lunes, 27 de octubre de 2025

 III JORNADAS DE HISTORIA MILITAR DE EXTREMADURA

 

Título: Jornadas de Historia Militar de Extremadura.

Autor: VV.AA.

Edita: Asociación Histórico Militar Alfonso IX y Diputación de Badajoz. 752 páginas.

Tras haber publicado las dos primeras Jornadas como números extraordinarios de la Revista de Estudios Extremeños, la Asociación Histórico Militar Alfonso IX, en colaboración con la Diputación Provincial de Badajoz, nos ofrece ahora las terceras como número 1 de lo que prometen ser sucesivas publicaciones.

El Presidente de la Asociación, profesor Julián García Blanco, hace la Presentación de la voluminosa obra, que contiene las siguientes ponencias y autores:

Las parias pagadas a Castilla por la taifa aftasí de Badajoz, de Adrián Elías Negro Cortés. El autor analiza el sentido de estos pagos musulmanas a los poderes cristianos, a cambio de mantener la paz, así como la inversión de las sumas obtenidas.

Ana Belén Gallardo Broncano se extiende sobre las devastaciones bélicas tan presentes en toda nuestra historia rayana, y en este caso con el protagonismo de la Orden de Alcántara, tan decisiva en el Medievo regional: “A fuego y sangre” Guerra de sucesión castellana en la Raya extremeña (1475-1479), incidiendo en lo decisivo de estos conflictos en el devenir socio-político y económico de los territorios rayanos.

Si los dos anteriores corresponden a los premiados en las Primeras Jornadas, Los Regimientos Provinciales Extremeños en la Guerra de la Independencia es el trabajo de Rafael Tejado Borja, premiado en las Segundas, junto a Guerra Civil y Posguerra en Navalvillar de Pela a través de la Historia Oral, de Ana Belén Gallardo Broncano. El primero analiza la participación de milicias extremeñas, especialmente en los Sitios de Badajoz (1811-1813), y el segundo indaga en las terribles consecuencias de la Guerra Civil (1936-39) y la posguerra en una población (Navalvillar de Pela) de la “Bolsa de la Serena”, uno de los últimos focos de resistencia republicana, recurriendo a fuentes documentales y orales.

Las dos siguientes ponencias corresponden a las premiadas en estas Terceras Jornadas. Una, de Rafael Tejado Borja: Las Compañías de Artilleros de Badajoz, un siglo de Historia Artillera Extremeña, que durante un siglo, de 1735 a 1835, prestaron su servicio en distintos puntos de la frontera luso-extremeña, al tiempo que destaca el papel relevante de la Plaza de Badajoz. La otra, Entre dos fuegos. Los asedios de Ciudad Rodrigo y Badajoz en la guerra de la Independencia Española. Una visión comparativa, de Ignacio Ramos Jiménez, es un estudio de los asedios a tan relevantes plazas rayanas entre 1810 y 1812, desde la óptica de los sitiadores y los sitiados.

Siguen a continuación minuciosos trabajos sobre estos tiempos de conflictos rayanos, como son: Recuperando la iniciativa: la campaña de 1657 sobre Portugal y la toma de Olivenza, de Antonio José Rodríguez Hernández, tema poco estudiado y aquí ampliamente tratado, así como el de otras plazas rayanas. José Galluzo: el inventario de bienes de un militar ilustrado, de María del Pilar Casado Izquierdo, que nos sorprende con la exposición de la austeridad y pobreza de un militar  destacado de los siglos XVIII al XIX. Y Valencia de Alcántara durante la Guerra de Sucesión Española, en el que Álvaro Vázquez Cabrera nos desvela los daños de los asedios e invasiones (en este caso por 10 años) de nuestras poblaciones fronterizas.

Seguidamente, el investigador Miguel Ángel Rodríguez Plaza nos traslada a la Guerra del Rif de 1924-1925, para glosar las figuras de Los hermanos López Hidalgo, tres ilustres militares de Badajoz, dos de los cuales dejaron su vida en el conflicto.

