lunes, 25 de abril de 2016

ESO ERA TODO
Eso era todo: desolación y miedo. Pálida estampa de patriarcas soñando con grandezas desde decrépitas tribunas de ceniza. Mordazas sostenidas con fuego y con cadenas. Bendecido imperio de papel ardiendo como infierno para una inmensa mayoría. Ruina y miseria, hambruna. Horizonte cerrado, antorcha alimentada por las propias manos forzadas a sacarla en procesión.
Eso era todo: la boca que amenaza, que hiere y que destruye; las bocas que reclaman su lugar. Una zarpa crispada y vigilante; unos brazos buscando el siempre aplazado amanecer.
Y cuando un día se llenaron las calles de risas y claveles, de canciones y sueños disparados como salvas de honor a un tiempo con futuro, se comprendió que aquello no era más que fachada de terror, podrida escena evaporada.

LAS CALLES DE POMPEYA Y HERCULANO
Calle de Pompeya
Moisés Cayetano Rosado

Me ha llamado poderosamente la atención el viario de Pompeya, la ciudad sepultada bajo la lava y cenizas del Vesubio en el año 79. Bueno, también el viario de Herculano, su vecina, que corrió la misma suerte. Y es que las calles son rectilíneas, perfectamente trazadas, con aceras anchas para los peatones y recios bordillos, elevadas sobre el nivel de la calzada, muy bien pavimentada.
Pero hay una diferencia llamativa entre ambos trazados. Mientras que en Herculano todas las calzadas se presentan expeditas, en Pompeya -tanto un poco antes de las intercesiones de calles como a prudente distancia en los viarios prolongados- estaban colocados “obstáculos” atravesándola, consistentes en piedras sobresalientes, llegando a la altura de las aceras, ovales, planas en su cara superior, formando pasarela de una acera a la otra de la calle. Y lo que es tanto o más llamativo: en el sentido del tránsito rodado, se remarcan unas hendiduras en la calzada que obligan a los vehículos a “encarrilarse” por ellos, profundizándose el surco a medida que llegan a las pasarelas que les han de quedar al medio y a los lados de las ruedas.
¿Cuál podría ser la explicación de estos “obstáculos urbanos” en las calles de Pompeya y por qué no aparecen en Herculano?
Harold W. Johnston, en “La vida en la antigua Roma” (Alianza, libro de bolsillo, 2010, pág. 171), lo explica así:
"La propia calle estaba pavimentada, y provista de dos aceras a los lados de 30 a 45 centímetros de altura sobre la calzada de vehículos. En Pompeya la dificultad de cruzar de un lado a otro se ha solucionado con piedras de paso, de la misma altura, bien fijadas a una distancia adecuada una de otra cruzando la calzada. Estas piedras de paso se situaban a intervalos adecuados en cada calle, no sólo en los cruces.
Solían ser ovales, con la parte superior plana, y medían unos 90 por 45 centímetros; el lado más largo era paralelo al sentido de la calle. El espacio entre ellas a menudo quedaba dividido con profundas rodadas por las ruedas de los vehículos, y la distancia entre rodadas muestra que las ruedas tenían una separación de unos 90 centímetros"

Pompeya, ciudad de unos 20.000 habitantes en esos años de hace veinte siglos, debía ser una ciudad de extraordinaria actividad, pues era eminentemente un asentamiento comercial, con mucho tráfico de mercancías y personas. Es, por tanto, lógico, que se tomaran precauciones para facilitar la movilidad de los peatones, pero también -creo- para salvaguardar su integridad física, como la de los propios conductores y usuarios de los carros que transitaban por la ciudad. Así, los obstáculos en forma de piedras elevadas colocados en las calzadas y las hendiduras en la misma encarrilando la circulación obligarían a disminuir la velocidad circulatoria, evitando atropellos, choques y desmandes. Algo así como las bandas elevadas de nuestras calles y avenidas actuales, así como las rotondas.
Calle de Herculano
Pero, ¿por qué Pompeya lo presenta en toda su trama urbana y Herculano no lo tiene en parte alguna? Puede ser que no solo lo explique la diferencia de habitantes (unos 20.000 frente a unos 5.000) sino las actividades de cada una. Muy comercial, bulliciosa, activa la primera; residencial, tranquila, sosegada, la segunda, y por tanto con poco tráfico rodado.
Así, las calles de Pompeya vienen a ser un antecedente de nuestras avenidas ciudadanas, de trepidante actividad y prisas, en las que hay que tomar precauciones especiales para impedir desgracias en el viario; Herculano podría serlo de un barrio residencial, más peatonal y descansado, donde parece que la “movilidad de urgencia” no está presente.

