia
con las derechas como su temprana asimilación del discurso más reaccionario” (pág.
105)- y el colaboracionismo de la Guardia Civil, desarrollado extensamente en
el Capítulo 4, centrado en el “bienio reformista” y resaltando actuaciones
conflictivas por toda la provincia (págs.. 124-128). En medio, el Capítulo 2 se
consagra al surgimiento del movimiento obrero en Extremadura, al calor de la
proclamación de la República, que llena de esperanzas al campesinado.
Los capítulos
5 y 6 nos colocan ante el obstruccionismo de las derechas a la labor municipal,
al trabajo democrático de los representantes populares, elegidos por las masas
tradicionalmente desposeídas, y ahora protagonistas de su propia historia. La
Huelga de junio de 1934 y la represión gubernativa del gobierno radical-cedista
es objeto de amplia consideración en el Capítulo 6, estudiándose el “proceso de
radicalización política” (pág. 175) de PSOE y UGT, en consonancia con el
discurso de Largo Caballero, abiertamente enfrentado al involucionismo de
derechas.
Los capítulos
7 y 8 analizan el triunfo del Frente Popular en las elecciones del 16 de
febrero de 1936 y las históricas ocupaciones de fincas del 25 de marzo de 1936
en toda la provincia (mostrando una vez más la consonancia propietarios-Guardia
Civil, ejemplificados en la actuación despótica del Comandante del Puesto de
Magacela -págs. 212-213-), para pasar a continuación a detenerse en el impacto
del golpe militar de julio de 1936, que en esta población y en toda la comarca
de La Serena fracasaría, pasando a intensificarse la incautación de tierras,
formación de colectividades y cooperativas, bajo la dirección de la FETT, lo
que se estudia en el Capítulo 9.
El Capítulo 10
está dedicado a la derrota de las fuerzas populares, la victoria franquista, la
represión generalizada y sostenida en el tiempo, la crueldad de los vencedores,
y una interesante biografía de las personas más significativas víctimas de la
represión.
Un recorrido,
en fin, bien documentado y que conjuga acertadamente lo particular con lo
general. Detenida reflexión por los años de la esperanza y de la frustración;
de las dificultades, el hambre y la aspiración a un mundo mejor; del
enfrentamiento entre unas masas populares decididas a cambiar su mísero destino
y unas fuerzas tradicionalistas, reaccionarias, que tuvieron su poderío de
siglos concentrado en los grandes poseedores de la tierra, aliados a la
tradicional fuerza colaboracionista de la Iglesia y -desde mediados del siglo
XIX- al brazo armado de la Guardia Civil, a los que se une el ejército golpista,
que propició una inmisericorde y sostenida venganza “ejemplificadora”.
MOISÉS CAYETANO ROSADO
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