Nuevamente retrocedemos en el tiempo con la siguiente ponencia: Evolución de las defensas estáticas de Badajoz. La munitoria de la ciudad entre los siglos IX y XVII, de Juan María Pérez Pérez, abordando el estado de las defensas desde la fundación de la ciudad hasta la Guerra de Restauração portuguesa, con el levantamiento de las murallas abaluartadas, que sustituyen a las medievales.

Cambia el “registro” con la ponencia de Miguel Cruz Giráldez: El escritor Felipe Trigo. Médico Militar en Filipinas. Glosa su figura de médico y militar, así como en especial su “libro-reportaje”: “La campaña filipina (Impresiones de un soldado)”. Más adelante, María Fidalgo Casares nos trae la semblanza de otro artista; en este caso pintor: El género Histórico-Militar en la pintura de Zurbarán, con un detenido estudio de su amplísima obra pictórica de esta temática, tan poco divulgada.

En medio de ambas, la ponencia de Miguel Enrique Espigares Jiménez, El Cuartel militar “Hernán Cortés”: la Mérida artillera, deteniéndose en sus avatares, sin olvidar los antecedentes militares de la ciudad, y un personaje especial: el teniente Flomesta, uno de los primeros mandos del Regimiento emeritense, héroe en el Rif.

La terrible Guerra de Cuba es abordada por Manuel Antonio García Ramos y José Luis Cifuentes Perea en su estudio Repercusiones sociales de la Guerra de Cuba en la ciudad de Cáceres (1895-1898) con una minuciosa relación de los soldados muertos en la Isla, casi todos de vómito negro y múltiples padecimientos.

Francisco Pilo Ortiz aborda la figura del Coronel José Cantero Ortega, Jefe del Regimiento de Infantería Castilla Nº 3 de Badajoz, poco conocido, a pesar de tener un papel relevante en Badajoz en los comienzos de la Guerra Civil, en 1936.

Por último, el más extenso de los trabajos (100 páginas), firmado por Julián García Blanco y Carlos de Andrés Carretero, trata de Alojamientos de soldados durante la Guerra de Sucesión, analizando la falta de cuarteles para ese fin, la adecuación precaria de lugares inapropiados y el problemático recurso al acomodo en casa de los vecinos pertenecientes a los estamentos no privilegiados, la inmensa mayoría. Mayoría empobrecida con continuos impuestos por motivos bélicos y su propia incorporación a filas, así como el clima de convivencia peligroso en la familia, especialmente con las mujeres de las casas obligadas a alojar soldados.

Un valioso volumen, en fin, de variados abordajes, que nos dan una idea de las dificultades de esta tierra rayana, sometida a continuos conflictos, siempre mediatizada su economía y sociedad por las hostilidades superpuestas. A causa de ello nos queda un extraordinario patrimonio monumental, testimonio de las dificultades y el arte de la guerra, en la que sobresalieron figuras gloriosas, de las que aquí también se dan acertadamente cuentas.

MOISÉS CAYETANO ROSADO

jueves, 9 de octubre de 2025

ENTREGADO EL LIBRO-HOMENAJE A RUFINO FÉLIX MORILLÓN


Ya entregamos a la Fundación CB, para que Línea 4 lo componga, el libro homenaje a Rufino Félix Morillón. Un trabajo, espero, digno del gran y entrañable poeta y ser humano que fue, que es en nuestro sentimiento. Estos son los autores que componemos el homenaje:

En primer lugar la afectuosa y narrativa exposición de la petición de Medalla de Extremadura para Rufino, liderada por el autor de esta primera entrega: Francisco Rangel Rodríguez.

Le siguen estudios detallados de la obra de Rufino Félix Morillón elaborados por: Francisco López-Arza Mora, Francisco López-Arza Moreno, Antonio Salguero Carvajal, Enrique García Fuentes, Manuel Pecellín Lancharro, Jesús Mendo Sánchez, José María Álvarez Martínez, José Luis de la Barrera Antón, Moisés Cayetano Rosado, Ana María Castillo Moreno y José Luis Mosquera Müller.

Entre la reflexión y el afecto fundamentalmente, ofrecen su colaboración: Ricardo Hernández Megías, Rosa Lencero Cerezo, Plácido Ramírez Carrillo, Antonia Cerrato Martín-Romo, Eladio Méndez Fernández, Fernando Garduño Maya, Irene Sánchez Carrón y Tomás Martín Tamayo.

