domingo, 29 de abril de 2012

ATENTADOS INSTITUCIONALES CONTRA EL PATRIMONIO ARTÍSTICO MONUMENTAL

Vista de garita "colgada". Al fondo, Puerta del Calvario. Olivenza.
        En una visita que hicimos ayer a las fortificaciones abaluartadas de Olivenza y al castillo con refuerzos abaluartados de Alconchel, organizada por el Grupo de Facebook "Fortificaciones Abaluartadas de la Raya a Patrimonio Mundial" y la Asociación de Amigos de Badajoz, pudimos comprobar el esfuerzo digno de alabanza que se está haciendo en ambas poblaciones por poner en valor su patrimonio monumental en general y el patrimonio fortificado en particular, tan abandonado en otros tiempos, y que lo sigue estando en muchos lugares.

        Sin embargo, a veces chocamos con decisiones incomprensibles en cuanto a la actuación que las autoridades responsables de la rehabilitación acometen. Así ocurrió en Alburquerque, con la proyectada instalación de una Hospedería de la Junta de Extremadura en su castillo, donde se pretenden colocar elementos disonantes (gigantesco ascensor con estructura de "ele" invertida a un lado del mismo, tan alto como la Torre del Homenaje, y abertura de ventanas y puertas en los refuerzos abaluartados en el lado que da a la población: todo ahora parado, pendiente de financiación y resolución en los tribunales, por atentar contra la legislación sobre Patrimonio). También tenemos -por poner otro ejemplo- el caso escandaloso de Badajoz, con la inclusión de edificaciones en su Alcazaba árabe, volumétricamente gigantescas, con destino a la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, bajo la responsabilidad de la Junta de Extremadura: perturbación de la estética y del significado histórico y artístico del monumento, uno de los mejores en su estilo del mundo: condenado en los tribunales de justicia y pendiente de demolición... "sine die".

Otra garita "colgada", con el Baluarte de la Cuerna al fondo. Olivenza.


        Olivenza tampoco está libre de un atentado sobre su patrimonio monumental, que no se queda corto. Menos conocido, por no estar a la vista pública, tuvimos ayer ocasión de tomar cuenta de él, y comprobar hasta que punto en los momentos actuales se sigue actuando de forma incomprensible, destructora, irreversible. Así, en el Baluarte de San Juan de Dios, en cuyo interior tenemos el Convento de donde toma el nombre, y cuyos monjes atendían a los soldados heridos en las sucesivas contiendas, se le ocurrió -¡también a la Junta de Extremadura!- una "ida brillante": hacer una Hospedería.

Vaciado del Baluarte de San Juan de Dios, Olivenza, con "Caballero" destrozado
        Ya el edicio había sido readaptado en otros momentos para cuartel de carabineros y de la Guardia Civil, siendo más recientemente sede de la Escuela de Teatro y Danza de Extremadura, hasta 2008, en que ésta se trasladó. Fue el momento de... ¡vaciar la tierra del baluarte, desde las paredes del convento hasta la misma escarpa, dejando a ésta "indefensa" del aterramiento que le da su justificación y solidez. Así, han quedado "colgadas" en el aire hacia dentro las garitas; desprotegido de tierra de sostenimiento el Caballero (obra elevada dentro del baluarte para protección y dominio bélico; único en todo el conjunto oliventino), que al poco tiempo se ha derruido en gran parte; creado un horroroso hueco, donde finalmente irán a parar los muros cuando las inclemencias del tiempo les ataquen...

        Como "estamos en crisis", las obras de la Hospedería han sido paralizadas. Y el abandono del baluarte, del convento, de todas las instalaciones interiores, es absoluto (han sido robadas en diversas ocasiones, llevándose hasta quicios de puertas, rotos cristales reforzados, etc.).

        En fin, este es el "punto negro" en un esfuerzo rehabilitador que muchos, muchas veces, hemos alabado. Pero lo es de unas dimensiones gigantescas, y algo incomprensible en estos tiempos, tras tanta experiencia en cuestiones de patrimonio monumental acumulada, tras tanta conciencia popular creada sobre el mismo. ¡Cosas de autoridades para las que el cargo es un arma peligrosa, que disparan contrar los bienes que tienen el deber de respetar y valorar!

martes, 24 de abril de 2012

HABRÍA DE SER... SEMPRE ABRIL!


