50 AÑOS DEL INICIO EN MOZAMBIQUE DE LA GUERRA POR SU INDEPENDENCIA
O ANJO BRANCO
MOISÉS
CAYETANO ROSADO
Acabo de leer O Anjo Branco, novela
de José Rodrigues dos Santos, publicada por Editorial Gradiva en octubre de
2010, que me recomendó hace poco una amiga elvense nacida en Mozambique, y cuya
importancia me reconfirmaría pocos días después otra amiga alentejana nacida en
Angola.
Sabían que ando estudiando las guerras coloniales portuguesas de 1961-74.
Esta obra de 680 páginas podía servirme para obtener una visión “novelada” de
aquella dura experiencia que enlutó a la metrópolis y a las colonias africanas,
como antes ocurriera con las sucesivas descolonizaciones que Europa realizó
tras la II Guerra Mundial, con el precedente sangriento y cruel de España en el
Protectorado de Marruecos (http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2012/04/los-novios-forzados-de-la-muerte.html).
Hace un par de años, otro amigo alentejano -Rui Rosado Vieira, que hizo
servicio militar de cuatro años y medio en Angola- me había puesto en la línea
de estos sufrimientos con sus Memórias da
Guerra (1961-1964): http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2012/05/memorias-de-la-guerracolonial-ofrendas.html. Y mucho he hablado de la
problemática con el Capitão de Abril
Duran Clemente, destinado en Guinea en los años finales de la Guerra, hasta que
con la Revolução de Abril se le puso
fin: http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2014/02/descolonizarportugal-duran-clementeun.html.
El romance de Rodrigues dos
Santos recorre la vida de José Branco, desde su nacimiento hasta el final de su
experiencia como médico en la aldea de Tete, en el centro de Mozambique. La experiencia
de una terrible masacre cometida por comandos del ejército portugués sobre los
habitantes de un poblado cercano (Wiriyamu) lo llevarán al apartamiento, bajo
la vigilancia de la terrible PIDE (llamada ya por entonces Direcção Geral de
Segurança).
Aunque la obra presenta diversos “guiños” comerciales, prescindibles -entreteniéndose
demasiado en la narración de su infancia, adolescencia y primera juventud
estudiantil, así como en sus devaneos sexuales-, al entrar en la sustancia de
su destino laboral en Mozambique cobra dimensión, tanto literaria como
documental.
La lectura es fácil, la narración ágil, conjugando tiempos y personajes
que evitan el tedio de la linealidad unidireccional. Hace saltos temporales
para evitar una descripción exhaustiva de hechos no trascendentales e introduce
el personaje de un sobrino del médico que llega al mismo destino para cumplir
su servicio militar. Con esta incorporación consigue darnos una visión de la
vida en la colonia y del conflicto con la metrópolis desde dos perspectivas: la
civil (profesionales de la sanidad y su círculo de contactos) y la militar
(jóvenes destinados para “servir a la patria” en escenarios de guerra, desde
mediados de los años sesenta hasta 1973).
Como fondo, el conflicto de la guerra en Mozambique desde sus inicios
(1964) hasta la terrible masacre poco antes de la Revolução de Abril, sin “buenos” y “malos” absolutos, sino con
seres humanos dotados de sentimientos, certezas, dudas, temores, desconfianzas,
miedos. Colonizadores “de todos los colores”; colonizados dentro del engranaje
del poder, servidores del mismo (pero casi siempre en el papel de sojuzgados y
discriminados); otros integrando grupos de “contestación”, colaborando o
formando parte de la guerrilla; unos más, empujados a un lado u otro por la
fuerza de las circunstancias, y dificultosamente algunos permaneciendo al
margen.
O Anjo Branco nos muestra el difícil
papel del que con buena voluntad pretende un universo de hombres libres,
solidarios, que rompan las barreras de la explotación humana y de la
discriminación por razón de procedencia, color de piel, aspiraciones y
creencias. El malestar, el envenenamiento que una situación de desigualdades y
usurpaciones va creando. El terrible destino de los pueblos sojuzgados y su
papel de víctimas cuando se organizan movimientos de liberación, donde
cualquier actitud que tomen les puede conducir a la masacre: ¡cuánto saben de
ello también los indígenas latinoamericanos, en el punto de mira de los
ejércitos y las guerrillas, acusados siempre de colaboracionistas del contrario
y eliminados sumariamente por represiones basadas en sospechas!
Luego vendría la Revolução. Y
la declaración de independencia. Y las primeras buenas intenciones,
transformadas de inmediato en volcánicas, incontrolables saqueos, violaciones,
masacres revertidas… Huidas masivas de colonos a una Metrópolis que no estaba
preparada para “bienrecibir” de inmediato a más de medio millón de refugiados.
De “retornados”, algunos de los cuales eran la primera vez que pisaban el suelo
metropolitano portugués; a veces, ni sus padres, ni sus abuelos, etc. lo habían
hecho, pues eran varias generaciones ya viviendo fuera. Esa, no obstante, es
otra cuestión, como el futuro desastroso que se fue tejiendo en los territorios
liberados, que no corresponde a esta novela. Y bien que merecen otra extensa
reflexión.
Não li o livro, mas penso que o "Anjo Branco" é o pai de de José Rodrigues dos Santos, médico em Tete. Estive em Tete, em 1969-1970, e conheci o Dr. Paz (um dos seus apelidos). Era cirurgião (creio que o único) no hospital e tratava civis e soldados feridos. Recordo-me dele, vestido de branco. Ia no pequeno avião dar assistência à população e nunca lhe sucedeu qualquer mal. Até se segredava que pagava quotas à FRELIMO.
ResponderEliminarObrigado pelo testimho, meu amigo António.
ResponderEliminarNo paras amigo Moises,que envidia me das, tienes tiempo para hacer lo que te gusta aunque eso sea estudiar. Tambien te lo mereces despues de tantos años trabajando.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Antonio. Estoy que no tengo tiempo...
ResponderEliminar