Cierran el volumen el Alcalde de su ciudad natal y de residencia, que tanto lo ha querido y homenajeado, Antonio Rodríguez Osuna, y finalmente su nieto Isaac Álvarez Félix. 

viernes, 29 de agosto de 2025

 EL “VERANO CALIENTE DEL 75”

Durante el verano de 1975, hace ya 50 años, mientras Portugal “ardía” en pleno periodo revolucionario, en España llevamos a cabo una intensa actividad artística-cultural por los pueblos y ciudades, protagonizada fundamentalmente por poetas y cantautores, de especial intensidad en Extremadura.

Era para nuestros vecinos el PREC (Processo Revolucionário em Curso), con masivas ocupaciones de tierras en Ribatejo y sobre todo en Alentejo, nacionalizaciones de la banca, los seguros, transportes públicos, empresas estratégicas… y masivas manifestaciones en la calle, “hermanados” trabajadores y militares, bajo el lema “Povo-MFA” (Pueblo-Movimiento de las Fuerzas Armadas).

En España vivíamos los estertores de la dictadura franquista, despuntando la contestación opositora, con baja intensidad todavía, aunque la lucha clandestina se configuraba, apoyada en manifestaciones artísticas y culturales, muchas veces sostenidas por los aparatos de los partidos políticos que aún no podían manifestarse abiertamente.

Fue el tiempo boyante de cantautores y el “rebrote” de la poesía social. Llenaban plazas, teatros, estadios, canchas deportivas, cantantes como Lluís Llach, Luis Eduardo Aute, Imanol, Elisa Serna, Hilario Camacho, Pablo Guerrero, Luis Pastor…, y resonaban poemas de los grandes de décadas anteriores, como Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Hierro, Maria Elvira Lacaci, Manuel Pacheco, Luis Álvarez Lencero…

En Extremadura se prodigaron los recitales conjuntos de música y poesía, organizados por asociaciones y grupos culturales, detrás de los que estaban en muchas ocasiones partidos políticos aún ilegales y por tanto en el “anonimato organizativo”.

Fueron muchos los jóvenes poetas que entonces despuntaron, frecuentemente acompañados por el incansable y entusiasmado Manuel Pacheco, que por edad podía ser el padre de los otros. En cuanto a los cantautores, no era raro contar con la presencia de Pablo Guerrero y Luis Pastor, a los que también secundaban otros menos conocidos, pero igualmente llenos de energía, entusiasmo y firmeza en el deseo de transmitir que “están cambiando los tiempos”, como cantaba Luis Pastor.

Llegado el otoño, con la enfermedad irreversible de Franco, la censura oficial se iba tornando cada vez más rígida, y exigían frecuentemente consulta previa de las letras y poemas, como condición para autorizar los recitales. Era común que en la lectura de los mismos el censor tachara versos e incluso letras y poemas enteros, estando presentes en los actos públicos agentes oficiales camuflados, que comprobaban el cumplimiento de lo ordenado, con capacidad para interrumpirlos y levantar actas denunciando a los “infractores”. En esto eran muy celosos de su cometido especialmente el Delegado Provincial en Badajoz del Ministerio de Información y Turismo, Miguel Cerón, y su Secretario, Juan Moll: muchas veces me correspondió tratar con ellos la entrega de letras a cantar y recitar, asistiendo al tachado en rojo de lo que no podía ser expuesto.

Aún en 1976 seguiría el mismo procedimiento, e idéntico entusiasmo en organizadores y en poetas y cantautores, con notable presencia de público en los actos organizados por los que cada vez iban descubriendo más su procedencia política y sindical. Ya a partir de 1977, con las elecciones generales del 15 de junio, se fueron prodigando los mítines políticos y se relegaron los recitales, que había servido como una especie de “teloneros” de los que ya ocuparían todo el espacio público.

Como escribió el citado Luis Pastor, “todo cambió de repente,/ los políticos al frente/ de comparsa el trovador”. Y más adelante: “Cantautor a tus trincheras/ con corona de laurel/ y distintivo de honor,/ pero no des más la lata,/ que tu verso no arrebata/ y tu tiempo ya pasó”.