        Hoy, 25 de abril, 38 años después del estallido de la  Revolução dos Cravos, de la que daba cuenta ayer, quiero -sin más comentarios- traer tres poemas a las ancianas y mujeres luchadoras, ilusionadas y ¿vencidas? de Abril, sacados de mi libro Siempre Abril, que como sabéis está completo en los Documentos adjuntos de este blog. Lo acompaño de unas fotos que quieren ser otro homenaje.

ANCIANAS ESPERANDO.
(A las ancianas de Tras-os-Montes y  Beira interior)

Tras los rezos,
tras tanto rezo y rezo,
¿qué dios os vino a socorrer?
¿Qué aire devolvió los sonidos,
las risas, las palabras, los llantos
de vuestros filhos espalhados por todo o mundo inteiro?
Llevan siglos así,
esperando en la puerta
la llegada del hijo que se fue,
que cogió las maletas
como quien coge el alma buscando un paraíso
y no regresa nunca:
y tampoco lo encuentra en parte alguna.
Llevan la eternidad
rezando, entrecruzadas
sus sarmentosas manos, descansando entre lutos,
regadas por las lágrimas del luto jamás interrumpido.
Mínimas.
Sentadas en la silla desfondada.
Curiosas al pasar el forastero.
Desdentadas.
Profundas como el mar que nunca han visto.
Emparedadas
entre lancha y granito,
pizarra y bolo berrocoso, paja y cal.

Si se mueven, si entran en la casa,
si salen
limpiándose los labios insondables
tras apagar la sed,
veremos una sombra recorriendo el espacio indefinido.
Sólo sombra.
¿Olisteis,
ancianas de corteza y raíces de sobreiro,
el perfume de flores nacidas en Abril
antes de que el verano las mustiara
con su ardiente espada, terrible, vengadora,
o no llegó hasta aquí fragancia alguna
que después pudierais añorar?



ANCIANAS DE LUTO.
(A las ancianas de Alentejo y Ribatejo interior)

Llegaron las palabras
y no se las creyeron.
Llegaron las consignas
y tampoco quisieron convencerse.
Eran siglos allí,
amparadas ante el aire,
ante el frío,
por el lienzo ruinoso del castillo
que pueblan tijeretas, lechuzas, saltamontes,
salamandras, autillos,
murciélagos, vencejos,
confundiendo la noche con el día.
Sus manos sarmentosas saludaban al sol
pegándose a las cejas como cuencas vacías,
socavadas,
acentuando el rictus de sus labios,
insondable, profundo como el mundo.
Los lutos superpuestos
no sólo ennegrecían sus ropajes
sino la débil luz de su mirada
y las bocas inquietas, desdentadas.
¿Acaso alguna vez tuvieron esperanzas?
¿Les brillaron los ojos
pensando en las promesas, algún tipo
de alegre porvenir?
Boa taaaaarde. Dicen boa taaaaarde
cada vez que te acercas,

y a nadie reconocen.
Es pura cortesía; amables, dulces siempre,
intemporales.
¿Quién pudo pensar en removerlas
de entre sus piedras duras y sus sombras?
¿Quién en ilusionarlas
con algún tipo de canciones?
Y sin embargo,
se produjo el milagro con el grito de “Abril!”
corriendo por los campos,
pisando los barbechos,
sembrando los posíos. Ellas
fueron también
a empuñar con sus manos las azadas,
a regar con su sangre los plantíos.
Volcaron en la empresa
toda la fuerza acumulada,
todo el coraje retenido,
una pasión de madre desbocada
que huele el pan
cociéndose en el horno
y el aceite a punto en la sartén.
Ahora, todas de nuevo,
cuando aquello se fue por las cloacas
de leyes y decretos,
reposan como piedras a la sombra
del castillo que sigue
en pie, pese a su ruina.
Son otra vez sarmientos desnudos del invierno
que no confiarán más
en nueva primavera.



