sábado, 31 de diciembre de 2011

PAGAR LOS PLATOS ROTOS
     Cuando mencionamos las grandes pirámides de Egipto, las nombramos por el nombre de los faraones que las mandaron construir, para su mayor gloria y reconocimiento, y en la práctica le atribuimos su ejecución. Si ocurría, en tanto, algún desastre -¡y tantos ocurrieron!-, la culpa era de otros: de los obreros, de los técnicos, que sufrían directa e indirectamente sus consecuencias: muertes en los derrumbes, encarcelamiento y ejecuciones para los que en principio se libraban.
     Con la crisis económica mundial que nos azota ahora ocurre algo parecido. Si los tiempos de bonanza eran obra de los grandes políticos, de los banqueros, de los hombres de negocio, de los promotores urbanísticos..., no son suyas las catástrofes que vienen como consecuencia de la especulación, el desarrollismo consumista, la voracidad de los negociadores de la Banca y la Bolsa. Son los trabajadores, por su falta de rendimiento, su absentismo laboral, su consumismo de medio pelo, nos dirán.
     Y así, éstos se han hecho acreedores del castigo bíblico de los grandes tiempos, con nuevos mecanismos: reducción de empleos, bajada de sueldos, subida de impuestos a productos de primera necesidad, minimización de prestaciones sociales para los más necesitados, recorte de pensiones, invitación a los jóvenes a que se busquen la vida "por ahí", emigrando otra vez más a donde sea... Pero ni una medida de reajuste para los que acumulan los dineros, los que ¡siguen acaparando! beneficios.
     La Banca, los grandes empresarios  y sus políticos a sueldo se preparan para "la nueva pirámide" que piensan construir. Cuando llegue la hora de lucir su vértice gigante -donde se colocarán-, si llega, dirán que son ellos, solo ellos, los responsables del prodigo. Abajo, inertes, quedarán los cuerpos esforzados.

jueves, 29 de diciembre de 2011

NARRATIVA BRASILEÑA DEL SIGLO XX

     Hace unos años me llegó por casualidad un libro del brasileño José Mauro de Vasconcelos: O meu pé de laranja lima, que me sorprendió por su ternura, su melancolía, la belleza en la evocación de los recuerdos de la niñez. Después, a conocidos que no leen en portugués, quise regalarle una traducción del mismo: Mi planta de naranja lima, pero no es igual. Pierde gran parte del candor y su extraordinaria, finísima sensibilidad.


     Tampoco me ha sido fácil encontrar otros libros del mismo autor en Portugal, pero sí he tenido la suerte de conseguirlos por internet. Concretamente, he descargado la mayoría de su producción literaria de la página http://groups.google.com/group/viciados_em_livros/topics.
     Me ha impresionado la infinita delicadeza de otras narraciones suyas como Doidão, que es una continuación autobiográfica del anterior. O O veleiro de cristal, de desgarradora hermosura.
     Pero igualmente me resulta fascinante su capacidad para cambiar de registros, haciendo novelas magníficas, de extrema dureza, sequedad, denuncia social, como pueden ser Barro Branco o Banana Brava. Los terratenientes ("coroneles"); las grandes y bíblicas sequías; el cacao, el azúcar, con sus riquezas para unos pocos y esclavitud y miseria para muchos, son temas recurrentes en Vasconcelos y en los que a continuación expongo, cuando cambian la ternura infantil por el bregar adulto.

     Este contraste también lo descubrimos en otros autores brasileños de su época: mediados y finales de siglo XX. Así, el muy traducido Jorge Amado, facilísimo de encontrar en ediciones en castellano y, por supuesto, en portugués, además de en "viciados em livros". Obras suyas como Cacau, Capitães de arena o Tereza Batista cansada de guerra nos dejando sobrecogidos. Pero nos reconforta la fina ironía de otras como Dona Flor e seus dois maridos, por no decir de la ternura de sus cuentos infantiles: increíble maravilla su O gato Malhado e a andorinha Sinhã.