Y es que, desde luego, ¡todo está inventado! La “foto fija” que provocó el volcán hace casi 2.000 años, enterrando bajo decenas de metros de lava y ceniza estas dos magníficas ciudades, nos hace ver que muchas de nuestras “innovaciones ingeniosas” son tan antiguas como el mundo…
VER TAMBIÉN: http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2016/04/la-magia-denapoles-y-sus-alrededores.html

sábado, 23 de abril de 2016

LO MÁS “VISTO” DE LO MÁS VISITADO EN NÁPOLES, POMPEYA Y HERCULANO
Moisés Cayetano Rosado 
Nápoles está llena de tesoros sorpresivos. Auténtica maravilla de ciudad, envuelta en el caos circulatorio y en el bullicio de un Casco Antiguo fascinante (http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2016/04/la-magia-denapoles-y-sus-alrededores.html). Lleno todo de grupos juveniles que deambulan de un sitio para otro, con profesores o por libre, entre los que destacan los Erasmus, especialmente españoles, que hablan más alto incluso que los propios napolitanos.
Y a donde se dirigen, nos dirigimos, prioritariamente, es al Museo Arqueológico, uno de los más interesantes del mundo, gracias especialmente a los hallazgos de Pompeya y Herculano. Pero… ¿en dónde se agolpa la mayoría de los ávidos, sedientos consumidores de novedades y cultura? Sin duda, en el Gabinetto Segreto, tantos años vedado a la inmensa mayoría, pues solo con permisos especiales se podía entrar; hoy, incluso, los menores de 14 años han de ir acompañados de padres o profesores para hacerlo (o eso dicen, porque yo no vi control alguno).
¿Y cuál es el imán de dicho Gabinetto? Su extraordinaria colección de objetos muebles, pinturas murales y esculturas de erotismo crudo, que no conoce cortapisas y que ha sido piedra de escándalo para gobernantes, jerarquías eclesiásticas y público en general poco avisado.
No es para menos, si nos colocamos ante los múltiples amuletos fálicos de exageradas dimensiones, o ante los maravillosos frescos de sexo explícito que es toda una lección de métodos y posturas heterosexuales, homosexuales y “bestiales”. Para mí, por su naturalidad y perfecta ejecución, un plato ático de mediados del siglo V a.C. (de origen desconocido), con cenefas y figuras ocres, desnudas, en cópula, de remarcados contornos sobre amplio fondo negro, es una muestra de arte realista preclásico griego inigualable.
Pero como “escandaloso”, al mismo tiempo que como muestra de magnífica elaboración, destaca la composición escultórica “Pan, dios de la Naturaleza fecundando un cabra”: impresionante estudio anatómico humano y animal, fantástico movimiento barroquizante, expresionista, encuadrado en una especie de rombo imaginario, de una crudeza erótica inigualable.
¡Cuántas fotos se habrán hecho a todo el Gabinetto, y en especial a estas dos piezas, que atraen como un imán por su perfección artística… o por el morbo que provocan!
Mucho de lo que allí se encuentra procede de Pompeya. Y en Pompeya está otro reclamo que origina colas de espera como en ninguna otra parte de la fascinante población arrasada por el Vesubio en el año 79, y de la que lo que hoy vemos es “foto fija” de cómo era la ciudad romana de hace dos mil años: urbanismo en cuadrícula, calles de meticulosa composición, redes de canalización de aguas de consumo y cloacas, fuentes, casas señoriales de patio porticado central, habitaciones con suelos de mosaicos y paredes con frescos variados, lugares de uso público oficiales y de diversión, panaderías, mercados…
¿Pero cuál es ese reclamo de las pacientes colas de curiosos? Pues el lupanar (el ofrecido al público, de los muchos que debería haber en su tiempo), en una de sus callejuelas interiores, donde puede visitarse el piso bajo, con cinco pequeñas habitaciones dotadas de una cama de mampostería (se supone que se cubriría con cojines y/o colchón) y un “aseo” común.
En la entrada de cada habitación hay una pintura mural alusiva a los servicios que allí se prestan, con descarado desenfado y claro afán “publicitario”; pero al mismo tiempo, ¡cuánta belleza en el trazado, cuánta delicadeza en el color, el movimiento naturalista y elegante!
Ahora bien, no todo va por la misma línea cuando vemos las aglomeraciones en Herculano. Tal vez porque en esta otra mítica ciudad que sufrió el mismo destino de su vecina no existen vestigios alusivos a las funciones sexuales anteriores, aunque sí la gran riqueza de lo que vimos en Pompeya, pero en menor cantidad, pues si la otra sería una población de 20.000 habitantes, ahora hablaríamos de 5.000.
En Herculano el “morbo” se centra en la zona de cota más baja: lo que fue la orilla del mar, y en concreto los almacenes del puerto, donde se refugiaron cientos de habitantes, cuando ya la ciudad estaba condenada a ser sepultada bajo más de veinte metros de piroclastos.
Allí están, apelmazados, intentando defenderse recogiéndose en sí mismos, en posición fetal, los esqueletos sobrecogedores que contemplamos hoy como si apenas hubieran pasado unas décadas de la catástrofe: tal es el increíble estado de conservación.