MADRES AL BORDE DE LA MAR.
(A las madres del litoral portugués)

Son las madres dolientes
del Miño hasta el Algarve,
con sus manos al viento,
cortada su mirada
por la línea azul del horizonte,
sin horizonte alguno, sin futuro.
Miran las olas bravas,
la espuma enloquecida;
miran el infinito desde siempre,
con su pelo encrespado, con los ojos
brillantes de sal y de vacío.
Enjutas y terrosas,
encorvadas.
Son las madres heladas, congeladas,
las madres apagadas en el ¡adiós!
del que no esperan
la alegría de vueltas, el abrazo
del hijo retornado.
Se los lleva la mar, están
habituadas a la eterna partida de los siglos.
Siempre porque el futuro
se aleja con el sol, o porque necesitan
su concurrencia joven
en lejanas batallas que nunca les han beneficiado.
Ellas quedan ahí,
enloquecidas, muertas,
solitarias, vacías.

Miran al mar, del que sacaron redes,
con el que batallaron
sacudiendo su piel y sus espinas,
con el que destrozaron
los sueños mantenidos
mientras duró la luz de su mirada
tan apagada ahora,
tan perdida. Nada
les pone un brillo de gota de rocío,
un leve resplandor,
un sobresalto alegre, algún
vuelco que les incite al pestañeo,
al leve testimonio de vida que se inicia.
Ni Abril pudo siquiera
con su dolor inmenso:
sus hijos se perdieron
por los tristes caminos de la mar
a donde miran
por si el capricho de las olas
quisiera devolverlos.


Moisés Cayetano Rosado





lunes, 23 de abril de 2012

VÍSPERAS DE LA CONMEMORACIÓN DE LA REVOLUÇÃO DOS CRAVOS


        Pasado mañana se conmemora el 38º aniversario del Golpe dos Capitães, de la madrugada del día 25 de abril de 1974, que dio comienzo a la Revolução dos Cravos.
        Por primera vez, la Associação 25 de Abril, que preside el capitão Vasco Lourenço, y que engloba a la mayoría de los protagonistas del Golpe militar que acabó con la dictadura salazarista, no participará en las celebraciones oficiales. Está en desacuerdo con la política neoliberal del Gobierno socialdemócrata, al estimar que destruye el "estado del bienestar" por el que en su día se levantaron y lucharon con ilusión.

        Creo que vienen de atrás los desengaños. Junto con mi hijo Moisés, lo analicé en nuestro libro ABRIL 25: EL SUEÑO DOMESTICADO, editado en 1999, que ya en su título resume el contenido. Mucha ilusión, mucha esperanza, muchas medidas tomadas en los primeros 18 meses de desenvolvimiento revolucionario se fueron "reconduciendo": nacionalizaciones de bancos, seguros, eléctricas, grandes empresas, transportes..., y la espectacular Reforma Agraria llevada a cabo en los campos del Sur -especialmente Alentejo- acabaron desembocando en el modelo socio-económico occidental, dentro de la ortodoxia del entonces Mercado Común Europeo, a golpe de "golpes", leyes y decretos. Y los propios militares protagonistas, los jóvenes capitanes, serían relegados al ostracismo, empezando por el fallecido y tan llorado Salguero Maia, considerado luego por todos un "héroe nacional", incluso por los que tanto le dañaron en vida.

        En el año 2000 edité un libro de poemas: SIEMPRE ABRIL, que pretende ser un homenaje al pueblo portugués, a los protagonistas de su Revolución, de su despertar colectivo que sacudió el yugo de la opresión, cerró el horrible capítulo de las guerras coloniales, abrió las puertas de las cárceles políticas y dio voz democrática con la elección de representantes populares, que tienen su más genuina muestra en el "poder local", del que tan orgullosos están: Câmaras Municipales (ayuntamientos) donde irrumpen con fuerzas partidos "demonizados" -especialmente el comunista- y desde donde se ha trabajado y trabaja sin descanso para dar respuesta a las necesidades de todos, especialmente de los que más necesitan. Podéis encontrar completo el libro en el Documento 33 de  los "Archivos adjuntos" de este blog. El otro libro no está en formato digital, si bien algunas de sus reflexiones y temáticas (especialmente la democratización del país y la Reforma Agraria) las tenéis en el Documento 15 de los mismos "Archivos adjuntos" del blog.