Fue el de 1975 un verano de música y poesía, de reivindicaciones sociales envueltas en versos y guitarras. Explosión cultural en España, presagio de nuevos tiempos, mientras nuestros vecinos protagonizaban un “terremoto revolucionario”. El 25 de noviembre cortaría el PREC un Golpe Militar, que recondujo la democracia portuguesa hacia posturas moderadas, en lo que volvió a coincidir con España, que unos días antes empezó a caminar hacia ella con la muerte del dictador.

martes, 8 de julio de 2025

DEL “TRIÁNGULO POÉTICO” A LA SINGULARIDAD DE RUFINO FÉLIX MORILLÓN 

Moisés Cayetano Rosado 

En estos días en que comienzan los rigores del verano, el poeta extremeño Rufino Félix Morillón preparaba las maletas para pasar el estío a las orillas del mar de Cádiz. ¡Extremadura y Cádiz, grandes presencias en su obra sublime, de las que ya no gozará, pues le acaba de llegar la muerte a sus 96 años!

En el último tercio del siglo pasado dimos en llamar el “triángulo poético extremeño” al formado por Manuel Pacheco (1920-2020), Luis Álvarez Lencero (1923-2023) y Jesús Delgado Valhondo (1909-1993). Fuera del tan citado grupo nos quedó Rufino Félix Morillón, emeritense nacido en 1929. Premio de poesía Ciudad de Salamanca (2001) y Ciudad de Badajoz (2005), había sido previamente primer accésit del Premio Jesús Delgado Valhondo en 1989, con el poemario “Crestería de la sal”.

Rufino Félix Morillón publicó su primer libro “tardíamente”: “Tarde cerrada” (1989), cuando contaba con sesenta años de edad, aunque ya había hecho incursiones frecuentes en revistas y publicaciones colectivas; después se resarciría con casi una veintena de libros en versos y varios más en prosa, recopilatorios de artículos y otros escritos, gran parte publicados en el periódico HOY. El Ayuntamiento de Mérida, que le nombró “Hijo Predilecto” en 2003, ha publicado su obra poética en dos tomos impecablemente editados, de casi 700 páginas cada uno.

Ese “retraso” en dar a la luz sus poemarios puede estar en el origen de no incluir su nombre en el grupo de poetas de especial significación en la Extremadura de la segunda mitad del siglo XX, pese a sus merecimientos. Su obra es, además de compacta, un amplio conjunto sin fisuras en cuanto a la limpieza del lenguaje, la elegancia en la expresión y el acierto en las metáforas, su ritmo musical de cadencia admirable y la serenidad de un mensaje metafísico con timbre tan singular que ha conseguido un “sello poético” propio, como pocos autores lo han logrado. Más de una vez he afirmado que estamos ante uno de los escritores contemporáneos más completos de la poesía española y seguramente la voz extremeña más sublime y pura.

Últimamente, Rufino Félix Morillón nos adviertía que “llegó al final”. Final poético se entiende, como también vital, como ahora acaba de confirmarse. Así,  la Junta de Extremadura ha perdido la oportunidad de reconocer su valía con la Medalla de Extremadura -como fue solicitado oficialmente por diversas entidades, universidades, escritores y críticos literarios- e igualmente la Real Academia de Extremadura que no ha estimado incluirlo como uno de sus miembros. Dos reconocimientos que sí consiguió Pacheco, y que a Valhondo le llegó solo el primero (algo que le contrarió en sus últimos años de vida), si bien Lencero no logró, dada su prematura muerte en 1983, con 59 años.

Su último poema nos lo entregó a principios del pasado año con una frase lapidaria: “es el último que escribo”. Está dedicado a su gran amor: Extremadura. Y en él mezcla ese sentimiento de cariño por una tierra de “trigo para la eterna sementera” con el desgarro de la emigración de sus hombres del campo castigado: “de un tiempo hecho dolor y despedida/ tiempo para la incierta amanecida,/ tras lágrimas de adioses, cruel paciencia”, sin olvidar la gloria del pasado: “Extremadura allende, nuevas tierras y mares/ donde su recia sangre se desgrana”. En él va, finalizando, la eterna despedida: “Mas sé que cuando llegue a su agonía/ mi corazón, colmado de ilusiones, entregaré mi voz y mis canciones/ al surco de esta hermosa labrantía”.