Eso sí (¡es raro!), no me encontré en ninguno de los tres enclaves con los “inevitables” grupos e japoneses, cámara en ristre, tan comunes en los lugares claves del turismo universal.

jueves, 21 de abril de 2016

REFUGIADOS, EL MUNDO DEL DOLOR Y DE LA INCOMPRENSIÓN

Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia

En el tomo III de 2007 de la Revista de Estudios Extremeños publiqué un extenso trabajo sobre el exilio extremeño en México, en colaboración con el dirigente socialista y sindicalista Antonio Rodríguez Rosa, exiliado en aquel país, tras la Guerra Civil española de 1936-39.
Por los testimonios de este histórico republicano, los otros muchos que recogí entonces y la bibliografía y documentación que consulté, pude palpar el dolor de aquellos refugiados, huidos a través de la frontera con Portugal, el norte de África y, principalmente, por los Pirineos hacia Francia.
¿Qué les esperaba en las tierras de “acogida”? En el Portugal salazarista de entonces, la más que probable devolución a la España franquista. En el norte de África dominada por Francia y en este mismo país vecino (a donde se dirigió casi el 90 % de los más de 500.000 exiliados), las condiciones más penosas de miseria, incomprensión y dolor.
Isidro Fabela, diplomático mexicano, denunciaba en un extenso informe de 1939: “En Argelès (sur de Francia) se concentraron aproximadamente 100.000 hombres. Esta enorme avalancha humana quedó instalada frente al mar, sin otro límite que la playa y una cerca de alambre con púas fijadas en una extensión de dos kilómetros y medio de largo por uno y medio de ancho”.
Refugiados españoles en el campo de internamiento de Argelés-Sur-Mer
Tampoco la posterior acogida en Rusia y en México, así como otros países latinoamericano,s fue un “camino de rosas”, sino que al sufrimiento del desarraigo, la separación familiar, la pérdida de seres queridos en la guerra… se unió la falta de comprensión y solidaridad incluso de gente cercana en los lugares de acogida. El gran poeta exiliado León Felipe lo retrata en unos versos desgarrados: “los españoles del éxodo de ayer/ que hace cincuenta años/ huisteis de aquella patria vieja para no servir al Rey/ y por no arar el feudo de un señor…/ y ahora… nuevos ricos,/ queréis hacer la patria nueva/ con lo mismo,/ con lo mismo/ que ayer os expatrió”.
Esa es la historia de la gente sencilla, que sufre la ignominia y ha de huir hacia un destino inseguro donde no se les quiere, y que ahora contemplamos en aquellos que nos llegan desde distintos territorios de África en conflicto tras el abandono de las potencias coloniales de Occidente; de las naciones del Oriente Próximo, que han tenido la “mala suerte” de estar geoestratégicamente situados en un lugar excepcional y además tienen codiciadas reservas de petróleo…
Nuestros campos de internamiento, nuestras “alambradas” están situadas en los bordes del conflicto: Grecia, Croacia, Eslovenia, Turquía… que han de hacer de “muro de contención”, de escenario donde se representa el espectáculo trágico de la deshumanización.
Los gobiernos de Occidente (que tanta responsabilidad tienen en la inestabilidad de estos territorios) discuten qué hacer con tal cantidad de refugiados, en tanto los empujan al abismo. Y así, asistimos a diario a las escenas más brutales de contención de masas humanas desesperadas, concentración en zonas insalubres, cargas policiales contra los más desesperados, desolación y muerte de inocentes, entre los que los niños se están llevando la peor parte.