        Vaya este poema, que reproduzco de SIEMPRE ABRIL -homenaje a Salguero Maia-, como reconocimiento a todos los que lucharon por un cambio social comprometido, auténtico, de VERDAD.

SALGUEIRO MAIA EN LA HORA DE DESCOLGADOS HOMENAJES
Enseguida el olvido;
después la exaltación como homenaje
al mismo que la hace, no a ti mismo:
al que se pone las medallas
cuando llega la hora de la fiesta,
pasada la tormenta de la que supo resguardarse.
Tú, una voz de firmeza irreversible,
un cuerpo expuesto
a la última locura
de fiera acorralada...
Vinieron , tras las flores,
los silencios;
tras los primeros parabienes,
la penumbra,
y tras ello
la dura mezquindad.
Tú,
como todos los que os jugasteis todo
pensando en los demás
y no en las obsesivas
hombreras recargadas,
acataste la afrenta con grandeza
y te fuiste al olvido
y al eterno reposo de la losa.
En tu mar vegetal,
abierto al valle
sosegado
de Castelo de Vide,
has vuelto a alzarte una vez más.
Y no por la fanfarria
de los que juegan sucio con tu nombre,
sino por la mirada
de la gente sencilla,
que al contemplar la escena
de montajes teatrales
sonríe, y es condena su rictus,
sabiendo que compartes, desde tu paz,
el mudo sentimiento.
El homenaje, con todo, es más profundo:
está en los corazones
agradecidos, cálidos y tiernos, de tu pueblo.
MOISÉS CAYETANO ROSADO

       