     Otro autor "de culto" sería el menos conocido por acá José Lins do Rego, algunas de cuyas obras he conseguido en librerías de viejo portuguesas y el resto en "viciados em livros". La delicadeza raya en lo sublime en novelas como Menino do engenho o su continuación Doidinho. Pero también nos muestra el desgarro de la vida sufriente y pesarosa en impresionantes "romances" como O moleque Ricardo, Usina o Pedra Bonita. Obras todas de puntera calidad literaria y apasionante lectura.
  Volvemos, con Érico Veríssimo, a experimentar ese contraste de sublime finura y enfrentamiento a la desgarradora realidad de la vida en Olhai os lírios do campo o Rosa María no Castelo Encantado para el primer caso y O tempo e o vento (impresionante epopeya) o O senhor embaixador, denuncia sin paliativos de la corrupción política, en el segundo. Otra vez, para disfrutarlo, he tenido que recurrir a librerias de viejo y "viciados em livros".

     Estos autores "de cabecera" me han hecho interesarme por toda la narrativa brasileña en general, si bien siguen siendo mis preferidos. Sin menospreciar por ello a otros como: el iniciador del realismo en Brasil, a finales de siglo XIX y principios del XX, Machado de Assis (toda su obra es fácil de encontrar en la red, y destaco Memórias Póstumas de Brás Cubas, Dom Casmurro y Esaú e Jacó); el realista-naturalista, también de esa época, Raúl Pompéia, cuyo O Ateneu es una pieza narrativa de referencia para las anteriores autobiográficas citadas; el premodernista (los anteriores serían modernistas de la época más madura) Euclides da Cunha, cuya novela epopéyica Os sertões (1902) es un precedente de "La Guerra del Fin del Mundo", de Mario Vargas Llosa, como éste mismo reconoce ("Viciados em livros" nos auxiliará a tenerlas si no las encontramos por otros medios). O, saltándonos a la literatura más reciente, João Ubaldo Ribeiro, con una novela espléndida,  Viva o povo brasileiro (1984), repleta de ironía y fina visión del contexto social brasileño.

     En fin, toda una invitación a la buena literatura, variada y de extraordinaria calidad y amenidad que no debemos perder.

martes, 27 de diciembre de 2011

Invitación a "visitar" Archivos adjuntos

DOCUMENTO 1. Fortificaciones abaluartadas en la raya hispano-portuguesa

     En la página de "Archivos adjuntos" he pasado diversos trabajos que realicé últimamente. Narración, poesía, ensayo, investigación... A cada cierto tiempo iré presentándolos correlativamente para invitar a su "visita", esperando que a alguien les sean de interés. Aunque la mayoría ya han sido publicado en libros o/y revistas impresas, algunos son raramente accesibles, con lo que por este medio se hacen más fáciles de consultar por el que lo desee.
     El primer documento corresponde al trabajo Fortificaciones abaluartadas en la raya hispano-portuguesa. Un artículo de poco más de una docena de páginas, con diversas fotos alusivas, publicado en la Revista Española de Museología, en la Revista Callipole de Vila Viçosa (Portugal), en el Boletín de Relaciones Transfronterizas O Pelourinho y en la Revista de Estudios Extremeños, todas en 2010.
     Trata de los recintos fortificados enclavados en la frontera hispano-portuguesa, unos de nueva planta y otros protegiendo o reforzando murallas anteriores, levantados durante el siglo XVII (por las Guerras de Restauración de Portugal), perfeccionados durante los siglos XVIII (Guerras de Sucesión a la Corona española) y XIX (Guerras contra las invasiones napoleónicas), y que a lo largo de la raya forman como un "cosido", como botón y ojal que se enfrentan en una camisa, protegiendo sus respectivas propiedades territoriales.
                   Plano de Elvas (Portugal)                         
                    
     Hoy, su belleza portentosa, su autenticidad apenas adulterada, su originalidad al ser un elemento defensivo propio de una época de grandes avances en la pirobalística, su significación histórica y su ejemplaridad llevada a otros lugares del mundo precisados de defensa ante la maquinaria artillera de la Edad Moderna, le hacen merecedora de la calificación de Patrimonio de la Humanidad, a lo que se candidata, encabezado el conjunto por la plaza de Elvas, uno de los mejores ejemplos de ciudad abaluartada del mundo.