Sus 96 años le han vencido, en medio de múltiples achaques, claramente apesadumbrado al verse relegado al olvido. A nosotros, a los extremeños que disfrutamos de su excelsa poesía, nos pesa que no se haya reconocido su valía con esas distinciones tan merecidas de la Academia de Extremadura y la Medalla de la región, que más que engrandecer al poeta hubiera engrandecido a nuestra propia tierra, a esta tierra suya tan querida.

Que la tierra le sea leve, como leve, suave, era su voz grandiosa de poesía sublime y rica de ansias de vivir.

sábado, 31 de mayo de 2025

 Presentación del libro »De los hombres sin tierra a la tierra sin hombres» en el Hospital Centro Vivo de Badajoz


Por Antonio Maqueda Flores
(En la Revista AZAGALA/Alburquerque, edición digital. 31 de mayo de 2025)

Con una gran asistencia de público, se celebró en la tarde del día 28 de mayo la presentación de la obra de Moisés Cayetano osado “De los hombres sin tierra a la tierra sin hombres” en el Hospital centro Vivo de Badajoz. En el acto se entregó a todos los asistentes ejemplares de esta obra, la número 28 de la revista O PELOURINHO, publicada por la Diputación Provincial de Badajoz.

  Posteriormente, el propio autor de la obra dio paso a las intervenciones de dos de los personajes históricos más importantes tanto de la Revolución de los Claveles de 1974 como de la posterior Reforma (Revolução) Agraria de 1975: Vítor Pássaro (furriel del Ejército portugués) y João Andrade da Silva (entonces teniente, y posteriormente coronel, del Ejército luso). Tal como señaló Moisés, su presencia en el acto obedecía mayormente a su gran implicación en la Reforma Agraria portuguesa, pues en ella se centra gran parte de la obra presentada. Destacó a Andrade da Silva como “el militar más implicado, más comprometido y más valeroso”, con continuas tomas de decisión “sobre el terreno, no desde un despacho”, en palabras de nuevo del autor de la obra, quien ha estudiado en profundidad los acontecimientos que dan base al ensayo histórico presentado.

  Por su parte, Vítor Pássaro calificó la obra de Moisés como “un estudio exhaustivo y bien documentado sobre las Reformas Agrarias de España y Portugal”. Centrándose en su experiencia, habló de las perspectivas de desarrollo que se abrieron tras la Revolução dos Cravos del 25 de Abril de 1974, entre las que se encontraba el inicio de una necesaria Reforma Agraria, tan solo “parcialmente concretizada” y que posteriormente “sufreu um duro golpe” por la conocida como ‘Ley Barreto’ de 1977. Habló del ansia de consolidación del “novo regime saído da Revolução”, que permitió, por primera vez, que los trabajadores agrícolas comenzaran a ocupar las tierras sin cultivar, los extensos baldíos, en este caso, de la vecina región portuguesa de Alentejo, en manos de  grandes propietarios. Señaló el apoyo que estas ocupaciones tuvieron por parte de las poblaciones locales con la organización de “brigadas de trabalho voluntar”, contando, por el contrario, con la reacción agresiva de los latifundistas.

  Habló Pássaro de la organización de iniciativas (“operações”, en lenguaje militar) para intentar encontrar soluciones para los problemas de los trabajadores agrícolas con la ocupación de fincas improductivas y la creación de “Unidades Colectivas de Produção” con la dinámica de “trabalhar a terra”, obteniendo muy buenos resultados durante varios años. Sin embargo, estas acciones siempre contaron con la oposición de las fuerzas gubernamentales y de la “direita de então”, llegando al uso de la fuerza y provocando la muerte de algunos trabajadores.

