sábado, 21 de mayo de 2022

 TAN PIADOSAMENTE VIOLENTA

(Encuentros con mujeres migrantes nicaragüenses)

Autoras: María Pachón (texto) y Elena Cayeiro (prólogo e ilustraciones).

Edita: Autoras y Fundación Maimona. Los Santos de Maimona, 2020 (reimpresión para la Fundación Caja Badajoz, 2022). 216 páginas.


Cuando investigaba en la prensa extremeña para uno de los capítulos de mi tesis doctoral sobre nuestra emigración a Europa de los años del “desarrollismo” (1960-1975), me encontré con diversas crónicas, escritas por la periodista Josefina Carabias, centradas la mayoría en las “chicas españolas de servir”. Éstas habían marchado “a la aventura”, de forma “legalmente irregular”, para encontrar un puesto de trabajo en París. Se empleaban en el servicio doméstico, donde a cambio de un modesto salario quedaban internas, a disposición total de sus empleadoras, en un medio hostil que se quejaba de su gregarismo, su vocerío, el “escándalo” que organizaban en sus encuentros, en las raras horas libres de que disponían los fines de semana.

Esas “chicas de servir” las tenemos ahora con nosotros y son en gran parte nicaragüenses. Jovencísimas muchachas en su mayoría, que han dejado atrás a sus hijos, al cuidado de las abuelas-madres, en tanto sus parejas masculinas se desentiende en gran medida de cualquier obligación, pero no se olvidan de pedir su parte de las remesas de dinero que las jóvenes nicaragüenses envían desde España. Como todo emigrante laboral, su obsesión es ahorrar, ahorrar cuanto puedan, quitándoselo de sus propias necesidades, para que sus familias en el lugar de origen puedan comer mínimamente y arreglar sus precarias infraviviendas, que son su orgullo y sueño para el regreso siempre tan aplazado.

Y de esto trata en gran medida un libro palpitante, conmovedor, entrañable y profundo, que ha escrito la periodista de Zafra María Pachón, e ilustrado y prologado la juripolitóloga de los Santos de Maimona Elena Cayeiro. Publicado esmeradamente por las propias autoras y con el apoyo de la  Fundación Maimona -de los Santos de Maimona- hace poco más de año y medio, y distribuido “artesanalmente” en su entorno comarcal fundamentalmente, ahora en 2022 lo presenta la Fundación Caja Badajoz, con interés por conseguir hacerlo más actual en la sociedad en general.

- Una introducción sustanciosa abre el volumen, sobre la situación de estas trabajadoras nicaragüenses en España y las circunstancias vividas en su maltratado país (que alboreó una Revolución progresista, acabada en cruel Estado represivo), con el trasfondo de la añoranza en la lejanía -cifrada fundamentalmente en los hijos, de los que se separaron tan traumáticamente-. Además consta de otras cuatro partes:

- Un prólogo de Elena Cayeiro, donde se explica el encuentro de ambas -aquí y en Nicaragua-, así como con el compañero de María -Bernardo Cruz-, y su disposición a darle forma a un proyecto de estos dos últimos, concebido bajo el significativo título de “Amor de madre”.

- La “historia de vida” de siete mujeres migrantes, dedicadas en nuestra tierra al cuidado de ancianos dependientes (bajo la advocación de siete violencias que centran sucesivamente en cada una: psicológica, patrimonial, institucional, laboral, física y simbólica).

- Dos entrevistas con expertas en la problemática de las mujeres en Nicaragua -tan cruel para con las mujeres-. Una al Grupo Venancia (colectivo feminista de Matagalpa) y otra a la doctora Kristin E. Yarris, que hizo su tesis sobre las “abuelas-cuidadoras” nicaragüenses, su lucha, sacrificio, soledad.

- Y un epílogo de seguimiento a las entrevistadas.

De pura casualidad abrí el libro -cuando iba a comenzar a leerlo- por las páginas 18-19 y me encontré con un dibujo de Elena Cayeiro que es una profunda radiografía de lo que a lo largo de las páginas del volumen escribe María Pachón. Sobre una mesa con cenicero, colillas de cigarros, mechero y cartera, hay una “hoja declaratoria”, fragmento de formulario cumplimentado por una de tantas mujeres migrantes. No me resisto a transcribir:

- SITUACIÓN LEGAL: Situación irregular.

- Nº HORAS SEMANALES DE TRABAJO: 140 horas.

- DESCANSO SEMANAL: Finde alterno cada 2 semanas+6 h/semana sin descanso.

- SUELDO MENSUAL: 850 euros.

- MENSUAL ENVIADO A NICARAGUA: 800 euros.

- RECEPTOR/A REMESAS: Pareja (no esposo).

- ACCESO SANIDAD PÚBLICA: Sin tarjeta sanitaria.

Ahí está condensado, ejemplificado, el modelo de mujer migrante nicaragüense en España, que podemos hacer extensivo a otras nacionalidades de Latinoamérica o de Europa del Este, y -en cuanto a lugares de recepción- a muchos otros de Europa Occidental y Norteamérica.

Inexistencia de contrato de trabajo aparejada a falta de permiso de residencia (dos pescadillas que se muerden la cola en su irresolución); horarios inflados; dependencia total; falta de asistencia legal sanitaria… Y ese “envío-trampa” a la pareja (afortunadas las que pueden enviarlo a las abuelas y que éstas no sean extorsionadas por dicha pareja, envilecida en el machismo y la holgazanería): conozco casos referidos a estos envíos; tras años de sacrificado ahorro, el dinero “vuela” a manos del que además suele haber sido en origen su maltratador, su verdugo.

En el libro queda detallada esta casuística de manera reiterada, como queda relatado ese ambiente hostil hacia la mujer nicaragüense en su propia patria, a manos de padres, parientes, parejas, tantas veces violadores en su propia infancia y primera juventud. También su miedo a lo que a sus hijas les pueda ocurrir durante su ausencia y el camino de peligros para todos sus familiares, así como a las represalias oficiales si su protesta por tantas injusticias se hace pública. Y está crudamente reflejado el sacrificio en nuestro suelo, sus penares, el deambular de un trabajo a otro (la dedicación a ancianos dependientes siempre es efímera, pues la muerte se presenta en breve para ellos en la mayoría de los casos).

La prosa que maneja María Pachón es ágil, certera, amena a pesar de los dramas extremos que presenta; fiel al dulce y firme discurso que suelen hilvanar estas mujeres. Y las ilustraciones de Elena Cayeiro son enternecedoras, dentro del aldabonazo de dolor.

Muchas veces -ellas lo reconocen- estas trabajadoras son “invisibles” en nuestra sociedad; en ocasiones, ni los propios hijos y parientes de los ancianos asistidos son conscientes de su existencia más allá de su corporeidad, y en otras oportunidades son “objeto de deseos inconfesables”, de los que han de defenderse como lo hicieron en su propia tierra: ¡siempre con los más cercanos!

Hagámoslas visibles con nuestra solidaridad y reconocimiento, con el justo aprecio y agradecimiento que las dos autoras nos invitan a tenerles en su emotiva obra, de tanto valor testimonial, literario y artístico.

MOISÉS CAYETANO ROSADO

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