Ahora como entonces, como siempre. Las lecciones que nos da el pasado sirven de poco, de nada incluso, porque por encima de cualquier otra consideración va primando -en los que todo lo manejan y dirigen- el egoísmo, la más inhumana insolidaridad. Decimos muchas veces: “hay que conocer los errores de la historia, para no repetirlos”; pero parece que conocemos los errores de la historia para empeñarnos en profundizar aún más en los terribles despropósitos que tanto -al estudiarla- nos asombran.

miércoles, 20 de abril de 2016

LA MAGIA DE NÁPOLES Y SUS ALREDEDORES
Moisés Cayetano Rosado
Te vas acercando a Nápoles y la presencia del Vesubio es una constante desde el aire, que se repite en tierra, tanto en la misma urbe como en los desplazamientos por los alrededores.
Cuando en la ciudad dejas el bullicio de sus calles (que en el Casco Antiguo adquiere un ritmo trepidante y una circulación de ciclomotores endiablada), y subes al Castillo de Sant’Elmo, vuelves otra vez a contemplar la imagen apacible de quien sembró tantas veces el caos, especialmente en el año 79, sepultando vastos territorios y las míticas ciudades de Pompeya y Herculano.
¡Qué imagen más extraordinaria la de Nápoles desde los montes del entorno, con sus múltiples iglesias, de cúpulas barrocas; sus fortificaciones (entre las que destaca el Castel Nuovo); el puerto marítimo; el caserío interminable, que se prolonga sin interrupción Vesubio abajo hasta la costa amalfitana!
Quizá lo más sabroso de la ciudad sea el callejeo por la zona antigua (especialmente la Vía Tribunali y la Benedetto Croce -además de la más sofisticada Vía Toledo-, con sus puestos de pizzas, pescaditos fritos y heladerías, aparte de palacios e iglesias de un barroco esplendoroso). Pero no podemos perdernos el Museo Arqueológico, donde hay que “echar” casi un día entero entre sus valiosísimos tesoros, especialmente obtenidos de las excavaciones de Pompeya y Herculano. Es sobrecogedor ponerse delante del mosaico de  la “Batalla de Alejandro contra Darío” o la escultura teatral del “Toro Farnese” y tantas otras composiciones soñadas cuando estudiamos la Historia del Arte Universal.
¡Hay tanto para comentar de esta ciudad inolvidable! Tal vez más adelante me detenga en algunas cuestiones que me llaman poderosamente la atención, pero ahora quisiera dar un vistazo rápido por los alrededores. Pasar la vista por Pompeya, tan conocida por cualquiera, tan fotografiada, representada, multiplicada en libros y tratados.