  Concluyó señalando el reconocimiento general de que en los procesos de ocupaciones de tierras en Portugal no hubo situaciones graves entre propietarios y trabajadores, en lo que tuvo mucho que ver la intervención a nivel organizativo de las fuerzas militares que apoyaban el proceso. Finalmente, Pássaro tuvo unas palabras de agradecimiento a Moisés Cayetano por la realización del excelente trabajo de investigación que en el acto se presentaba.

  Prosiguió el acto con la intervención del Coronel João Andrade da Silva, quien, de manera vehemente, defendió la verdad histórica de la Revolução Agrária que él mismo protagonizó, habiendo sido encarcelado durante tres años tras un proceso “vergonhoso” de seis años. Habiendo sido tildado de “ingovernábel” por sus detractores y perseguidores, el Presidente de la Asociación Salgueiro Maia manifestó que tan sólo le gobierna “la justicia, la ley y la razón”, los valores que le mueven, y sobre ellas, “a ética e a liberdade”. Dirigiéndose a Badajoz, y a Moisés Cayetano en particular, recordó cómo Salgueiro Maia decía que “todos somos Capitães de Abril” si luchamos por la libertad y la paz, por el desarrollo de nuestras regiones.

  Ya centrándose en la obra presentada, dijo Andrade da Silva que el libro de Moisés Cayetano analiza la tremenda injusticia que siempre ha supuesto el sometimiento de los hombres a los que no se les permitía poseer tierras. Habla de la necesidad de la lucha, como la que en la obra presentada se analiza, a ambos lados de la Raia/Raya, lucha que en el caso portugués -dice- les llevó 400 días, en los que oyó y vio, sobre el terreno, la revuelta de los trabajadores alentejanos para que las tierras “comenzasen a ser trabajadas de manera inteligente y justa”, al contrario de la manera injusta y errada en que ocurría con los latifundios, con cientos de hectáreas improductivas, sin beneficio alguno para los necesitados de tierras que trabajar para proveerse del necesario sustento.

  Sobre todo ello nos instruye la obra de Moisés Cayetano “De los hombres sin tierra a la tierra sin hombres”, en la que -dice Andrade da Silva-, con valentía y por primera vez, se habla de enfrentamientos que él mismo, como militar interviniente, tuvo con autoridades que le acusaban de no tener compromiso, cuando el compromiso para el entonces teniente era “com o povo”, con un pueblo necesitado de justicia y pan, en una situación en la que “si tuviese que morir por la Revolução quiero morir en tierra alentejana”.

  Acabó su intervención Andrade da Silva apelando a la necesaria contribución de todos, por medio de la lectura de la obra presentada del profesor Moisés Cayetano, para la necesaria “liberdade, democracia, justiça, solidariedade, pão, habitação e saúde”, todos derechos humanos que a todos corresponden.

  Llegado el turno del autor, y como continuación a la intervención de Pássaro y Andrade da Silva, Moisés Cayetano comenzó señalando la escasa divulgación del papel de los militares en la “Revolução Agrária” portuguesa, al contrario de lo que ocurre “con la presencia del Partido Comunista [portugués], las organizaciones agrarias, los sindicatos, en las ocupaciones de tierras, en los repartos y en la administración [de las mismas]”. En la obra se desarrolla ampliamente dicho papel, otorgándole la entidad merecida.

  Destacó igualmente el hecho de las desamortizaciones liberales del Siglo XIX como factor determinante en la distribución y posesión final de millones de hectáreas de terrenos baldíos que, como es sabido, no acabaron en manos de aquellos que trabajaban la tierra, perpetuando la mencionada “hambre de tierras” que tantos conflictos generaría históricamente a ambos lados de la Raya, sino que volvían a manos de muchos de los propietarios anteriores tras públicas subastas a las que nunca podían aspirar los “campesinos que se morían de hambre”. En todo caso, se produce, como concluye Moisés Cayetano, un cambio de propiedad de las tierras “de unos poderosos hacia otros poderosos” -en el caso de las desamortizaciones-, en gran parte, de la Iglesia a “los nuevos ricos tras la industrialización de finales del siglo XVIII y el siglo XIX”.