viernes, 20 de abril de 2012


VIAJE AL ESTE DEL ALGARVE Y LA DESEMBOCADURA DEL GUADIANA


Muchos solemos frecuentar esa extensión de playas envidiables y relativamente cercanas que conforman el recodo de Huelva -finalizando el Golfo de Cádiz-, así como el espacio que desde Faro va hasta la punta de Sagres, olvidando casi siempre el este del Algarve y la desembocadura del Guadiana. Tal vez porque el Parque Natural da Ria Formosa nos impide desde la tierra firme acceder a las playas, que están tras esa densa barrera de dunas, llegando hasta más allá de Cacela, en el concelho fronterizo de Vila Real de Santo António, y Ayamonte y el río nos suenan a lugares de paso.
Barcos por la Ria Formosa
 Sin embargo, ¡qué belleza serena la del mar sosegado por el dique de arena y flora generosa! Ria Formosa es un remanso de paz que invita al paseo tranquilo por sus bordes, al tiempo que a una navegación de bajura que nos asienta en playas discretas como las de Fuseta o Ilha de Tavira, y más al este a la inmensa longitud de las playas de Cabanas, Cacela, Manta Rota, Verde y Monte Gordo (accesibles estas tres últimas  desde la tierra firme), ya en Vila Real de Santo António la postrera. Luego, en Ayamonte, el agua se derrama entre canales y pantanos, de sal y de verdor.
Estribaciones de la Sierra de Aracena
Tras la desembocadura del Guadiana, vienen las muy turísticas españolas de Canela e Isla Cristina, aún de mayor aceptación para nosotros que las del oeste algarvío, con una oferta hotelera y de restauración magnífica; pero merece una parada la ciudad fronteriza de Ayamonte, de extraordinaria biodiversidad en sus marismas, con pequeños y múltiples canales naturales, poseyendo la población un abundante legado artístico eclesiástico y civil (el militar -castillo y fortificaciones abaluartadas- se perdió, salvo una muralla de ésta última), y hermosas vistas al entorno, tanto marítimo como terrestre. 
Y junto a la serena atracción de la faja del mar, el este del Algarve es todo un tesoro a descubrir. Así, Tavira es una población de amplio patrimonio artístico monumental, desde el Medievo hasta la actualidad, cuya oferta hotelera variada está marcada en gran parte por el buen gusto y la discreción. Esto pasa con la almadraba transformada en hotel, al lado del sobrecogedor Forte do Rato, en medio de las dunas interiores, donde el lujo de las puestas de sol ya merece la visita. Solo queda que se restaure y ponga en uso esta fortificación abaluartada, como ocurre con la Fortaleza de São João da Barra, en Cabanas de Tavira, utilizada como hotelito apacible al lado mismo de la ría.
Entrada al Forte de São João da Barra. Cabanas de Tavira.
 Y es Cabanas de Tavira un pueblo de pescadores, como un poco más al este Cacela, en cuya parte Velha -al borde del mar- tenemos otra fortaleza de la Edad Moderna -puesto de vigilancia marítima de la GNR- en lo alto de un morro, que puede bordearse por el sur tocando el sosegado mar de la ría.
Mar en Cacela Velha.
A partir de ahí, las playas son accesibles desde la tierra firme, como expresé más arriba, y sus arenas finas, extensas sobre un mar que coge profundidad muy lentamente, invitan al paseo, al ejercicio saludable, acercándonos hasta Vila Real de Santo António, en la frontera y desembocadura del Guadiana. De ahí, se “salta” a las de Huelva, inigualables en sus arenas, extensión e infraestructura de acogida.
Desde ese “encuentro internacional”, subiendo el río, llegamos a Castro Marim, la joya monumental fortificada del sur de la Raya Ibérica.  ¡Impresionante su castillo medieval, tan bien tratado, tan didáctico, con esas vistas inigualables desde sus murallas a la Reserva Natural do Sapal, inabarcable extensión de salinas, riqueza histórica y actual de la población! ¡Fantástica su fortificación abaluartada que abraza al castillo y se extiende por los cerros de los alrededores: grandioso revellín en herradura y Forte de São Sebastião, flanqueado por enormes baluartes!
Fortificación abaluartada de Castro Marim.
 Y así como desde las poblaciones ribereñas vemos al norte la barrera montañosa de las serras do Caldeirão y do Malhão, aquí se nos ofrecen al oeste, delimitando el norte del Algarve: sierras de enorme riqueza forestal y faunística, que al llegar al llano se “domestican” en plantaciones de naranjos y limoneros. Al este, estribaciones de la Sierra de Aracena, abruptas, que permiten panorámicas extensas y rugosas, coloridas.
Serras do Algarve.
 Y ya, Guadiana arriba, a punto de cerrar esta zona del sur, luciendo en sus monumentos la historia de guerras fronterizas: Alcoutim en Portugal y Sanlúcar de Guadiana en España. Otra vez un castillo medieval restaurado con gusto y rigor, reforzado en la Edad Moderna con elementos artilleros, al borde mismo del río en la parte algarvía. Cruzándolo en barca, ahí mismo está la andaluza Sanlúcar de Guadiana, que en lo alto presenta otro elemento fortificado para enfrentarse a sus vecinos: el castillo renacentista de San Marcos, abaluartado entre los siglos XVII al XIX, época de enfrentamientos intermitentes entre dos poblaciones, entre dos estados necesitados de entendimiento, tan deseado siempre por los pueblos vecinos, que pasadas las contiendas renovaban su convivencia económica, social, familiar.
Sanlúcar de Guadiana visto desde Alcoutim
 Viaje agradable siempre. Para recordar la historia, admirar su patrimonio artístico monumental; disfrutar del mar tranquilo, del río apacible, de los montes abruptos; de la cocina con sabor a pescado de mar y río; de la hospitalidad de sus habitantes y el relax de su caserío blanco de estilizadas chimeneas que elevan al cielo el humo de sus  tentadores asados, cocidos, pescaítos fritos, gamba blanca, encebollados y ensopados, alternando sabores en la Raya.

MOISÉS CAYETANO ROSADO










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Jueves, 19 abril 2012


Terça-feira, 17 de Abril de 2012
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