Esa Pompeya que presenta un urbanismo envidiable y un callejero extraordinario, donde el ingenio humano lleva a ordenar la seguridad del tráfico rodado de una manera excepcional, anticipándose a las “bandas elevadas” actuales, con la colocación de obstáculos elevados y hendiduras de acceso rodado obligatorio, que impiden circular con velocidad temeraria. Algo que no veremos en Herculano, ciudad más residencial, menos bulliciosa, comercial, “motorizada”.
En Herculano, los visitantes nos solemos concentrar delante de los “refugios-trampas” de lo que fueron las instalaciones del puerto, en donde quedaron atrapados cientos de habitantes que pretendían huir de lo imposible: la furia del volcán, que los sepultaría con su ceniza y lava. Y como en Pompeya, en sus casas magníficas, de patio central porticado y habitaciones de paredes artísticamente pintadas y suelos de mosaicos, además de sus múltiples tiendas, entre las que destacan las panaderías, de molinos y hornos que parecen a punto de funcionar de nuevo.
La costa sigue, sinuosa, al sur, llegando a la agradable ciudad fortificada de Sorrento, y desde allí el paisaje se recorta, sube y baja en una sucesión de montes, acantilados, valles, mar que se nos ofrece y que se oculta, torres de vigilancia, caseríos…, camino de Amalfi, ciudad de belleza especial en sus callejuelas, rincones, pasadizos continuos que recuerdan a una ciudad norteafricana, casas magníficas, plazuelas, extraordinaria iglesia (Duomo Sant’Andrea, que es todo un tratado de arte, desde el siglo X hasta la actualidad: claustro, cripta, museo y templo son una sorpresa para los sentidos).
Otro día tomamos la ruta hacia el norte, para encontrarnos enseguida con Caserta, cuyo Palazzo Reale es Patrimonio de la Humanidad, como todo lo que hemos ido visitando más atrás.
Un poco descuidado en sus jardines, como descuidado está el resto del patrimonio mencionado (por falta de personal a su servicio, por falta de fondos económicos que se destinen a su conservación, adecentamiento y realce), merece en cambio visitar las múltiples habitaciones de su interior, una joya cada una de derroche imaginativo barroco y rococó, que a pesar de lo recargado de los estilos no cansa a la visita, por el buen gusto con que todo fue tratado en su momento.

Sí, la visita a Nápoles y sus alrededores es una aventura llena de magia y de compensaciones. Prometo incidir en algunos detalles. En tanto, queda esa imagen desde la ventanilla del avión, con la Isla de Capri invitándonos a otra estancia venturosa. Y es que el entorno napolitano no quiere dejar que nos marchemos…

domingo, 10 de abril de 2016

Moisés Cayetano define el patrimonio oliventino como una «auténtica fiesta» para el viajero
El autor ha presentado la edición digital de su obra ‘Tesoros de La Raya hispano-lusa’ en un acto que inaugura la inclusión de Olivenza en el circuito cultural de la Fundación Caja Badajoz
·         EVA MARÍA NEVADO