  Otro aspecto importante de la obra es la aportación de referencias y fragmentos de obras literarias de autores de la Raya, destacando “Jarrapellejos” (1914), de Felipe Trigo y “A Planície heróica” (1927), de Manuel Ribeiro. Señala el autor la falta de tierras para los más pobres como el origen de la necesidad de emigración que se produjo, de manera destacada, en las zonas pobres de Alentejo y Algarve, de Extremadura y Andalucía, principalmente, a lo largo del siglo XX. “De los hombres sin tierra a la tierra sin hombres”…

  En su didáctica intervención, el Profesor Moisés Cayetano ilustró la realidad de la ocupación de tierras durante la Segunda República con fragmentos de declaraciones de políticos de todo signo político que entendían, al menos, el intento de Reforma Agraria en la España del referido periodo prebélico. Se refirió el autor también a otro modelo de supuesta reforma agraria, el de los Planes de Desarrollo como el de Badajoz durante la dictadura de Franco. Siguiendo con las referencias literarias, leyó el Profesor un fragmento de un artículo de Jesús Delgado Valhondo publicado en el periódico HOY en 1968 referido a la pobreza y el hambre de los niños [descalzos] extremeños donde se evidencia la realidad de necesidad del pueblo llano. Una realidad que ilustra también con el relato breve de una incursión del periodista Luis Bello en 1929 a la única escuela pública en Portalegre, dentro de su obra “Viaje por las escuelas de España”. La Raya une realidades.

  Posteriormente explicó el autor que “la Reforma Agraria Portuguesa no fue cortada por un golpe militar, sino que fue cortada por Decretos posteriores -a pesar de que en la Constitución [portuguesa] de 1976 se consagra la Reforma Agraria como modelo productivo-, a través de una represión brutal de la GNR (Guardia Nacional Republicana), lo que llevó a la muerte lenta de la Reforma durante doce años en el país vecino, produciéndose, al igual que en España, la devolución de tierras previamente expropiadas a los iniciales propietarios, incluyendo muchas veces  los beneficios obtenidos.

  Concluyó la presentación el Profesor Moisés Cayetano indicando que, entre los años 1951 y 1975, las tierras lusas de Alentejo y las extremeñas perdieron el 50% de su población debido a la necesidad de emigrar de todos aquellos “hombres sin tierra”, necesidad que acabó por dejar “la tierra sin hombres”.

NOTA: Aquellas personas que deseen ler el libro y no tengan acceso a la edición impresa, pueden leerlo, descargarlo, imprimirlo, compartirlo, etc. en uno de estos enlaces:

https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/693250

https://www.academia.edu/128597743/DE_LOS_HOMBRES_SIN_TIERRA_A_LA_TIERRA_SIN_HOMBRES_pdf_definitivo

https://drive.google.com/file/d/1JRsiJKEzYf1rzLoTRvhDX8FgpxYRTt2W/view?usp=drive_link


domingo, 27 de abril de 2025

 Medalha de Mérito e Lealdade da Associação Salgueiro Maia

É com grande emoção que recebo a honra da Medalha de Mérito e Lealdade da Associação Salgueiro Maia. Muito obrigado. Sempre fui um admirador dos Revoluçãodos Cravos, o grande feito português e mundial do século XX, em que os mais honrados jovens militares se juntaram ao povo português para derrubar a ditadura salazarista-caetanista de quase meio século, alcançando os sagrados objectivos da Democratização, da Descolonização e da luta pelo desenvolvimento socioeconómico da nação.

A Associação Salgueiro Maia reúne muitos dos militares que participaram neste corajoso feito, bem como muitos outros civis que sempre estiveram ao lado do Movimento das Forças Armadas. Uma associação que tem o nome do Capitão Fernando Salgueiro Maia, um militar de uma honestidade, coragem e mérito inigualáveis.

Multiplica-se, assim, o meu orgulho em pertencer-lhe como membro honorário e o facto de agora ser distinguido com tão preciosa condecoração, e o meu compromisso de com eles lutar pela Justiça, pela Liberdade, pela Igualdade e pelo Desenvolvimento socioeconómico do irmão povo português, a par do povo espanhol, sempre fraterno apesar dos confrontos a que os poderes superiores mais de uma vez nos levaram a distanciar-nos, sem que, no fim, o tivéssemos conseguido.

MOISÉS CAYETANO ROSADO