VENDER HUMO Y SUEÑOS
Dice
un amigo mío que trabaja en Ecuador -y es un “lince” en la organización de
Encuentros, Congresos, Exposiciones, etc.- que él es un “vendedor de humo”. Vendedor de proyectos, de ilusiones.
Pongo
en Google la frase y me sale un corto de animación en 3D con el mismo nombre,
que ha sido finalista de los Goya 2013, tras lograr el año anterior diversos
reconocimientos. Son seis minutos y medio realizados por los alumnos de www.PrimerFrame.com, bajo la dirección de Jaime Maestro Sellés, que están disponibles en el
siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=dwWqMgddes4.
Si
bien el vendedor de ilusiones, de sueños, es el típico “sacamuelas” de las
películas del Oeste, y los clientes habitantes de un pueblo somnoliento,
monótonos, apáticos…, el humo de colores que extiende en el ambiente y crea
seres y objetos fabulosos, apetecibles, revuelve la vida oscura de estos
protagonistas.
Es evidente
que todo es fantasía, y que la realidad los golpeará al final, pero siempre
queda el recuerdo de los momentos mágicos vividos. El momento fantástico,
revulsivo, que podrán soñar con que se vuelva a repetir.
Lo
recomiendo, porque es un soplo de frescor, sacudida tierna, dinámica, dentro
del tedio cotidiano.
Y por
similitud de nombre, el propio youtube me ofrece otro enlace (http://www.youtube.com/watch?v=mFdjcKJqBks)
digno de tener y retener: Vendedor de sueños. Corto argentino de
diez minutos, creado por Rombo Velox, protagonizado por el cómico Favio Posca
(vendedor de hilos de colores y de “sueños” en el bus urbano) y la mítica
actriz China Zorrilla, en el papel de su abuela.
Magnífico
canto a la ilusión, a la potencia de los sueños, a su capacidad para doblegar
una tozuda realidad que nos golpea.
Excelente
ambientación en el autobús, donde cada uno está en su mundo, mientras el
charlatán pregona las bondades de su oferta, la enorme rebaja que en ese
momento está dispuesto a hacer. Y más cuando ofrece su “producto estrella” y
gratuito: que durante 10 segundos sueñen con un deseo para que éste se haga
realidad. Oficio -el de “vendedor de sueños”- heredado de su abuela, alegre,
positiva siempre en medio de las dificultades cotidianas. ¡Y se cumple en
algunos viajeros, que lo visitan para agradecerle su intervención crucial en
medio de sus problemas aliviados o resueltos!
Canto
a la esperanza y al candor, que se complementa con el anterior, porque el humo
y los sueños -etéreos, fugitivos- están ahí para aprehenderlos, para que no los
dejemos escapar.
Moisés Cayetano Rosado
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