sábado, 24 de diciembre de 2011

NAVIDAD
      Tengo anclada la Navidad en los carámbanos de los charcos en las calles de mi pueblo. Y en la bicicleta con portamaletas de barras de metal en donde ataba al pavo que iba a buscar a una finca cercana para guisarlo en esos días. Y en la misa del gallo a la que nunca faltaba el borracho, poniendo de los nervios al cura, que lo amenazaba desde el altar. Anclada en el alivio de aquellos días sin escuela, formando grupos que no sentían el frío buscando en el riachuelo gallaretas y aguanieves. Y en la espera de los indios de plástico, con sus chozas, caballos, arcos, flechas... que me esperaban en los Reyes. Éramos pequeños y felices. Y cómo nos conformábamos con tan poco... 
Desde esa nostalgia, a todos deseo feliz, emotiva y emocionada Navidad.


miércoles, 21 de diciembre de 2011

PRESOS MILITARES EN EL FORTE DA GRAÇA (ELVAS)
(Facilitada por Manuel Martins, del Museo Militar de Elvas)

Foto de presos militares conducidos por compañeros en activo, subiendo por la ladera del Forte da Graça, donde estaba recluidos (años de la Dictadura de Salazar). Llevan a sus espaldas barriles de agua -medio llenos-, traídos de un manantial de las faldas del cerro; la subida -actividad habitual- era especialmente penosa, pues a lo empinado del camino se unía el peso del barril y el bamboleo del agua, con su propio movimiento de subida.
Esta subida (sin bidones) la realizamos el año pasado un grupo de varios cientos de visitantes españoles, guiados por militares del Museo Militar de Elvas (José Ribeiro, Álvaro Matroca, Manuel Martins), que nos enseñaron el interior del Forte y que se han ofrecido, con su amabilidad de siempre, a volver a acompañarnos en la próxima primavera.
En su momento, organizaremos la actividad, que irá acompañada de otra serie de ellas, como apoyo a la Candidatura a Patrimonio de la Humanidad del Patrimonio Abaluartado de la Raya Hispano-Portuguesa. Informaremos, por diversos medios, cuando se acerque la fecha.
Antes los derechos eran para avanzar sobre ellos, no para retroceder.Y tras la II Guerra Mundial, los derechos laborales fueron conquistándose de una forma contundente, clara. Hasta las dictaduras mediterráneas europeas cedieron las jornadas de 8 horas, los descansos dominicales, las vacaciones remuneradas y el respeto de los horarios de cierre comercial. Se recortó progresivamente la vida laboral y se aseguró en gran medida la fijeza en el empleo. Se amplió la etapa educativa gratuita. Se diversificó la oferta de trabajo, ajustada a la formación obtenida...
Ni la crisis económica de 1973, reafirmada en 1979, supuso un retroceso significativo. Los ajustes del desarrollismo de los años 60, con su convulsión migratoria, fueron un colchón para esos otros años duros.
Sin embargo, esta otra crisis de finales de la primera década del siglo XXI, bancaria, inmobiliaria, especulativa, fraguada internamente en el "mundo desarrollado" (la del 73-79 nos vino impulsada por la subida de los precios del petróleo en Oriente Medio), está dando pie al desmoronamiento del estado del bienestar de forma descarada: empleo precario, desrregulación de la jornada laboral, bajada de salarios con subida de prestaciones del empleado, retraso en edad de jubilación... copagos sanitarios, educativos... subida impositiva... desmovilización social...
Nuestros bien titulados y bien preparados jóvenes, que rezan (religiosa o laicamente) por una colocación, habrán de darle a la moviola unas vueltas y comenzar, como en los años cincuenta del siglo XX, a luchar por las mismas conquistas, que como castillos de arena se están viniento abajo. ¡Que no se los lleven al fondo del recuerdo las aguas de los especuladores y su mar!

domingo, 11 de diciembre de 2011

BLOG
En este blog, además de los comentarios que surjan, irán documentos adjuntos de consulta y utilización libres.
Moisés