·         OLIVENZA
9 abril 201614:52
El historiador y geógrafo Moisés Cayetano Rosado presentó ayer en la capilla del Convento San Juan de Dios la edición digital de su publicación ‘Tesoros de La Raya hispano-lusa’ centrando en esta ocasión su intervención en Olivenza, una ciudad a la que definió como «auténtica fiesta para el viajero» tanto por su legado patrimonial como por su paisaje natural.
La publicación ahora editada en formato digital compila una serie de propuestas que Rosado plantea al viajero que quiera conocer lugares emblemáticos de La Raya, de norte a sur, pero también otros alejados de esta pero relacionados con esta a través de conceptos como, por ejemplo, las fortificaciones; ámbito en el que el autor destacó Elvas como «la joya».
A través de textos, fotos y mapas, Moisés Cayetano presenta un trabajo que le gustaría poder traducir al portugués y que constituye «un empujón para que camine el viajero», ya que para el autor La Raya es inabarcable y recoger todo haría preciso editar una publicación de varios volúmenes.
En el caso de Olivenza, el historiador señala que también sería precisa una publicación específica para «un pueblo con señorío que evoca el urbanismo rural portugués», que recordó, «ha sido mucho mejor conservado que el español» y lamentó no haber incluido más propuestas relacionadas con su patrimonio natural.
La obra, en cuya presentación también estuvieron presentes el alcalde oliventino, Manuel J. Gonzáles Andrade, y el vicepresidente de la Cámara Municipal de Elvas, Manuel Valerio, propone descubrir tesoros «para todos los gustos», en lo gastronómico, lo etnográfico, lo patrimonial y lo natural, pero también denuncia la importante destrucción de patrimonio público y privado sufrida en el siglo XX por muchos de los destinos elegidos.
El respeto en la recuperación y rehabilitación de edificios con alto valor patrimonial fue una cuestión abordada tanto por el autor como por Luis Alfonso Limpo, bibliotecario y cronista oficial de Olivenza, quien aludió también a «despropósitos» como el de la rehabilitación del Fuerte de San Cristóbal en Badajoz, las obras en el Castillo de Alburquerque o los que se cometieron en la rehabilitación del Convento San Juan de Dios de Olivenza, recordó.

Limpo, presentador de un acto que inaugura la inclusión de la capilla del Convento oliventino en el circuito cultural de la Fundación Caja Badajoz, definió al autor de esta obra, que recopila lo que en origen fueron artículos sueltos y después un blog en el diario HOY.es, como «cronista de La Raya», un título que aseguró que solicitará para Moisés Cayetano en la próxima asamblea de cronistas de Extremadura.

UNA VEZ MÁS RECUERDO QUE EN EL DOCUMENTO 66 DEL SIGUIENTE ENLACE SE ENCUENTRA LA EDICIÓN COMPLETA DEL LIBRO A DISPOSICIÓN DE TODOS:

miércoles, 6 de abril de 2016

PROGRAMA
(Pueden verse las introducciones, programa y resúmenes de las ponencias en el Documento 69 del enlace: http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/p/paginaprueba.html)

Sábado, 21 del mes de mayo
V JORNADAS DE VALORIZAÇÃO DE FORTIFICAÇÕES DA RAIA
V JORNADAS DE VALORIZACIÓN DE FORTIFICACIONES DE LA RAYA


La Frontera Moderna y la 2.ª línea de confrontación de la Raya extremeño-alentejana: fortificación y reutilización

Vila Viçosa, 21 Maio de  2016
(Horario de Portugal)
09 h 00 | Recepção dos participantes
                                                              
09 h 30 -  09 h 45 |  Sessão de Abertura
     Mesa da Sessão de Abertura
Manuel João Fontainhas Condenado
   Presidente da Câmara Municipal de Vila Viçosa
Ana Paula Amendoeira
   Directora Regional de Cultura do Alentejo
                        ● Moisés Cayetano Rosado
                            Director da Revista Transfronteiriça “O Pelourinho

09 h 45 – 10 h 15 / Esquilmando a la población civil: Militares y Guerra en la Frontera extremeño-alentejana”
Fernando Cortés Cortés. Doctor en Historia.


10 h 15 – 10 h 45  |A estratégia de defesa da raia alentejana e a capitulação de Olivença em 1657: o caso Stéphane Auguste de Castille”
Jorge Penim de Freitas. Historiador.

10 h 45  – 11 h 00  | Coffee break

11 h 00 – 11 h 30 | “El modelo de Mérida como ejemplo de reutilización del patrimonio arquitectónico con fines militares y los cuarteles de la retaguardia extremeña”
Fabián Lavado. Historiador

11 h 30 – 12 h 00 | “As dinâmicas dos territórios no contexto da Pré e Proto-História do Alentejo (Portugal)”
Prof.ª Doutora Leonor Rocha/Prof. Doutor André Carneiro  (Universidade de Évora)

12 h 00 – 12 h 30  | Fortificación y guerra en una villa rayana: Ouguela durante la Guerra de la Restauración (1640-1668)
Julián García Blanco. Profesor e Historiador.

