JUROMENHA, LA
ESPLENDOROSA CENICIENTA
Por Moisés
Cayetano Rosado
Juromenha
es una cenicienta, esplendorosa todavía, a pesar de los derribos del tiempo y
la desidia, desde donde las vistas al Guadiana no tienen
rival; esa “cola” del Embalse de Alqueva forma una lámina de agua propicia para
los deportes náuticos, para la contemplación de puestas de sol realmente increíbles.
Sus
escasas dos calles conservan la tipología constructiva alentejana con esmero:
pequeñas casitas en hilera; paredes blancas, con bordes de añil en puertas,
ventanas y balcones; chimeneas troncocónicas gigantescas.
Su
Fuerte no desdice de las grandes construcciones de la Edad Moderna:
lo justifica su importancia histórica, que ya lo fue en la Edad Media y
continuaría a comienzos del siglo XIX.
Llevo 20 años visitando esta fortificación, a
tan solo 14 kilómetros de Elvas, hacia el sur. Admirando su amplio legado,
superpuesto por el tiempo como hojas de un libro. Esos pilares, columnas y sillares romanos en paños de murallas; las cruces patadas visigodas; las murallas levantadas por los musulmanes
que la conquistaron, la perdieron ante D. Afonso Henriques, la vuelven a
conquistar dos veces, hasta quedar definitivamente en poder cristiano a partir
de 1242.
D.
Dinis (1279-1325) implanta importantes refuerzos: 17 torres cuadrangulares,
torre del homenaje de 44 metros de altura, murallas
revestidas en cantería de granito… Con
la Guerra de Restauração (1640-1668), se cerca con una magnífica fortificación
abaluartada, diseñada por Nicolau de Langres, que posteriormente se pasa al
bando castellano, al que facilita planos secretos que permiten su toma.
En
1659, el estallido del polvorín arruina en gran parte sus instalaciones,
lo que un siglo después (con el
terremoto de Lisboa, de 1755) llevará a repetir las destrucciones. Pero su importancia como “llave” de Portugal
hará que se opere su recomposición; precisamente en 1808 sería uno de los
lugares de inicio en la rebelión contra Napoleón.
Pero en los veinte años en que llevo
admirándola, nuevas conquistas, nuevos
estallidos, nuevos terremotos, nuevas invasiones y traiciones, la van hiriendo
de muerte: el abandono, la desidia, la falta de cuidado para con esta perla
del arte fundamentalmente islámico, medieval cristiano, abaluartado…, testigo
de más de dos mil años de historia defensiva.
Veo cada vez un nuevo atentado: paños de murallas que se derrumban,
interiores que se nos caen al suelo, elementos que se pierden (o que se van
en manos amigas de lo ajeno).
Desolación ahora, donde antes admiré grandeza.
Decadencia. Ruina. Soledad destructiva. Pérdida irreversible.
Se intentó una reconstrucción y puesta en uso,
que entre lo discutible del proyecto y las crisis se ha quedado paralizada. ¿Cuál
es el futuro para semejante tesoro que se nos está yendo, cayendo de las manos?
Urge una actuación inmediata sobre ella,
una de las señas de identidad histórico y artísticas más señaladas que tenemos
en la Raya.
Ironias da História. Sentinela avançada para vigiar Castela, é de Castela que chegam notícias e alertas preocupantes quanto à situação dessa esquecida Praça... Tristeza profunda sobre tudo quanto diz respeito ao Património. Ironia ainda, enquanto o Património edificado abandonado cai, pensa-se em destruir aquele que está em uso (e por isso mantido) ....
ResponderEliminarEu espero que tenha solução. Obrigado.
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