jueves, 21 de mayo de 2015

LA CAMPAÑA ELECTORAL DE RICARDO CABEZAS
Entre el sonido atronador de las campañas electorales, tan llenas de zafiedad y de bajezas, tan vacías de reflexión, de contenidos, a veces sobresale una voz que puede reconciliarnos con lo que son las ilusiones, con lo que son las esperanzas, con lo que debe ser la sensatez, la seriedad.
Se lo dije en la precampaña de la cita que ahora parece embarullarnos a Ricardo Cabezas, candidato por el PSOE a la Alcaldía de Badajoz, en un acto en la ciudad que pretende regir, y en el que hablaron los más altos dirigentes socialistas de España y Portugal, del Norte Alentejano y de Extremadura, además de él, que abrió los parlamentos: “Para mí, has sido el que mejor discurso has hecho, en forma y fondo, en tratamiento y contenido: con propuestas claras, precisas, estudiadas desde el rigor y expresadas desde la sencillez, sin imposturas, ni gritos, sin concesiones a la ordinariez, a la demagogia, a la palabrería, a las facilonas provocaciones del aplauso encendido, irreflexivo”.
Esto es de lo poco que a estas alturas de la película que llevo vivida en la política me merece la pena. Ver a alguien con su vida profesional resuelta que salta a la arena enfangada de la política y le aporta aire fresco, coherencia, sensatez, desde una posición firme de progreso y de solidaridad, desde un compromiso que le viene de lejos, de él mismo y de su familia, ejemplar siempre, luchadora de base, sistemática en su aportación al progreso de la gente más necesitada.
Conozco a Ricardo desde hace tantos años que me pierdo en el recuerdo. Y a su familia, a sus padres, que son todo un ejemplo para todos. ¡Con cuánta serenidad y temple ha ido llevando los escoyos que se le han puesto en el camino! ¡Con qué elegancia está llevando el vértigo de estos días, para el que ha estado preparándose durante mucho tiempo, escuchando, aprendiendo, razonando, transmitiendo!
Ahora que tantos desconfían, ahora que tantos vamos desconfiando tanto, creo que en personas como Ricardo Cabezas tenemos un referente joven, preparado, capaz, serio y honrado, que puede devolvernos la ilusión y, de lograr el objetivo de alcanzar el puesto a que aspiran, significará un beneficio para todos, excepción hecha de los que se aprovechan del río revuelto para llevarse a su cesta los peces de todos los demás.

Moisés Cayetano Rosado

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