12 h 30  | Debate

13 h 00 – 15 h 00 | ALMOÇO LIVRE

15 h 00 – 15 h 30 |  “Las fortificaciones de la frontera del corredor Madrid-Lisboa en los dibujos de Pier Maria Baldi”
Moisés Cayetano Rosado. Doctor en Geografía e Historia.

15 h 30 – 16 h 00 / “A fronteira pré-Vauban de Portugal. Ensaio da nova estratégia e da arquitectura militar moderna da Europa”
João Campos, Arquitecto, Consultor da Praça~forte de Almeida, Perito do Comité das Fortificações (ICOFORT-ICOMOS)

16 h 00 – 16 h 15  | Coffee break

16 h 15 – 16 h 45  / “Potenciación turística de las ciudades abaluartadas de la Raya”
Juan Francisco Rivero Domínguez. Periodista.

16 h 45 – 17 h 15 | Por ser persona experimentada en la materia de fortificaciones”. La obra de Lorenzo Possi y su relación con Vila Viçosa
Carlos Sánchez Rubio, Rocío Sánchez Rubio e Isabel Testón Núñez. Documentalista y director de 4 Gatos, y profesoras titulares de la Universidad de Extremadura, respectivamente.

17 h 15 - 17 h 45  | Debate
17 h 45 | Sessão de Encerramento

18 h 15 | Programa musical

viernes, 1 de abril de 2016

VISITA AL NORTE DE MARRUECOS (y III). DE RABAT A ARZILA, Y VUELTA.
Alcazaba de Rabat
De Meknes tomamos la autopista hacia Rabat, al oeste, atravesando un paisaje llano de extraordinaria fertilidad agrícola, con extensos cultivos de invernaderos.
Tumbas reales. Rabat.
Rabat se localiza en un lugar privilegiado, al lado del Atlántico, y ya desde el siglo XII tuvo proyectos de engrandecimiento, aunque con marcado afán megalómano. En 1195, Yaqub al-Mansur ideó la construcción de una gran ciudad que se extendía sobre más de cuatrocientas hectáreas, rodeada de imponentes murallas y fortificaciones con cinco grandes puertas. En ella debía erigirse una gran mezquita con trescientas sesenta y cinco columnas (una por cada día del año), para superar a la Giralda de Sevilla y a la Koutoubia de Marrakech, pero las obras fueron detenidas tras su muerte en 1199.
Guardia en el Mausoleo de las tumbas reales. Rabat
Ahora, cuando visitamos ese “inicio de obras” -de las que quedan los imponentes “muñones” de las columnas y algo más de cuarenta metros del alminar-, admiramos lo que sí es un monumento terminado en el lado opuesto de dicho alminar: el Mausoleo de Mohamed V, donde reposa este difunto rey y sus dos hijos, el también rey Hasán II y su hermano menor Mulay Abdellah. Impresionante, lujosísima edificación, custodiada por la Guardia Real, con sus vistosos trajes rojos y capas blancas, que montan guardia a pie en el interior y puertas de entrada, así como en el exterior del conjunto, aunque aquí a caballo. “Riadas” de escolares y familias enteras entran y salen del Mausoleo, posan con los guardias y compiten con los turistas en las sesiones fotográficas por todo el gran conjunto.
Calle de la alcazaba de Rabat
En 1610 la ciudad logró un gran impulso, tras la llegada de numerosos refugiados moriscos expulsados de España. En la fortaleza de los Udaia (apartada del centro de la ciudad -que se levantaría con posterioridad-, vigilando estratégicamente la costa, y reforzado su amurallamiento medieval con salientes abaluartados), se instaló la mayor parte de los tres mil habitantes del pueblo extremeño de Hornachos, que se mantuvieron unidos tras la expulsión y acabaron obteniendo del sultán Mulay Zaydan el encargo de reconstruir y custodiar la vieja alcazaba.
Hoy, esta fortaleza -impecablemente restaurada- y su barrio anexo constituyen uno de los atractivos turísticos principales de Rabat (junto al Mausoleo y a la medina). El caserío recuerda al de Chauen, con sus calles estrechas y quebradas, el azul de sus fachadas (aunque sin cubrirlas por completo), alternadas con la cal blanquísima de su mitad superior; también da un “aire” a los pueblecitos andaluces, a los del sur extremeño y a los alentejanos.
Con el establecimiento del Protectorado de Marruecos, la ciudad quedó bajo el control administrativo francés. En 1912 el mariscal Lyautey eligió Rabat como capital administrativa y en 1956, tras la independencia de Marruecos, se convirtió en la capital del país.
Una vez que bajamos a la ciudad, y entramos por una de las puertas monumentales de la cerca medieval, nos encontramos con una población moderna, trazada con amplias avenidas rectilíneas, que van a dar a la medina.
Museo de Mohamed V. Rabat.
En el extremo opuesto a esta medina se encuentra Dâr-al-Mahkzen, el palacio real y la sede del gobierno donde trabajan y residen más de dos mil personas. Muy cerca, tenemos el sorprendente Museo de Arte Contemporáneo de Mohamed V, que ya en su inmenso exterior cúbico presenta una belleza extraordinaria, con paneles multicolores que en sí son una exposición magnífica de “arte en la calle”.
Medina de Rabat
Bajando al centro histórico, a la medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012, nuevo recinto fortificado encierra un conjunto de extraordinario atractivo. Un zoco que se recorre sin la dificultad del de Fez, y donde además de poder comprar lo más insospechado, podemos saborear la comida callejera marroquí en múltiples tenderetes: pinchitos morunos; kebab de filetes o higadillos de pollo, o de filetes o cabeza de ternera; cuscús (sémola de trigo, garbanzos y verduras); harira (sopa elaborada a base de carne, tomates y legumbres); dulces de almendra, dátiles y miel…, al tiempo que oímos la llamada a la oración de sus mezquitas.
Fortalexza de Arzila
De Rabat subimos a  Arzila. Larga caminata de autopista que nos deja a unos 46 km al sur de Tánger. Arcila, en 1471, fue tomada por los portugueses, que la fortificaron convirtiéndose en un centro comercial en la ruta del oro sahariano. Abandonada en 1550, fue reocupada de nuevo por los portugueses en 1577, con vistas a la expedición del rey Sebastián I, quien desembarca con su ejército para la conquista de Marruecos, siendo derrotado en Alcazarquivir (1578).
 Pasó a manos del rey Felipe II de España tras la unión con Portugal (1580), regresando la ciudad a manos de los saadíes en 1589. Ocupada de nuevo por los españoles, fue reconquistada por Mulay Ismaíl en 1691.
Calle de Arzila
La medina está formada por casas blancas muy limpias y silenciosas. Y de nuevo el “aire andalusí” se manifiesta en su encalada rematado generalmente en los zócalos por el azul que ya veíamos en Chauen y en Rabat, así como por artística rejería en las ventanas. Una vez más, calles estrechas, plazoletitas mínimas, callejuelas, terrazas, macetas y ¡muchísima tranquilidad!
Son famosos sus restaurantes de marisco y pescado, muy variados, frescos, de calidad, que sirven en suculentas bandejas de frituras. Algunos son propiedad de españoles, que además regentan hotelitos, casas de alquiler, en una oferta amplia y tentadora. Allí se puede tomar sin problemas cerveza con alcohol (un poco cara, eso sí), cosa que en todo el recorrido anterior no hemos podido hacer.

El regreso a la Península, vía Tánger, nos deja siempre el buen sabor de boca y el recuerdo agradable de un patrimonio artístico, monumental, gastronómico y humano que invita a nueva visita sin demora.